Roma (Italia). 14 de enero de 2018. ¡Feliz cumpleaños, Madre! Celebramos juntas la fiesta de tu vida, con la alegría y el asombro de quien ve los días y los años entretejidos con gestos de Amor. ¡Magnificat!
Reproducimos el ¡Gracias! que ha escrito la Madre por las felicitaciones de su cumpleaños.
Queridísimas hermanas,
deseo agradeceros las múltiples felicitaciones que he recibido por mi cumpleaños. Con vosotras, doy las gracias también a todas las personas que me han regalado su oración.
Me gustaría mucho responderos una a una, pero no me es posible. Lo hago con este breve y sentido mensaje, con el deseo de que entre en cada corazón y os haga sentir toda mi gratitud por las numerosas expresiones de afecto: me han conmovido profundamente.
Me siento envuelta por vuestra oración que es de ánimo a continuar el camino, pero no sola, sino juntas. Es el regalo más bello y concreto que recibo de todas vosotras. Vuestras palabras de felicitación, que nacen todas de un corazón bueno y de un profundo sentido de pertenencia, son luces pequeñas, pero preciosas, que orientan mis pasos cada día. Estas luces, reavivan en mi corazón la alegría de poder anunciar la belleza del Evangelio a tantos jóvenes que encuentro, de manera especial, a los que más necesitan gestos de amor, ternura y comprensión: los más pobres y olvidados, aquellos que fueron los preferidos de Jesús, y también de nuestros Fundadores.
Hoy es una fiesta de familia, por eso os pido que os unáis a mí para dar gracias al Señor por haberme llamado a ser Hija de María Auxiliadora, misionera de Su amor en la Iglesia y en nuestra grande y hermosa Familia religiosa.
Que la fuerza del Espíritu Santo haga cada día más fuerte y contagiosa la comunión entre nosotras, que sea testimonio creíble y suscite, en muchas jóvenes, el deseo de una búsqueda seria, la alegría de encontrar a Cristo y acoger su llamada a seguirlo, con el estilo de la espiritualidad salesiana.
He pedido al Señor, por intercesión de María Auxiliadora, que derrame sobre vosotras, vuestras comunidades, vuestras familias, los jóvenes, y los seglares que comparten la misión, la abundante oración que me ha sido regalada. Es un intercambio de dones que me hace muy feliz y me ayuda a mirar al futuro, a nuevos e inéditos horizontes, con una mirada de esperanza.
Continuad acompañándonos, a mi y a las Hermanas del consejo con vuestra oración en este tiempo de Veríficas Trienales para que, a través de un itinerario de discernimiento, podamos entender lo que el Espíritu Santo espera de nosotras hoy, y para ser cada vez más, con los jóvenes, misioneras audaces de alegría y esperanza.
Termino deseándoos vivir en comunión con la Famillia salesiana este mes de enero, rico de santidad: el beato Luis Variara, la beata Laura Vicuña, san Francisco de Sales y san Juan Bosco.
Que Dios os bendiga y que María esté a vuestro lado con la ternura de su amor de Madre.
Roma, 14 de enero de 2018 Suor Yvonne Reungoat, FMA