Kiev (Ucrania). El 24 de febrero de 2024, en el 2º aniversario de la invasión rusa de Ucrania y del conflicto en curso, hubo numerosas iniciativas en toda Europa para implorar el don de la paz. Las Hijas de María Auxiliadora de las Comunidades de la Visitaduría Madre de Dios (EEG) presentes en Odessa, Kiev, Lviv, vivieron esta jornada con particular intensidad, sostenidas por las oraciones de todo el Instituto.

El Papa Francisco, después del Ángelus del 25 de febrero, lo recordó y nos pidió que rezáramos:

“Ayer, 24 de febrero, conmemoramos con tristeza el segundo aniversario del inicio de la guerra a gran escala en Ucrania. ¡Cuántas víctimas, heridos, destrucción, angustia, lágrimas en un período que se está haciendo terriblemente largo y cuyo final aún no está a la vista! Es una guerra que no sólo está asolando esa región de Europa, sino que está desatando una ola global de miedo y odio. A la vez que renuevo mi más profundo afecto por el pueblo ucraniano mártir y rezo por todos, especialmente por las numerosas víctimas inocentes, imploro que se encuentre un poco de humanidad que nos permita crear las condiciones para una solución diplomática en busca de una paz justa y duradera”.

Las hermanas de la Comunidad FMA de Kiev participaron en la vigilia de oración en el Santuario Nacional Mariano de Nuestra Señora del Monte Carmelo en Berdychiv organizada por las emisoras Radio María Ucrania y Radio María World Family, permitiendo a miles de oyentes de más de 90 países de todo el mundo unirse a la oración.

El Rosario se rezó en varios idiomas y Sor Nataliya Vakulishyna, FMA, dirigió un misterio en inglés. Las reflexiones sobre los Misterios Gozosos fueron preparadas por oyentes y voluntarios que dieron testimonio de su experiencia de fe en tiempos de conflicto.

Mons. Oleksandr Yazlovetskyi, obispo auxiliar de la diócesis de Kiev-Zhytomyr, presidió la Santa Misa después del Rosario. Se rezó por la paz en Ucrania, el fin del conflicto, la curación de los heridos, la liberación de los prisioneros, así como por las víctimas y la población civil.

Al inicio de la celebración, el padre Vitaly Kozak, carmelita descalzo y custodio del Santuario, se dirigió a los presentes, recordando los primeros días del estallido del conflicto a gran escala:

“Una cosa que ha cambiado en mi vida durante estos dos años de guerra es que ya no soy una persona ingenua: soy consciente de que los problemas no se resuelven solos y la guerra no termina sola. Recuerdo los primeros días en que mis hermanos y yo no sabíamos qué hacer. Todo el mundo quería ayudar. Recuerdo que organizábamos autobuses con gente, para ir un poco más lejos, porque no sabíamos muy bien a dónde ir. De alguna manera, en estos dos años, se nos ha quedado esta cosa: que nada se resuelve solo y que debemos querer ayudarnos unos a otros. Querer ayudar a las personas desplazadas, al personal militar e incluso a aquellos que piensan que no necesitan ayuda. Una cosa es quererlo y otra es empezar a hacerlo. Nada se soluciona por sí solo. Hoy es importante recordar a todos aquellos gracias a los cuales podemos estar presentes en esta Santa Misa, rezar y pedir al Señor el fin de la guerra”.

En su homilía, Mons. Oleksandr Yazlovetsky invitó a los fieles a ser agradecidos con el Señor:

“Hoy, ante los Santos Dones, durante la Santa Misa, queremos agradecer a este icono milagroso. ¿Por qué dan gracias los ucranianos a Dios hoy? Porque Dios ha estado con nosotros y no nos ha dejado. Queremos agradecer a María por interceder de manera especial por nuestro pueblo. Dar gracias porque nuestros refugiados han encontrado refugio en muchos países, por la solidaridad de tantos países y de la Iglesia Católica, que ha sido y sigue siendo solidaria con nosotros. Y no solo la Iglesia Católica, sino también la Iglesia Protestante y la Iglesia Ortodoxa, rezan por nuestro país.

Gracias por el apoyo de la oración que continúa hasta ahora, por los muchos milagros que el Señor está haciendo por tantos de nosotros. Debemos estar agradecidos de habernos abierto más a otras personas, a nuestros soldados, que dieron su vida por nosotros, y también al día de la paz que el Señor ya ha preparado: simplemente no sabemos cuándo volverá la paz”.

Las Hijas de María Auxiliadora continúan su presencia entre la gente llevando una pequeña luz en la oscuridad -una sonrisa, una buena palabra, cercanía- y un apoyo concreto, contando con la generosidad y la solidaridad de todos. Es posible enviar contribuciones y ofertas, en la forma indicada el Sitio web del Instituto FMA, escribiendo en el motivo de la donación: Emergencia Ucrania.

Foto: Yelyzaveta Lisova

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