Manila (Filipinas). El 24 de julio de 2024, cuando las incesantes lluvias del monzón del suroeste y el tifón Carina desataron inundaciones de enormes proporciones, inundando hogares e incluso llegando al segundo piso de las viviendas, la  Escuela Don Bosco  de Manila de las Hijas de María Auxiliadora de la Inspectoría Santa María D. Mazzarello  (FIL) ha abierto sus puertas para alojar a 394 residentes desplazados de los barrios de Barangays y Sta. Mesa. El 25 de julio, el presidente de Filipinas declaró el estado de calamidad para la ciudad de Manila.

Las FMA y los voluntarios laicos se movilizaron rápidamente para prestar servicios de asistencia primaria. Se prepararon comidas calientes y se distribuyeron a ancianos, adultos, jóvenes trabajadores, niños e incluso a un bebé de cinco días. A medida que crecía el número de desplazados, también lo hacía el apoyo de la Comunidad Educativa del Colegio Don Bosco. Los padres, los exalumnos y las personas generosas continuaron proporcionando artículos de primera necesidad como bolsas de arroz, productos enlatados, agua, ropa y mantas. Su constante cercanía y generosidad fue fundamental para ayudar a los afectados por la inundación.

En la mañana del 25 de julio, se ofrecieron comidas calientes, mientras algunas familias intentaban la ardua tarea de limpiar sus casas dañadas por la inundación. Para garantizar la seguridad de sus hijos, muchos padres los dejaron en la escuela, mientras ellos se ocupaban de las casas. En medio de la confusión y el miedo, las FMA también dieron la primera atención médica a una persona que había caído en una alcantarilla, sufriendo múltiples contusiones.

Un padre expresó su gratitud: “Estábamos perdidos y asustados por la inundación, mientras que las Hermanas Salesianas nos acogieron sin dudarlo. Nos han asegurado un refugio seguro para mí y mi familia”.

Para responder a las necesidades inmediatas de las familias afectadas, se ha puesto en marcha una operación de socorro para distribuir artículos de primera necesidad a unas 300 familias. Cada familia recibió 5 kg de arroz, 10 productos enlatados, 5 paquetes de pasta, ropa, mantas y galletas.

Teniendo en cuenta las necesidades urgentes de aquellos cuyos hogares han sido completamente arrasados, se han distribuido algunas toldos escolares como refugios improvisados. Grande fue la gratitud de las personas evacuadas: habiendo perdido muchas de sus posesiones, la distribución de ropa garantizó la comodidad y la dignidad que necesitaban.

La Comunidad Educativa de la Escuela Don Bosco de Manila y la Provincia FIL de Filipinas y Papúa Nueva Guinea se comprometen a apoyar a las comunidades afectadas en su recuperación de esta calamidad. Se están llevando a cabo evaluaciones para determinar las necesidades adicionales y planificar futuros esfuerzos de socorro.

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