Castelgandolfo (Roma). Los días 30 de abril y 1 de mayo de 2024, las Hijas de María Auxiliadora de 1 a 10 años de Profesión de la Inspectoría Romana San Juan Bosco (IRO) vivieron el penúltimo encuentro de formación en Castelgandolfo. En las dos jornadas estuvieron presentes la Vicaria General del Instituto FMA, Sor María del Rosario García Ribas, la Inspectora de IRO, Sor Gabriella Garofoli, y la Vicaria Inspectorial, Sor Antonella Terravecchia.
El espléndido escenario que las recibió fue la Casa Santa Rosa, donde la acogida, con atención a cada detalle, les permitió vivir un tiempo de formación, pero también de refrigerio, dándoles la oportunidad de recargar las pilas en vista de la conclusión del año educativo-pastoral.
El encuentro se enmarca en el itinerario formativo 2023/2024 en el que se profundizó en la dimensión afectiva de la identidad de la Hija de María Auxiliadora, tratando el tema de la afectividad y la sexualidad en la Vida Consagrada, desde un punto de vista bíblico/teológico, antropológico y psicológico.
La Conferencia celebrada del 1 al 3 de marzo en la Universidad Pontificia Salesiana, titulada “Juventud y sexualidad”, encaja perfectamente en el tema, permitiendo a las jóvenes FMA abrirse a perspectivas significativas sobre esta realidad y del modo en que, en este tiempo de fluidez, se vive esta dimensión, a partir de los jóvenes con los que caminan cada día.
En este evento, sin embargo, hemos querido subrayar el aspecto carismático de esta dimensión: cómo, específicamente del carisma, se está llamado a vivir la afectividad. Por lo tanto, el encuentro sólo podía referirse a la bondad amorosa como característica del estilo relacional salesiano.
Estando en el umbral del mes de mayo, y reconociendo que no hay mejor manera de aprender la bondad amorosa que de Aquella que es el modelo de toda maternidad, antes de llegar a Castelgandolfo se hizo una parada para visitar la Basílica de San Clemente in Velletri, donde se conserva la imagen de Nuestra Señora de Gracia. Allí el grupo fue recibido por Don Claudio Sinibaldi, quien con gran entusiasmo y abundancia de detalles, las hizo partícipes de la historia de la Basílica y en particular de la del icono de Nuestra Señora de las Gracias que data del siglo VIII, que desde el ‘600 ha sido objeto de gran devoción por parte de toda la población que la visita particularmente en la primera semana de mayo, en una gran procesión para la que ya estaban en pleno apogeo los preparativos. A Ella las FMA le han confiado su camino, sus comunidades y a todos los jóvenes que acompañan en la misión.
Después de este comienzo “superlativo”, tuvieron la alegría de tener con ellas a la Vicaria general, Sor María del Rosario García Ribas, que enriqueció el encuentro, así como con su valiosa contribución sobre el tema de la bondad amorosa en las Constituciones FMA, también con el don de su presencia fraterna y cercanía, permaneciendo ambos días.
Para sellar la experiencia, en la mañana del 1 de mayo, don Enrico Lupano, salesiano de Don Bosco, con su preparación y experiencia de vida apostólica salesiana, profundizó en el tema de la bondad amorosa en la misión.
Esta experiencia permitió a las jóvenes recordar -es decir, traer de vuelta al corazón- que la bondad amorosa, antes de ser una actitud que hay que cuidar hacia los demás, es una respuesta al amor de Dios por la que uno se siente profundamente amado. También han redescubierto que vivir la bondad amorosa no es más que cuidar de la propia humanidad, haciéndose cada vez más capaces de relaciones maduras y libres, generadoras de vida nueva.
Algunas impresiones de las participantes:
“Para mí fue significativo mirar la bondad amorosa como el corazón del sistema preventivo y de nuestro carisma y nuestra vocación, es decir, redescubrir y asumir cómo la bondad amorosa es efectivamente el rasgo distintivo de la vocación salesiana, tanto del voto de castidad como en particular del estilo de nuestras relaciones. Esto nos permite ser capaces de mirar nuestra vida a la luz del criterio de la bondad amorosa. Fue hermoso poder hacer esto a la luz del carisma, a través de las Constituciones y la experiencia de nuestro Fundador”.
“Este encuentro me estimuló a mirar el futuro con otros ojos, sin detenerme en el pasado, en las cosas que están mal, en las que nos gustaría que estuvieran y no están, pero, partiendo de la realidad de nuestro hoy, creo que el Señor nos llama a renovar nuestra forma de mirar el futuro. También me llamó especialmente la atención la metodología de la ‘conversación espiritual’ que nos enseñó Sor Chary (Sor María del Rosario) que, marcando las etapas, de alguna manera me confirmó que el Señor durante el compartir habla con las palabras del otro y, por lo tanto, cuando algo nos detiene, estamos llamados a hacernos don para los demás, a quienes Dios quiere llegar”.
“Creo que el último encuentro fue particularmente interesante, porque Sor Chary y P. Enrico no vinieron solo como ‘expertos’ con la intención de enseñarnos algo, sino que se involucraron en un proceso que dejó herramientas interesantes para el futuro, como el método de ‘conversación espiritual’; Don Enrico también nos provocó al abrirnos preguntas sobre el futuro. Aprecié mucho su apertura y sus ganas de ser parte de un camino de reflexión y crecimiento que va más allá de los dos días que vivieron”.
“Fue significativo para mí poder reflexionar sobre la dimensión corporal de nuestro ser Esposas de Cristo, es decir, que nuestra elección no es solo de naturaleza espiritual, sino que hay un ser humano completo que cuidar y que a menudo descuidamos. Creo que es importante recordar que el Señor no me ama por lo que hago, sino por lo que soy. Y debo cuidar de este ser mío. También me ha impresionado especialmente el compartir personal de sor Chari que, como Vicaria General, a menudo se encuentra viajando y compartiendo con personas que no conoce, pero en cada ocasión reconoce en los rostros de las hermanas, incluso en el otro lado del mundo, el rostro de verdaderas hermanas”.
