Roma (Italia). Madre Rosetta Marchese (1922 – 1984), cuyo centenario de nacimiento se celebró el 20 de octubre de 2022, como sexta sucesora de Madre Mazzarello, estuvo particularmente atenta a la formación de las Hijas de María Auxiliadora.
En su infancia y adolescencia, “Rosellina”, como la llamaban, se abre al amor de Dios a través de la contemplación de la belleza de Dios por los caminos de los Alpes del Valle de Aosta y en el oratorio de las Hijas de María Auxiliadora. En la familia muestra un temperamento fuerte. En su biografía (María Collino, Piedra viva de un sacerdocio santo”) leemos: “Otras veces Rosellina estuvo al mando (expresión del dialecto piamontés) con las hermanas: ¡ay si no la obedecían! Llovió a cántaros y entonces ella se denunciaba a papá: no se disculpó con las dos pobres niñas, sino con él y aceptó su corrección. Los defectos de Rosellina tenían su peso, pero del otro lado de la balanza estaba todo el trabajo interior que tendía a convertirlos en una experiencia formativa”. (pág. 38).
La sensibilidad por la formación maduró en ella en la Acción Católica, a la que se adhirió mientras continuaba asistiendo al oratorio. Habiéndose convertido en FMA, alumna de la Facultad de Letras de la Universidad Católica del Sagrado Corazón en Castelnuovo Fogliani, fue nombrada coordinadora del grupo de FMA que residen en el colegio universitario. La biografía dice: “Inmediatamente se vio que Sor Rosetta tenía una clara y vívida intención de promover la cohesión interna de la comunidad y su apertura al medio ambiente. Las compañeras FMA la sintieron como una hermana comprometida, las otras hermanas apreciaron su cordialidad”.
La apertura a otros Institutos Religiosos es también un rasgo que se encuentra en Madre Rosetta, Visitadora y luego Madre General. Quienes la conocieron recuerdan cómo animaba a la participación en los encuentros intercongregacionales. Como Madre General, suele recibir en su despacho, no en el locutorio, a las religiosas de otros Institutos que venían a encontrarla, como hace con las FMA.
En las Circulares de su breve mandato llama a la profundidad espiritual nutrida de fuentes carismáticas, para “filtrar en la luz de Dios todas las solicitudes que nos llegan de fuera y todas las circunstancias que tejen nuestra vida cotidiana” (Circular 661, 24 septiembre de 1983). Se puede decir que esta preocupación, repetidamente expresada en su enseñanza, constituye su compromiso personal de vida.
Declara valientemente: “Mi miedo es precisamente este: que nos quedemos en la superficie, que pasemos de riqueza en riqueza sin hacer la necesaria profundización e integración vital de ella. Este miedo, sin embargo, también está lleno de esperanza: de hecho, estoy segura de que todas estamos comprometidas en ese camino de conversión al que nos llama de manera particular la gracia extraordinaria del Año Santo que estamos celebrando. (…) Esta conversión afecta a cada persona, pero no puede ser completa y duradera si los miembros de la comunidad no nos apoyamos unos a otros, en nuestro característico espíritu de familia”.
Continúa: “el espíritu de familia impregna todas las formas de nuestro vivir como FMA: donde no hay espíritu de familia no hay Sistema Preventivo “como experiencia de comunión vivida entre nosotras y los jóvenes en un clima de espontaneidad, amistad y alegría”.
Madre Rosetta continúa sobre el tema, refiriéndose a los Fundadores: “Contemplar a Don Bosco y a Madre Mazzarello, a quienes el Señor llamándonos a vivir en el Instituto nos dio como Padre y como Madre, modelos para inspirarnos a vivir en comunión con Él, Trinidad de inefable comunión, y entre nosotras, miramos nuestra realidad. Un gobierno autoritario, centralizador, maternalista, permisivo, desvirtúa el espíritu de familia según el corazón de Don Bosco y Madre Mazzarello. Está igualmente distorsionado por la desestimación de la autoridad, el desprecio del papel de la directora como animadora de la comunidad. Lo deforma la autosuficiencia, el individualismo, la asunción de iniciativas personales en detrimento de la unidad y la convergencia de intervenciones en el camino apostólico. La envidia, los celos y la crítica destructiva lo deforman.
Todo esto es posible con ‘un salto en la fe’. “Todo lo puedo en aquel que me conforta” (Fil.4,13). Hacemos nuestra la afirmación paulina y creemos que el Padre Celestial y María Auxiliadora nunca dejarán que nos falte la ayuda para construir la verdadera familia en nuestras comunidades. Familia ordenada, donde nos amemos de corazón, donde vivamos bien y felices juntas, donde la Eucaristía sea el vínculo de unidad, donde nos apoyemos y las alegrías y las penas de una sean las alegrías y las penas de la otra. Familia en la que la persona vale más que cualquier proyecto bonito y, sin embargo, donde todas las personas se sienten implicadas según su papel y sus fuerzas para que el proyecto comunitario se haga realidad”.
Mientras la Iglesia propone la profundización de la sinodalidad, el mensaje de Madre Rosetta parece más significativo y actual que nunca.
Dear mother Rosetta,
I was a newly professed FMA when you became the mother of all FMA all over the FMA world. Though I didn’t have the chance to meet you personally, I was impressed of your happy holy countenance. Thank you for your encouraging words
Grazie, Madre Rosetta per quello che sei stata e per quello che continui ad essere dal Paradiso, dove vivi in pienezza quell’unione che hai iniziato a vivere quaggiù. Aiutaci a fare delle nostre comunità il luogo della comunione vera e fraterna, nell’accoglienza e nel perdono reciproco delle inevitabili fragilità. Grazie
Io me la ricordo bene …. Ero piccola, ma ho avuto modo d’incontrarla tante volte abitando lì in zona e frequentando l’istituto …. Bei tempi e gran bella persona.