Filipinas. El 1 y el 2 de febrero de 2022 se llevó a cabo la Asamblea general anual online de las Ecónomas y de las Administradoras de las Comunidades y de las obras de la Inspectoría S. Maria D. Mazzarello (FIL) de las Filipinas y Papúa Nueva Guinea.
La Inspectora sor Teresita Padron, compartió las reflexiones ofrecidas por Don Pascual Chávez, Rector Mayor emérito de los Salesianos de Don Bosco, en Roma, durante el Capítulo General XXIV, en la conferencia de título “Conviértete y vivirás”. Sor Teresita subrayó el precioso rol de las Ecónomas como administradoras y dispensadoras de las gracias de Dios en la Comunidad y en la misión y dio la oportunidad a cada participante de compartir la propia experiencia de la gestión económica en la Inspectoría.
Sor María Josefina Carrasco, Ecónoma Inspectorial, coordinó el encuentro y presentó algunos documentos de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica (CIVCSVA): las Directrices para la gestión de bienes en Los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica (2014), y Economía al servicio del carisma y la misión (2018). También retomó las Orientaciones para la gestión de los bienes en el Instituto de las FMA (2017), con referencias al Código de Derecho Canónico.
El segundo día se tuvo un fórum en que las Ecónomas y las Administradoras relataron la propia contribución práctica con respecto a las experiencias de administración económica en las diversas realidades inspectoriales.
En la conclusión de la Asamblea, la Ecónoma General del Instituto FMA, sor Ena Veralís Bolaños, se conectó online desde Roma, junto a la Consejera General para la Pastoral Juvenil, sor Runita Borja, para dedicar un saludo a las participantes. Sor Ena agradeció a las FMA el servicio en el economato y en la administración de las Comunidades y de las obras de la Inspectoría y el compromiso de profundizar los documentos del Instituto FMA y de la Iglesia.
“Un signo muy apreciado, que nos hace creíbles en la sociedad de hoy, es la comunión de los bienes al servicio de la misión por medio de caminos concretos, inculturados y verificables (Act. CG XXIII, 64)”.
