San José (Costa Rica). El 24 de mayo de 2022 en la Casa María Auxiliadora de San José, en Costa Rica – sede de las Obras Sociales fundadas por la Beata Sor María Romero Meneses, llevadas a cabo hoy por las Hijas de María Auxiliadora de la Inspectoría N. S. de los Ángeles (CAR) – se celebró la Solemnidad de María Auxiliadora con la gran devoción transmitida por la Beata, caracterizada por un fuerte impulso social y misionero:
“El título de Auxiliadora tiene un fuerte carácter social y misionero. María, como Auxiliadora, llama a los cristianos a una vida ética liberadora, es decir, a ser verdaderos y eficaces ayudadores en las necesidades personales y sociales de los más necesitados” (Marcelo Escalante).
Si ya en el día a día la devoción a la Auxiliadora se vive de manera eminente, el 24 de mayo todos participaron para hacer de la Fiesta un momento comunitario y un homenaje a la Virgen inolvidables.
El altar de la Capilla fue adornado con pasión y sentido artístico por los fieles que frecuentan la Casa, mientras bienhechores, colaboradores, profesores, estudiantes, trabajadores de las Obras, prepararon comida y dulces a favor de las personas de las Obras sociales.
Miles de personas participaron en los diversos momentos marianos – algunas desde las 4 de la mañana en el “Rosario de la Aurora” (Las Mañanitas a la Virgen) – acompañando en procesión con cantos tradicionales la imagen que ha concedido tantos milagros a Sor María. Después, se celebró la Santa Misa y durante el día hubo un continuo de Misas, Adoración Eucarística y Confesiones. Los fieles también pudieron beber y recoger con gran fe el “agua de la Virgen” que María concedió a Sor María Romero para realizar milagros. La jornada finalizó con la música típica de los “Mariachis” y con fuegos artificiales.
Todo se vivió como una única e intensa expresión de amor a María Auxiliadora y en comunión, en el espíritu de Familia salesiano, como había confiado la Beata María Romero a la amiga sor Anita Cavallini:
“No sabes lo que siento cuando pienso en la grandeza de la Santísima Virgen, que es “Madre de Dios”, no puede haber nada más grande. Me siento feliz cuando veo la Capilla llena de personas que vienen a verla. Le rezan, le cantan, la alaban, le dan gracias. Todas son personas que han recibido favores de la Virgen. Todos reciben la Comunión, en todos hay fe y amor. Esta devoción a mi Reina los lleva a Jesucristo”.
Nuestra Madre nos reúne y alienta a seguir a Jesús.
En la Casa de la Virgen se vive el Espíritu Salesiano, el amor a Jesús y María traducido en amor al prójimo, herencia de la Beata Sor María Romero.
Gracias Hermanas FMA por su misión de mantener vivo el legado de don Bosco y de Sor María.