Bellflower (Estados Unidos). La Fiesta del Gracias Mundial a la Madre General, Madre Yvonne Reungoat, se celebró en la Inspectoría María Inmaculada (SUO) en Bellflower, en California, el 26 de abril de 2019.
Estuvieron presentes Sor Chantal Mukase Ruzagiriza, Consejera General Visitadora, los Obispos, los sacerdotes, los Salesianos de Don Bosco, las FMA procedentes de las Conferencias Interinspectoriales NAC y CIMAC, los representantes de las Comunidades Educativas y los miembros de la Familia Salesiana, jóvenes y amigos.
Por la mañana del 25 de abril, la Madre se encontró con las Inspectoras de las Conferencias Interinspectoriales NAC y CIMAC para compartir la apertura de la Comunidad Interinspectorial en Monterrey, en Méjico. La nueva comunidad, Casa Monarca, tendrá su inicio en septiembre de 2019 y es una respuesta a la invitación del Capítulo General XXIII de acogida a los migrantes a través de una colaboración interinspectorial.
Por la tarde en la capilla de la Escuela St. Mary en Boyle Heights, en California, se desarrolló la velada de la Jornada Mundial de la Gratitud. Los estudiantes de la Escuela St. Mary interpretaron artísticamente los salmos de la plegaria de la tarde con cantos y danzas. Madre Yvonne dio las gracias a los jóvenes diciendo: “Sois el corazón de nuestra vida, sois nuestra alegría; vosotros dais el sentido a nuestra vida!” Después, dirigiéndose a todos los presentes la Madre subrayó: “El amor cambia el mundo, el amor da vida, el amor es fuente de alegría, el amor es contagioso”. La tarde finalizó con el momento de convivencia y los espectáculos de los niños de la escuela.
El 26 de abril, después de la plegaria de la mañana, las hermanas de cada Inspectoría de las Conferencias Interinspectoriales NAC y CIMAC expresaron la gratitud a la Madre. Después, en el Hollywood Sports Park en Bellflower, los miembros de la Familia Salesiana ofrecieron a la Madre dones para expresar su alegría y compartieron un momento de fraternidad.
A las 15:00 la Solemne Celebración Eucarística se celebró en la Parroquia de San Domingo Savio en Bellflower, en California. Mons. Marc Trudeau, Obispo de Los Ángeles, presidió la Eucaristía, concelebrada por dos Inspectores Salesianos de las Inspectorías de los Estados Unidos, Don Ted Montemayor y Don Tim Zak, y una veintena de Salesianos. En la homilía, Mons.Marc Trudeau subrayó: “Todo lo que hacemos se desplaza desde este altar de gratitud al mundo que necesita de la vida que nosotros podamos compartir. Mostremos al mundo que somos agradecidos por aquello que Dios nos ha dado”.
A las 19:00 nos encontramos todos en la Iglesia de Santo Tomás Apóstol para escuchar la Cantata sobre la vida de Santa María Mazzarello escrita por Sor Phyllis Neves y Patricia Rico. El coro se componía de estudiantes de San Domingo Savio, Santa María, Santo Tomás, algunas hermanas, aspirantes y postulantes. Los jóvenes de la Parroquia Santo Tomás presentaron la escena “A ti te las confío”, representando a cada continente del mundo, describiendo las características, las bellezas y problemáticas presentes en cada sociedad. La representación finalizó con la escena en que María Auxiliadora confió a cinco hermanas las exigencias de los jóvenes de cada continente.
Madre Yvonne dirigió la palabra a los presentes expresando la alegría de encontrarse juntos como Familia Salesiana y Eclesial.: “No he estado aquí nunca antes, pero parece que nos conozcamos desde siempre! Tenéis una parroquia multicultural porque sois de muchos países distintos. Esto es un signo de la unidad fraterna que estamos llamados a vivir”. La Madre contó cómo la Bienaventurada Virgen confió los jóvenes a Santa María Mazzarello: “El Señor nos confía siempre alguno a nosotros, siempre hay alguno que tiene necesidad de nosotros”. Después recordó cómo Madre Mazzarello salía siempre en busca de los jóvenes y cómo siempre lo hacía con alegría, citando sus cartas: “La alegría es el signo de un corazón que ama mucho al Señor. Deseo que todos vosotros tengáis un corazón que ama mucho a Jesús. Si te sientes amado por Jesús, eres feliz! Porque no hay alegría más grande que ser amado por Jesús!”
Madre Yvonne invitó a los jóvenes a que escucharan la llamada de Dios a llevar su Palabra hasta los confines de la tierra durante toda su vida.
