Roma (Italia). El 13 de diciembre de 2022 se llevó a cabo el 1° Encuentro mundial online para sacerdotes y diáconos diocesanos que han iniciado el camino formativo como aspirantes o ya han hecho hace tiempo la Promesa en la Asociación de los Salesianos Cooperadores, con los Delegados Mundiales de la ASSCC, sor Lucrecia Uribe, FMA, y el Sr. Domenico Nguyen, SDB, el Sr. Antonio Boccia, Coordinador Mundial, y algunos Consejeros Mundiales. Estaban presentes 17 participantes de Italia, España, Irlanda, Alemania.
El encuentro, realizado a través de la plataforma Zoom, tenía la finalidad de favorecer el conocimiento recíproco y reforzar el sentido de pertenencia a la Asociación, a la luz del tiempo de Navidad.
Don Bosco concibió la Asociación abierta a los laicos y al clero secular. Los Salesianos Cooperadores obispos, sacerdotes o diáconos diocesanos, actúan el propio ministerio inspirándose en la caridad pastoral de Don Bosco, modelo de vida sacerdotal que privilegia el compromiso por los jóvenes y los ambientes populares (Cfr Progetto di Vita Apostolica, Art. 3).
En el mundo se cuentan más de cincuenta entre sacerdotes y diáconos diocesanos, que emprenden el camino formativo y hacen la Promesa para sellar su pertenencia a la Asociación de los Salesianos Cooperadores. Llevan a cabo Oratorios, gestionan la Caritas Diocesana, tienen compromisos dentro de las Conferencias de los Obispos. En el Este de Asia, alguno ha recibido la consagración como Obispo, con la posibilidad de difundir el Carisma de Don Bosco y hacer visible la Familia Salesiana en las diversas Parroquias.
Entre los Diáconos permanentes, hay quien tiene una familia numerosa, y está comprometido en la propia parroquia a proclamar la Palabra y a servir a los pobres, además de desempeñar la propia profesión laboral.
Al final del encuentro se tomó la decisión de realizar dos encuentros de este tipo al año: después de Pascua y antes de celebrar la Navidad.
Saludando a los participantes, los Delegados Mundiales auguraron: “Como para los pastores de Belén, puedan también vuestros ojos llenarse de estupor y maravilla, contemplando en el Niño Jesús al Hijo de Dios. Y, ante Él, salga de vuestros corazones la invocación: “Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación” (Cfr Progetto di Vita Apostolica, Art. 3).