Roma (Italia). Del 24 al 26 de enero de 2025 se celebró en Roma el Jubileo del Mundo de la Comunicación, el 1º de los grandes eventos del Año Santo dedicado a las diferentes categorías de personas que peregrinarán a Roma.
El evento fue precedido – los días 22 y 23 de enero- por la Conferencia mundial del Jubileo con las religiosas: «Tejer la comunión a través de la comunicación», organizada por el Dicasterio dl Vaticano para la Comunicación bajo el patrocinio de la Fundación Conrad N. Hilton, en la que participaron sor Ausilia De Siena, Consejera General para la Comunicación del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora, con las colaboradores del Ámbito.
El objetivo de la Conferencia era reunir a religiosos de todo el mundo y de diferentes congregaciones que trabajan en la comunicación, para ofrecer nuevas ideas, profundizar en temas, compartir experiencias y enfoques para comunicar más eficazmente la esperanza en el entorno mediático contemporáneo.
El primer día se dedicó a las visitas guiadas al Palazzo Pio, la sede operativa de los medios de comunicación del Vaticano, el Museo Histórico de Radio Vaticano, el interior de los Jardines Vaticanos, la Basílica de San Pedro y los Museos Vaticanos, con la Capilla Sixtina, a través de la cual juntos fue posible contemplar el extraordinario potencial humano – en las diferentes formas técnicas, arquitectónica y artística – en transmitir la belleza, el anhelo de lo divino y mensajes de esperanza y cercanía a las personas.
En el espléndido marco de la Biblioteca Apostólica Vaticana, la segunda jornada fue introducida por el Prefecto del Dicasterio, Dr. Paolo Ruffini, quien nos invitó a aprovechar este tiempo para «construir juntos la esperanza» y «encontrar nuevos caminos de vida» encarnando el Espíritu de Pentecostés. «Tejer la urdimbre de la comunicación que nos une. Nuestra comunicación funciona si está entretejida con las relaciones».
Siguieron varios testimonios y sesiones de profundización, la primera de las cuales – «Hermanas que comunican la comunión con los marginados» – moderada por Sor Alessandra Smerilli, FMA, Secretaria del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral. A través de experiencias del mundo profesional y religioso de invitados de todo el mundo, la sinodalidad, la narración de historias y narrativas participativas, la comunicación a través de los «medios tradicionales» y las redes sociales y, conel padre Paolo Benanti, franciscano, experto en bioética y ética de las tecnologías, de la Inteligencia Artificial. (Para más información: Vatican News)
Los dos días, que terminaron con un enriquecedor intercambio entre los participantes, prepararon el terreno para vivir aún más intensamente el gran evento jubilar, que comenzó oficialmente el 24 de enero en la Basílica de San Juan de Letrán con la celebración penitencial animada por el padre Giulio Albanese, Director de la Oficina de Comunicaciones Sociales del Vicariato de Roma, y la Santa Misa internacional en la memoria litúrgica de San Francisco de Sales, patrono de los periodistas y de los comunicadores, presidida por el cardenal Baldo Reina, vicario del Papa para la diócesis de Roma. En su homilía, el cardenal invitó a «ser comunicadores de esperanza, a desarmar la comunicación» siguiendo el ejemplo de Jesús. Para la ocasión, se expuso una preciosa reliquia del corazón del Santo de Annecy, llegada excepcionalmente desde el Monasterio de la Visitación de Treviso, donde se conserva desde 1913.
La mañana del 25 de enero comenzó temprano, con la peregrinación de los grupos lingüísticos a la Puerta Santa de San Pedro. Centenares de periodistas, redactores, trabajadores de los medios de comunicación, sacerdotes y miembros de las Oficinas de Comunicación, religiosos y comunicadores, caminaron con gran recogimiento por la Via della Conciliazione, siguiendo la cruz en este primer gesto jubilar que, más allá de toda profesionalidad y pertenencia, lleva a pasar por la Puerta que es Cristo, corazón de la comunicación y fuente de esperanza, para poder comunicarla al mundo con renovada confianza.
