Roma (Italia). El 11 de julio de 2024, en la fiesta litúrgica de San Benito de Nursia, la Comunidad de Sant’Egidio organizó la conferencia de prensa “Sudán: Detener la catástrofe humanitaria” para poner el foco en esta emergencia humanitaria olvidada por muchos. En la sala estuvieron presentes corresponsales de diversos periódicos, quienes siguieron el evento y realizaron entrevistas personales con los ponentes.
El objetivo de esta conferencia de prensa era pedir al gobierno italiano, dada la presidencia del G7 y el compromiso de un nuevo interés en África a través del Plan Mattei, la reanudación de las negociaciones para un alto el fuego inmediato y el acceso humanitario sin restricciones, para responder a los civiles que sufren hambre.
El Dr. Marco Impagliazzo, presidente de la Comunidad de Sant’Egidio, ha presentado y coordinado las intervenciones, y ha contado con la presencia de Vittorio Oppizzi, responsable de los programas de Médicos Sin Fronteras en Sudán; Pietro Parrino, director del Departamento de Proyectos de Emergencia; Sor Ruth del Pilar Mora, Consejera para las Misiones del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora y el P. Angelo Giorgetti, Ecónomo General de los Misioneros Combonianos. Se trata de personas que son muy conscientes de la dramática situación en Sudán y que continúan, a través de sus presencias operativas en diferentes puntos de este territorio, apoyando a las personas tan probadas por este conflicto que comenzó en abril de 2023 con ayuda humanitaria.
Se ilustró la gravísima crisis humanitaria en Sudán, que ya ha durado 15 meses. El violento conflicto entre el ejército sudanés y las fuerzas rebeldes ha desplazado a cientos de miles de personas que prácticamente no tienen nada que comer. La situación de inseguridad hace muy difícil, y en algunos casos imposible, el acceso al agua, a los alimentos, a la atención de la salud, a los medicamentos. Muchas personas han huido del conflicto y han buscado alojamiento en campos de refugiados, tanto dentro de su propio país como en los países vecinos. Otra gran preocupación es la interrupción de las trayectorias educativas en las escuelas de niños, adolescentes y jóvenes, lo que compromete su futuro.
Concretamente de las Hijas de María Auxiliadora, sor Ruth del Pilar recordó que las hermanas han estado presentes de forma continuada en Jartum durante unos 40 años y siempre han sido, a través de su compromiso en el campo educativo y pastoral, un punto de referencia significativo para la educación de muchos niños, jóvenes, mujeres y familias en los suburbios de esta capital.
Actualmente son la única comunidad religiosa que queda allí con un salesiano de Don Bosco y un centenar de personas, entre ellas muchos niños y madres. A lo largo de este tiempo, tanto la Comunidad de Sant’Egidio como los Misioneros Combonianos de Port Sudan han sido de gran ayuda para mantener viva la esperanza en ellos, así como para buscar formas de ayudar de manera concreta.
Las Hijas de María Auxiliadora y las Comunidades Educativas del Instituto siguen implorando la poderosa intercesión de María Auxiliadora por la paz en Sudán y en todas las naciones del mundo desgarradas por los conflictos.