Roma (Italia). La Madre General del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora, Sor Chiara Cazzuola, en la Circular nº 1039 del mes de junio, dedicada a los Sagrados Corazones de Jesús y María, nos anima a aceptar la invitación a recomenzar desde el corazón y a “discernir cada paso de nuestro camino de fe, a la luz del amor, de la misericordia y de la ternura”.

Recordando el anuncio del Papa Francisco, al final de la audiencia general del 5 de junio de 2024, de un nuevo documento sobre el culto al Sagrado Corazón de Jesús -en el 350º aniversario de la primera manifestación del Sagrado Corazón de Jesús en Santa Margarita María Alacoque, cuyas celebraciones terminarán el 27 de junio de 2025-, define el corazón como “el lugar donde la criatura humana encuentra a Dios,  en una intimidad única e indescriptible”, citando algunas expresiones bíblicas y afirma:

“La contemplación del Corazón de Cristo nos recuerda que confiar en el discipulado, vivido con fidelidad cotidiana, nos hace mujeres serenas, capaces de sembrar a nuestro alrededor gestos de ternura, paz y verdadera caridad”.

El Corazón de Cristo, fuente de caridad apostólica

Un ejemplo de Hija de María Auxiliadora, para quien la caridad es “un valor fundante y estratégico”, al que  “hay que dar prioridad sobre todo lo demás”, se puede encontrar en Madre Caterina Daghero -primera sucesora de Madre Mazzarello celebrada recientemente con un Convenio en Roma, el 8 de junio- que, siguiendo la estela de la Cofundadora, “No teoriza sobre la educación, sino que se arremanga y trata de dar respuestas concretas a las nuevas necesidades históricas y sociales”.

De hecho, en sus escritos y expresiones no falta la referencia a la caridad, “núcleo esencial del carisma salesiano”, que inspira a las hermanas, por ejemplo, a “estar a la vanguardia de la caridad”. y diciéndoles que “la caridad debe ser activa”, para ayudarles a “vivir el amor que se convierte en comunión y acción en la comunidad, para que se exprese eficazmente en la misión”.

Para Don Bosco, la ardiente devoción al Sagrado Corazón, alma de todas sus obras y de su predicación, es ante todo un apoyo “con ayudas sobrenaturales para el cumplimiento de su ardua misión”. Si la Basílica del Sagrado Corazón de Roma es un signo claro de ello, es sobre todo en la “caridad activa, que brotó del impulso del da mihi animas cetera tolle”, fuente de toda inspiración apostólica y manifestación eficaz de la devoción de Don Bosco.

También en lo que se refiere a  la caridad apostólica, Madre Chiara recuerda el artículo n. 7 de las Constituciones del Instituto FMA, que habla del Sistema Preventivo como “una experiencia de caridad apostólica, que tiene como fuente el Corazón mismo de Cristo y como modelo la solicitud materna de María” y las Actas del XXIV Capítulo General, que destaca que el poder humanizador del Sistema Preventivo se traduce en una presencia en medio de niñas, niños y jóvenes, que “prestan una atención creativa a su educación y les permiten encontrar nuevas respuestas a situaciones que parecen no tener salida”.

Os dejo en el Corazón de Jesús

En Madre Mazzarello podemos ver cómo el corazón es “un lugar sagrado, en el que se produce un intenso encuentro entre la persona que reza y la persona de Jesús; un lugar donde se puede entrar, se puede dialogar, puede quedarse a rezar y también tejer relaciones con los demás”.

De este principio brotan diversas expresiones, contenidas en las Cartas, a través de las cuales la Madre anima a las hermanas a aprender “el lenguaje del alma con Dios”, a no perder la intimidad con Jesús -expresándose en la oración, si es necesario, también en dialecto- a aceptar seguir “el itinerario esencial de la propia interioridad: el largo y paciente paso de la mente al corazón, centro no sólo de los sentimientos, sino del ser”.

Y de nuevo, para Madre Mazzarello, el Corazón de Jesús es un lugar donde dejar las propias preocupaciones para encontrar alivio y consuelo, un lugar de encuentro con las hermanas, un vínculo de comunión “tan fuerte que anula las distancias”, incluso cuando “un mar inmenso” las divide.

También es consciente del riesgo de que el corazón se vuelva pesado con el lastre de encerrarse en sí mismo, en las propias debilidades y pecados, aprisionando las energías del alma, por eso “confiar con abandono esponsal en el Amor de Jesús, poniendo todo en su Corazón es para ella la verdadera ‘cura’ vigorizante que ayuda a superar los síntomas del malestar,  debido a una sensación de desaliento e insuficiencia”.

Madre Chiara lo resume así: “Madre Mazzarello también nos exhorta a entrar plenamente en la certeza de que nada ni nadie podrá separarnos del amor de Jesucristo, que sólo en su amor, capaz de perdón infinito, respiramos la esperanza gozosa que ensancha nuestro corazón y nuestra mente hacia los horizontes de Dios”.

Y deja a todas las FMA la tarea de seguir profundizando en la espiritualidad de Madre Mazzarello para crecer en su conocimiento y renovar hoy la fecundidad vocacional y misionera de Mornese en nuestra hermosa Familia religiosa”.

Al final de la Circular, recuerda la hermosa tradición salesiana vinculada al 24 de junio, en la que se celebraba el onomástico de Don Bosco en el Oratorio de Valdocco, y se dirige así al Rector Mayor, “Don Bosco hoy“:

“Nos unimos, por tanto, a la Familia Salesiana para expresar nuestros afectuosos augurios al Rector Mayor, el cardenal Ángel Fernández Artime, a quien encomendamos a María Auxiliadora, para que su misión al servicio de la Iglesia universal sea fecunda de bien”.

Recuerda también la solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, invitándonos a rezar de modo especial por el Papa Francisco: “Que el Señor le conceda la salud y la sabiduría del Espíritu para que siga guiando a la Iglesia con la eficacia del Buen Pastor”.

Desde Sant’Agnello di Sorrento, en la provincia de Nápoles, donde se encuentra con las hermanas del Consejo General para los Ejercicios Espirituales, asegura un afectuoso recuerdo y oración, especialmente por las comunidades que viven en situaciones particularmente críticas y de sufrimiento, y saluda con las palabras de Madre Mazzarello a Sor Angela Vallese y a las Hermanas de Villa Colón:  “Os dejo en el corazón de Jesús, y le pido que os bendiga y os haga todas suyas, y que os mantenga siempre unidas y alegres” (V 17,5).

Circular n° 1039

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