Roma (Italia). El 26 de noviembre de 2023, en Roma, en el Aula Magna de la Pontificia Facultad de Ciencias de la Educación «Auxilium», la Superiora general emérita del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora, Sor Yvonne Reungoat, compartió con las y los religiosos “Perspectivas para la Vida Consagrada a partir del Sínodo de los Obispos”.
Madre Yvonne ha participado, entre los Expertos y Facilitadores, en la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos “Por una Iglesia sinodal: Comunión, participación y misión”, celebrada en el Vaticano, en el Aula Pablo VI, del 4 al 29 de octubre de 2023.
Roma (Italia). El 26 de noviembre de 2023, en Roma, en el Aula Magna de la Pontificia Facultad de Ciencias de la Educación «Auxilium», la Superiora general emérita del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora, Sor Yvonne Reungoat, compartió con las y los religiosos “Perspectivas para la Vida Consagrada a partir del Sínodo de los Obispos”.
Madre Yvonne ha participado, entre los Expertos y Facilitadores, en la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos “Por una Iglesia sinodal: Comunión, participación y misión”, celebrada en el Vaticano, en el Aula Pablo VI, del 4 al 29 de octubre de 2023.
Dio inicio al encuentro la Superiora de la Visitaduría María Madre de la Iglesia (RMC), sor Jessica Salvaña, que saludó a las religiosas y a los religiosos de diversas Congregaciones presentes – incluyendo al Superior de la Visitaduría María Sede de la Sabiduría de la Universidad Pontificia Salesiana (UPS), Don José Aníbal Milhais Mendonça Pinto, SDB – diciendo:
“Nuestro estar juntos hoy es ya un signo visible, es decir, una experiencia de sinodalidad dentro de la vida consagrada. (…) Encontrarnos aquí, religiosos de diferentes Congregaciones, es ante todo testimonio de la comunión entre los diversos carismas y de la belleza de las diferentes formas de vida consagrada. (…) Hoy más que nunca se requiere sinergia, inclusión, integración, para que la sinodalidad no sea solo una palabra “de moda”. El estilo de trabajo en conjunto puede hacernos recorrer más expeditamente el camino de una verdadera y fecunda sinodalidad”.
Sor Grazia Loparco, FMA, Docente de Historia de la Iglesia de la Facultad Auxilium, ha introducido el tema, haciendo algunas preguntas específicas a Madre Yvonne sobre la experiencia del Sínodo y la vida consagrada en la edificación de toda la Iglesia; referente a la presencia de las mujeres, a las convicciones concernientes a la vida consagrada formuladas en las propuestas y a las cuestiones aún abiertas.
Con alegría y entusiasmo, Madre Yvonne Reungoat compartió la experiencia “todavía reciente”, situando la primera sesión en relación con las etapas anteriores de este “camino de conversión”: la reflexión de esta sesión – que precede a la que tendrá lugar en octubre de 2024 – no está terminada, es una reflexión aún “en curso”, especificó. “Solo al final de la segunda sesión se entregarán los frutos de la reflexión al Papa Francisco”.
Madre Yvonne también señaló que antes que comenzaran los trabajos tenía sus inquietudes y temores, los cuales rápidamente se desvanecieron ya que comprendió “que era una gran gracia, porque era una gran experiencia de Iglesia universal, ‘el mundo en una sala’, en el Aula Pablo VI equipada con mesas redondas, con participantes de todas las culturas y lenguas. Encontrarse en ese ambiente compartiendo la misma búsqueda, en la escucha y disponibilidad al Espíritu Santo, escuchándonos los unos a los otros es una experiencia que no se logra traducir en palabras. Todos los participantes, han hecho verdaderamente una experiencia de sinodalidad y creo que nadie ha partido como había llegado. Esta es una esperanza”.
Otro elemento subrayado fue el clima de gran fraternidad, de gran cordialidad, de apertura y sensibilidad a las diversas realidades en las que tuvo lugar el compartir, considerando que el Sínodo se desarrolló en el momento que se desencadenó el conflicto en Tierra Santa, además de la guerra en Ucrania y en otros países de los que provenían algunos participantes, con quienes se vivió una gran solidaridad.
“La complementariedad y una cierta reciprocidad entre todos los participantes han sido un gran enriquecimiento. La escucha y el respeto de la diversidad ha caracterizado el discernimiento sinodal. La libertad de expresión ha sido total en los grupos y en la asamblea general, y la acogida de las diversidades culturales, sociales y eclesiales ha abierto a menudo nuevos horizontes y ha ayudado a ampliar la mirada”, ha subrayado también Madre Yvonne.
Luego habló del aporte de la vida consagrada: “Pienso que la vida consagrada está particularmente comprometida en la misionariedad de la Iglesia, porque es nuestra vocación. Y la Iglesia es sinodal porque es misionera. Considero que la presencia de la vida consagrada ha dado en este sentido una contribución específica y fuerte, a partir de su vocación y de la experiencia de vida. La vida consagrada está presente en los lugares más marginados, más en riesgo en el mundo, allí donde otros no llegan, para ser signo concreto del Amor del Señor. (…) Pienso que la vida consagrada ha tenido una influencia en el Sínodo subrayando la importancia de poner a los pobres como protagonistas en la vida de la Iglesia”.
Con relación a la presencia de las mujeres, destacó: “Se ha reconocido la importancia de las mujeres en la Iglesia, ya que constituyen una mayoría y son, además, las primeras misioneras en la familia. Se han alcanzado algunas convergencias sobre la necesidad de promover una Iglesia en la que hombres y mujeres dialoguen con el fin de comprender mejor la profundidad del designio de Dios, en el que aparecen juntos como protagonistas, sin insubordinaciones, exclusiones ni competencias“, ha añadido retomando el Informe final, pero recordando que “queda mucho camino por recorrer para cambiar las mentalidades”.
Madre Yvonne compartió con vivacidad lo que pudo sentir y captar “desde dentro” y exhortó a leer íntegramente el Informe de Síntesis final, reflexionando sobre los puntos de convergencia, de divergencia, sobre las cuestiones abiertas y las propuestas hechas.
Después de algunas preguntas de la asamblea, sor Piera Ruffinatto, Decana de la Facultad, agradeció a Madre Yvonne Reungoat por la tarde compartida como un paso fecundo en el intercambio de carismas, de dones y de colaboración recíproca.
Muchas gracias por compartir esta experiencia de Iglesia que nos anima y entusiasma el corazón hacia la vivencia de la sinodalidad.