Roma (Italia). El 1 de febrero de 2024 se celebrará la cuarta cita de los Jueves Salesianos en el Auxilium, organizada por el Centro de Estudios sobre las Hijas de María Auxiliadora de la Pontificia Facultad de Ciencias de la Educación “Auxilium” de Roma. El programa 2023/2024, en continuidad con los estudios en profundidad realizados para el 150º Aniversario del Instituto FMA, tiene como tema unificador: Sistema Preventivo. La educación salesiana ayer y hoy.
“Tú serás mi hija” es el tema del encuentro. Sor Teresa de Jesús Rubio García, Directora de la Casa Madre Ángela Vespa, de la Visitaduría de María Madre de la Iglesia (RMC), presenta la figura de la Beata Eusebia Palomino Yenes (1899-1935), Hija de María Auxiliadora de España, cuyo vigésimo aniversario de beatificación y centenario de su profesión religiosa en el Instituto FMA se celebra este año.
Su relación con la Virgen María, desde temprana edad, se fue definiendo y fue concretando en la elección de un Instituto con carisma educativo, las Salesianas de Don Bosco, a las que conoció providencialmente en Salamanca (España). La joven, de extracción muy popular, que aún no ha cumplido los veinte años, escucha la voz prometedora de María: “Serás mi hija”, y poco tiempo después se lo confirma: “Es aquí donde te quiero”. Trabajando en la cocina, en la lavandería y acompañando a los estudiantes del internado de la Escuela Normal, Eusebia entró en contacto con las FMA en la ciudad castellana, con una conocida tradición universitaria, aprendiendo el valor educativo de la asistencia salesiana.
En Valverde del Camino (Huelva), único lugar de su misión, durante diez años, aunque sin formación escolar, expresó su filialidad con el Fundador, “con los pies en la tierra y el corazón en el cielo”, convirtiéndose en embajadora del Padre de los pequeños, de los grandes, de los alumnos, de los padres, de los exalumnos, de los seminaristas y de los sacerdotes, encarnando con transparencia y naturalidad el espíritu de las Bienaventuranzas.
Sor Eusebia asimiló y tradujo el espíritu salesiano con la impronta de lo “extraordinario” en la sencillez de lo ordinario, desarrollando una fidelidad creativa al carisma. Acompaña a las niñas en su elección vocacional y se esfuerza por encontrar y ofrecer los medios materiales para llevar a cabo la misión, consciente de que ha recibido gratuitamente y debe dar gratuitamente.
La cocina, la ropería, el huerto, la asistencia en el patio durante el tiempo escolar y en el oratorio, fueron la cátedra de su enseñanza. De ella se conservan muchas cartas, dirigidas principalmente a sus padres, pero también a otras personas, así como varias cartas para difundir ampliamente, en diócesis y parroquias, el apostolado de una oración comprensible para todas las clases sociales, con las devociones propias de la época: la esclavitud de María, de San Luis María Grignion de Montfort, el Amor misericordioso y las Llagas del Señor.
Durante la enfermedad que la minó físicamente, obligada a permanecer en cama, mantuvo hasta poco antes de su muerte tanto la correspondencia como la relación con las personas que buscaban en ella guía, consejo, luz y mediación con el Señor, en sus asuntos.
El amor y el servicio, alimentados en la oración ante la Madre, a Jesús Sacramentado y la Cruz, encuentran su sello sublime en la ofrenda de su vida por la paz en Valverde del Camino y en todas su Patria, aquejada por un duro conflicto interno.
