Bangalore (India). Durante el mes de junio de 2022, en preparación a la celebración del Centenario de la presencia de las FMA en la India (1922-2022),
la Inspectoría Sagrado Corazón de Jesús (INK) propuso a las Hijas de María Auxiliadora de la Inspectoría tres “jornadas de renovación espiritual”, con la finalidad de “soplar las cenizas y despertar el Espíritu de los orígenes”.
Los encuentros, subdivididos en cuatro turnos por años de profesión, con cerca de 50 FMA para cada uno, han sido dirigidos por sor Celine D’Cunha, FMA de la Inspectoría Corazón Inmaculado de María (INS), que ha tratado diversos argumentos como: La belleza y la grandeza de la vocación salesiana; La vida consagrada hoy; La formación permanente; El Sínodo sobre la sinodalidad; La fidelidad al carisma; Los desafíos de la educación en la era digital; Las deliberaciones del CGXXIV, subrayando particularmente la presencia y el acompañamiento.
Las participantes han expresado su gratitud a sor Celine por la apasionada y carismática animación de las jornadas, por la vivacidad en la transmisión de sus vastos conocimientos y por la generosa disponibilidad.
Algunas FMA comparten su experiencia:
“Sor Celine ha sido interesante de escuchar y entusiasmante al compartir sus amplios conocimientos, con numerosos ejemplos personales. Ha sido un tiempo de renovación para cada una de nosotras” (sor Marietta).
“Estoy de verdad agradecida a sor Celine por su espíritu fervoroso y atractivo, que nos ha permitido volver a encender la llama del amor a Jesús, y así renovarnos para reemprender el camino vocacional y nuestra misión” (sor Sahaya).
“Estoy contenta de haber podido regenerarme para afrontar mejor la misión, ya que nuestra presencia en esta época contemporánea es muy importante y comprometedora” (sor Valsa).
Todas las FMA que han participado en estas jornadas han vuelto enriquecidas, renovadas y con el fuerte deseo de volver a vivir el Espíritu de Mornese.
“En el tiempo de los Ejercicios hemos encendido el fuego en nuestros corazones, pero si de vez en cuando no sacudimos las cenizas y ponemos madera en él, se extinguirá” (Madre Mazzarello, Carta 27/8).