A continuación, los peregrinos comunicadores llenaron poco a poco el Aula Pablo VI del Vaticano, para participar en el momento de diálogo, moderado por el periodista italiano Mario Calabresi, con Maria Ressa, periodista filipina, Premio Nobel de la Paz 2021 y directora de la plataforma Rappler y Colum McCann , escritor irlandés y cofundador de la red Narrative 4, una organización que educa la empatía con la narración de historias.
«Estamos aquí para preguntarnos cómo –y si– todavía es posible comunicar esperanza en un mundo en crisis, en un mundo en guerra. Sobre cómo seguir esperando la comunicación entre personas y no entre máquinas, sobre cómo la tecnología puede -y debe- ser guiada, la libertad garantizada, el conocimiento compartido, sobre lo difícil que es buscar la verdad y lo fácil que se propagan las falsedades, sobre lo importante que es el diálogo y lo poderoso que puede ser compartir nuestras historias, cómo las historias cambian a unos y a otros, sobre cómo la comunicación puede ser el pegamento o más bien el veneno de nuestras comunidades, y de toda la humanidad. Son cuestiones que desafían nuestra responsabilidad personal y colectiva».
Estas son las palabras con las que el prefecto, Paolo Ruffini, introdujo el debate, en el que los invitados, a partir de sus experiencias concretas, incluso dramáticas, propusieron caminos concretos de esperanza hacia el cambio, que se implementará como comunidad.
Un pequeño concierto del gran maestro Uto Ughi, con el violín, acompañado por su orquesta, preparó la llegada del Papa Francisco que, en las palabras pronunciadas espontaneamente, dijo: «Comunicar es salir un poco de uno mismo, hablar con el otro. Y la comunicación no es solo salir, sino también encontrarse con el otro. Saber comunicar es una gran sabiduría».
En el Discurso, entregado al Prefecto, se hizo un llamamiento a los comunicadores de todo el mundo: «contar también historias de esperanza, historias que alimenten la vida. Vuestra storytelling sea esperanzadora. Cuando se cuenta el mal, se deja espacio para la posibilidad de reparar lo que está roto, para el dinamismo del bien que puede reparar lo que está roto. Siembren preguntas. Contar esperanza significa ver las migajas del bien escondidas incluso cuando todo parece perdido, significa permitirnos esperar incluso contra toda esperanza. Significa fijarse en los brotes que brotan cuando la tierra aún está cubierta de cenizas. Hablar de esperanza significa tener una mirada que transforme las cosas, que las haga llegar a ser lo que podrían, lo que deberían ser. Significa hacer que las cosas caminen hacia su destino».
Por la tarde, periodistas y comunicadores se distribuyeron en diferentes lugares para los «Diálogos con la ciudad»: encuentros culturales y espirituales en los que profundizar en los temas y dialogar con algunos testigos.
El Jubileo concluyó el 26 de enero, con la participación en la Santa Misa en la Basílica de San Pedro, presidida por el Papa, el Domingo de la Palabra de Dios, con la institución de 40 nuevos Lectores. Después del Ángelus, el Papa saludó a los periodistas y a los agentes de comunicación, exhortándolos a «ser siempre narradores de esperanza».
Para la Consejera General, Sor Ausilia De Siena, el trabajo continuó con la Conferencia Mundial de Comunicadores Institucionales Católicos – del 27 al 29 de enero en la Pontificia Universidad Urbaniana de Roma – organizada por el Dicasterio para la Comunicación de la Santa Sede, en colaboración con el Dicasterio para la Evangelización, junto con 200 participantes, entre ellos obispos, presidentes de las Comisiones Episcopales para la Comunicación, Directores de oficinas de comunicación, representantes de congregaciones religiosas y líderes de agencias católicas de comunicación de todo el mundo. (Noticias InfoANS)
El 27 de enero, en la audiencia en el Palacio Apostólico, el Papa Francisco les dejó en particular las palabras «juntos» y «en red» y los animó de la siguiente manera:
«Hermanas, hermanos, el desafío es grande. Por lo tanto, os animo a fortalecer la sinergia entre vosotros, a nivel continental y a nivel universal. Construir un modelo de comunicación diferente, diferente en el espíritu, en la creatividad, en la fuerza poética que viene del Evangelio y que es inagotable. Comunicar siempre es original. Cuando nos comunicamos, somos creadores de lenguajes, de puentes».