Líbano. El 4 de agosto de 2020 la zona portuaria de Beirut fue azotada por más explosiones que destruyeron el puerto y maltratado el País entero del Líbano. Más de 200 han sido las víctimas, más de 6.000 los heridos y cerca de 300.000 las personas que han sido desplazadas y tienen necesidad de ayuda.
La Inspectoría Jesús Adolescente del Medio Oriente (MOR) se ha unido en oración por el Líbano, por las víctimas y por las familias que lo han perdido todo: casa, familiares, trabajo y futuro. Junto a las Comunidades Educativas, han ayudado con diversas iniciativas de apoyo a las familias.
Una FMA explica: “La Comunidad de Kahhale es la más próxima a Beirut. FMA, Salesianos Cooperadores y oratorianos, se han puesto rápidamente al trabajo. Se han dividido en dos grupos y han ido a Beirut. Un grupo ha preparado los panecillos para la gente necesitada y el otro grupo se ha unido a los demás voluntarios de las Iglesias para limpiar las calles llenas de escombros debidos a la explosión”.
Los Salesianos Cooperadores han puesto en marcha una iniciativa, “Un café por el Medioriente”, para recoger fondos y ayudar a la gente. La Comunidad María Inmaculada Auxiliadora de Kahhale está ayudando a 10 familias en la reparación de las casas, de las puertas y ventanas que han sido destruidas.
En la Comunidad María Auxiliadora de Kartaba, 3 jóvenes bomberos que trabajaban en Beirut murieron después de la explosión. Las FMA en Kartaba organizan encuentros y momentos de oración con las familias y por las familias para apoyarlas; asisten y cuidan de los niños y de los adultos enfermos de cáncer que no pueden ir a Beirut para recibir tratamiento.
Las tres escuelas dirigidas por las FMA en Líbano están ayudando a las familias con la disminución de las cuotas escolares, asumiendo la pobreza debida al colapso económico e incrementada después de la explosión en el Puerto que ha tenido repercusiones en todo el País. El desempleo en Líbano ha llegado a más del 50% de la población y la lira libanesa ha perdido valor frente al dólar en un 80%. La pobreza se está transformando en miseria, desesperación, desconfianza en las instituciones gubernamentales.
Hay necesidad de una nueva esperanza, para reconstruir un País ya tan probado por invasiones y guerras. Se necesita una vida más digna.