Ariccia (Italia). Se están celebrando en Ariccia las jornadas de la ‘Verifica Trienal’ Europa y Oriente Medio. El centro de la tercera jornada han sido “los jóvenes, corazón de la misión”.

El 10 de enero de 2018, la jornada ha sido coordinada y conducida por la Inspectora, Sor María del Rosario García Ribas, Presidenta de la CIEP. Se ha iniciado con la Celebración Eucarística presidida por don Fabio Attard, SDB, Consejero Regional para la Pastoral Juvenil. En la homilía, Don Fabio ha comentado la Palabra: “Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes y dos peces; pero ¿qué es esto para tanta gente?”, subrayando que la autenticidad del don vale más que la cantidad y es muy importante saber elegir a Dios y no las obras de Dios.

Después de la invocación al Espíritu Santo y el visionado del milagro de la multiplicación de los panes, la Madre General, Madre Yvonne Reungoat, ha profundizado el tema “He aquí el campo en el que debes trabajar”.

Ha propuesto algunos puntos de meditación: los jóvenes, nuestra “tierra santa”; Don Bosco: signo de la ternura de Dios entre los jóvenes; Madre Mazzarello: entre las jóvenes con estilo femenino y Mariano; despertar el corazón oratoriano y misionero; con los jóvenes; los jóvenes, misioneros de otros jóvenes.

La Madre se ha referido a las Constituciones: Las jóvenes y los jóvenes son el campo predilecto que «nos compromete a convertirnos para ellas, en la escuela de María, en signo y mediación de la caridad del Buen Pastor, mediante un proyecto cristiano de educación integral según el estilo del Sistema Preventivo» (Const. art. 63). Y de este modo ha puesto en evidencia que los jóvenes son el corazón de nuestra misión, «la “tierra santa” donde encontramos al Señor: con Él hacemos realidad su sueño sobre el Instituto» (Act. CG XXIII, Presentación pp. 5-6).

Dejándose interpelar por la Palabra del día, ha comentado: “La clave del milagro está en manos de un muchacho. Uno solo, subraya la importancia de cada persona, del joven, en singular, para Jesús. La jornada de hoy se ha dedicado a orar por las vocaciones. Los jóvenes son nuestra vida, con ellos inventamos continuamente el camino para realizar el proyecto di Dios. Esta es nuestra misión, ¡una llamada continua! La invitación del Capítulo General XXIII es “Juntos con los jóvenes” y nos pide asumir el corazón oratoriano como criterio de renovación de nuestras presencias y comunidades”.

La última parte de la mañana se ha dedicado a trabajo de grupo (seis), diálogo y discusión sobre los gestos proféticos y las buenas prácticas más necesarias, que sirvan de estímulo y renovación en cada realidad. Se han presentado a la asamblea de manera creativa y juvenil.

Por la tarde, don Rossano Sala, SDB, Secretario especial para el Sínodo de los Obispos sobre los jóvenes, ha dado una conferencia, reflexionando sobre el tema: “La levadura en la masa – el alma vocacional de la pastoral”. Ha desarrollado los siguientes puntos: la fe es el fuego vivo que engendra la acción pastoral de la Iglesia; la sensibilidad creyente confirma que la antropología vocacional es buena; una acción pastoral acertada producirá cultura vocacional; la pastoral juvenil, por necesidad, tiene un alma vocacional; la animación vocacional compete a toda la pastoral.

Ha seguido una Mesa Redonda en la que se han escuchado las voces sencillas, espontáneas y alegres de algunos jóvenes y novicias FMA (representantes de las tres Conferencias) que, respondiendo a algunas preguntas, han contado su experiencia vocacional y han ofrecido a los participantes en la Verifica orientaciones válidas sobre el acompañamiento, el espíritu de familia y la espiritualidad salesiana; sobre propuestas concretas y sobre el trabajo en sinergia y sintonía. Los jóvenes han acabado su intervención con algunos twits a la asamblea: ÁNIMO, ADELANTE Y SIN MIEDO. APUNTAD A TODOS, SIN EXCLUIR A NADIE. NO OLVIDEMOS QUE SOMOS UNA FAMILIA. GRACIAS, APUNTAD BIEN ALTO. TENED ÁNIMO. NO TENGÁIS MIEDO DE ESPERAR DEMASIADO DE LOS JÓVENES, ADELANTE. TENED CONFIANZA.

El punto final del encuentro lo ha puesto Don Rossano Sala acentuando la capacidad de la asamblea en escuchar a los jóvenes, resaltando que “el centro y la síntesis de nuestro espíritu es la caridad pastoral caracterizada por el dinamismo juvenil, que se ha manifestado tan fuertemente en Don Bosco… (art. 10 Const. SDB). Nuestro modo de funcionar va de acuerdo con el dinamismo juvenil. No basta escuchar una conferencia, hace falta dialogar con los jóvenes. El 8 de diciembre de 1965, el Concilio Vaticano II acabó con un mensaje a los jóvenes: la Iglesia es la juventud del mundo. El próximo Sínodo – ha dicho para terminar – debería ayudarnos a redescubrir el dinamismo juvenil: capacidad de arriesgar, valentía, audacia, fortaleza, capacidad de levantarse deprisa tras las caídas, de soñar, mirada de esperanza y de futuro, vivir la vida cristiana como una continua aventura.

Los testimonios en la Mesa redonda

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