San José (Costa Rica). El 7 de julio de 2024 se celebra el 46 aniversario de la partida al Cielo de la Beata sor Maria Romero Meneses (1902-1977), Hija de María Auxiliadora de Centroamérica, quien, como y con María Santísima, realizó libremente la Voluntad de Dios.
“La obediencia se realiza no en personas bloqueadas por la dependencia, sino en personas libres, capaces de sana autonomía y de decisión, las cuales, con sentido de responsabilidad, hacen brotar de la comunidad la parábola de la comunión“ (En los surcos de la Alianza. Proyecto Formativo FMA, 2001, p. 155).
Como María Santísima que desde su experiencia plena del Espíritu Santo, libremente se hizo esclava del Señor, instrumento dócil y creativo, mediación de la Gracia Divina, porque “la Palabra de Dios, impregnada del Espíritu Santo, cuando se acoge con el corazón abierto, no deja las cosas como estaban antes. Inspira las buenas intenciones y apoya la acción, dándonos fuerza y serenidad. Un buen cristiano debe ser obediente, porque escucha la Palabra de Dios; creativo, porque tiene al Espíritu Santo dentro de él instándole a hacerlo, a llevarlo a cabo” (Papa Francisco, Audiencia del 27 de enero de 2021).
Estas dos dimensiones: creatividad y obediencia, se integraron y se fundieron maravillosamente en la Beata María Romero. Por una parte, gozaba de una inteligencia excepcional unida a sus talentos de artista en la música y en la pintura. Por otra, había permitido la acción del Espíritu Santo en ella, una experiencia de Dios profunda que la impulsaba en un dinamismo constante a salir de sí misma para entregarse a los demás, según la Voluntad de Dios, superando las tendencias a la autoconmiseración y pretensiones egoístas.
Sor María Romero “ama con un amor que toca la profundidad de su ser y lo enciende y consume como la «zarza ardiente» de Moisés: ama a Dios y al prójimo en Él y por Él: ama y se abandona totalmente a la acción vivificante del Espíritu Santo, la energía santificadora del Dios operante en nuestra vida, que nos transforma” (Dalcerri Lina, en Escritos Espirituales, Tomo I).
De su experiencia mística nace, crece, madura y se consolida en ella su deseo de conversión de los pecadores, su amor a los pobres, sus ansias de que todos lleven en sus corazones el amor de Jesús y María: La “fantasía de la caridad”, esa “capacidad de imaginar maneras de atender a los demás y la valentía de poner en marcha nuevos proyectos que den esperanza a los desalentados y conduzcan a acoger a los excluidos” (Conesa Francisco, Obispo de Menorca, 20 de junio de 2020).
“¡Haz con libertad lo que requiere la caridad!” (L 35,3): el eco de las palabras de Madre Mazzarello cobran forma en la fantasía de la caridad de la Beata María Romero. En ella, esta caridad creativa, fue genial, máxime en la primera mitad del siglo XX: no se limitó a su labor en el colegio, sino que salió, por medio de sus misioneritas a ir de casa en casa llevando el Evangelio y las ayudas materiales; no se quedó solo en el oratorio de su comunidad, sino que logró fundar 36 oratorios periféricos en coordinación con el Arzobispo y los párrocos; propagó incansablemente la devoción a María Auxiliadora; fundó las obras sociales…
“ Yo deseo muchas cosas y las cosas que deseo, las deseo mucho, pero sólo para mayor gloria de Dios y la salvación de las almas. Y estas cosas las someto siempre a la obediencia, considerando que, si no me las concede, la renuncia será para el Señor de mayor gloria y para mí de mayor bien. Pero,… las miles y miles de almas que corren y corren ciegamente a las tinieblas de la muerte… ¡Ah, Madre Margarita! ¡Esta tentación o pensamiento no deja de oprimirme el corazón!… ¡Cómo comprendo a nuestro Padre en su grito: “Da mihi animas!…” (Carta a Madre Margarita Sobrero, 10 de diciembre de 1973).
«Todo lo someto a la obediencia» fue una constante en su vida, su anhelo de configuración con Jesucristo, Siervo Obediente del Padre (cfr. Fil 2, 5-8). Y esta configuración no fue fácil, experimentó el profundo sufrimiento, la angustia, la crucifixión, la muerte: una directora le prohibió pedir limosnas para los oratorios, otra, la humillaba públicamente, una inspectora le cortó la obra de los oratorios periféricos, le prohibió dar el agua de la Virgen y recibir a las personas que la iban a buscar… y no fueron días, fueron años… El mayor sufrimiento de sor María no fue por ella, sino por el bien que se dejaba de hacer, fue su purificación, su experimentar que la obra no era suya sino del Señor, y Él nunca la dejó sola.
Sin embargo créame, por encima de todo y hasta de ese mi principal deseo, por el cual y en el cual giran todos los demás, está su Santa Voluntad que prefiero al mismo Cielo, pues prefiero, como decía San Francisco de Sales, ser un mosquito por Voluntad de Dios y no un Serafín por voluntad propia; por eso al final de mis ardientes súplicas termino diciéndole: “Mas no se haga mi voluntad sino la tuya, hágase en mí según tu palabra, en tus manos encomiendo mi espíritu“ (Carta al Pbro. Wenceslao Doležal (SDB), 21 de noviembre de 1957).
En este día, la Beata María Romero nos anima a no caer en la doble tentación ante los sueños y proyectos de bien: revelarnos violentamente o anquilosarnos en una sumisión mortal. Nos anima a contemplar todo bajo el misterio pascual de Jesucristo, a recordarnos que las obras no son nuestras, son del Señor y a confiar total y radicalmente en María Auxiliadora.
“Y estoy segurísima, también por mi larga experiencia, que con la ayuda de la Virgen, autorizada por la obediencia y NADA MÁS, todo marchará rebién; porque Ella, mejor dicho, ¡es quien lo hace todo!” (Carta a Madre Pilar Letón, en ese entonces Inspectora de Centroamérica, 8 de diciembre de 1972).
Sono venuta a trovarti Madre Preziosa Stammi vicina e dirigi le mie azioni al Signore e alla Mamma Celeste Maria Ausiliatrice.🌿🙏🌺💖
Creatività e Obbedienza… Queste le dimensioni della tua santità.
Grazie Signore,Maria Ausiliatrice,Spirito Santo per il dono grande,prezioso di suor Romero.A lei mi affido alla sua intercessione.