Roma (Italia). La Madre General del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora, Sor Chiara Cazzuola, presenta la Circular nº 1042 de octubre, mes misionero, recordando la labor de la Segunda Sesión de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión, en curso hasta el 27 de este mes, un  camino “hermoso, pero agotador“, que recorrer juntos como pueblo de Dios.

“Como Hijas de María Auxiliadora somos conscientes de que estamos llamadas a recorrer un camino de comunión misionera, sea como Iglesia y como comunidades educativas, seguras de que el Espíritu Santo actúa en cada persona. Junto con todos los fieles en Cristo, se nos confía la tarea de vivir cada relación con responsabilidad y creatividad, para que sea una manifestación constante de la gratuidad y de la misericordia de Dios”… para ser para el mundo, “gozosa y fielmente, un sacramento de esa luz que es reflejo de la luz de Cristo, nuestro Sol”, dice la Madre.

Signos y portadoras gozosas de salvación

La invitación a “proclamar la Buena Nueva a todos, caminando juntos para lograr una verdadera sinodalidad misionera al servicio del Evangelio, con especial atención a los niños, a los jóvenes y a las jóvenes, a los más pobres” resonó de modo especial, para las 9 Hijas de María Auxiliadora de la 147ª expedición misionera, los 27 salesianos de la 155ª expedición misionera y algunos laicos de la Comunidad de Don Bosco que,  el domingo 29 de septiembre de 2024 en Turín, en la Basílica de María Auxiliadora, durante la celebración eucarística presidida por el Vicario del Rector Mayor, don Stefano Martoglio, recibieron el Crucifijo misionero.

“Estas hermanas y hermanos enviados en nombre de Jesús son muy conscientes de que el contexto histórico y social actual ha cambiado y nos pone frente a nuevos escenarios”, observa Madre Chiara, al hablar de un nuevo concepto de misión: “La misión ha pasado de una inculturación, que se percibía como invasiva y extrínseca, a una misión que busca en todos los sentidos valorizar plenamente las diversas tradiciones culturales. Hemos pasado de una teología que nació en Occidente y de Roma se dirigía a los pueblos, a una teología de las Iglesias locales y de las ‘periferias’ que vuelve al ‘centro’, y estimula, enriquece y acrecienta la Iglesia universal”.

Además, “todavía hay tierras por evangelizar y naciones que ignoran el Evangelio, por lo que el término ad gentes conserva todo su valor“.

Subraya que cada envío misionero en la Iglesia -también a través de la Familia Salesiana- es siempre “un acontecimiento de gracia en el que se celebra la gratitud a Dios por lo que ha hecho en Valdocco y Mornese” y “nos recuerda que María es la Maestra de la Evangelización”. Por lo tanto, nos anima a rezar por los misioneros, “llamados a ser mujeres y hombres capaces de entregarse totalmente”, en particular por las nuevas misioneras FMA, que están viviendo el proceso de discernimiento y la preparación para su futuro destino.

La valentía de mirar hacia el futuro

Madre Chiara propone una mirada hacia el futuro para reavivar el impulso profético del carisma salesiano como un don a la Iglesia y a la humanidad, un proceso de conversión que ayuda a apasionarse y acoger una nueva llamada misionera.

Teniendo en cuenta la historia del Instituto, señala que desde el inicio hubo “una especial impronta misionera”, que alimentó la audacia, las opciones, el estilo de vida, el clima de las comunidades y las obras educativas, materializándose en 1877, sólo cinco años después de la Fundación, en la partida de 6 hermanas jóvenes hacia Uruguay.

“Nacimos para volar”, afirma, retomando las palabras pronunciadas por Don Bosco – “Ha llegado el momento de abrir nuestras alas a algunos pequeños vuelos” – anunciando la primera fundación, después de la de Mornese, en Borgo San Martino en 1874. “Comienza siendo pequeño, pero se trata de un vuelo, que continuará con valentía en las trayectorias infinitas y providenciales de Dios en el espacio libre e ilimitado del anuncio de Jesús”.

Luego se detiene en el estilo misionero de Don Bosco – que envía más Hijas de María Auxiliadora en misión que salesianos – y de Madre Mazzarello, que asumió totalmente los rasgos de la compasión de Jesús y de la ternura materna de María, tratando de responder a la pobreza de los jóvenes de su tiempo, sin encerrarse en categorías o territorios. “El corazón misionero de nuestros Fundadores los hace ‘salir’ al encuentro de los jóvenes más pobres y abandonados, dispuestos a dar la vida para salvarlos. Es un espíritu misionero que se convierte en audacia creativa y, a menudo, en “temeridad”… Un espíritu misionero que no se puede detener“.

Siguiendo las huellas de los Fundadores, la Madre describe el espíritu misionero de la Hija de María Auxiliadora: “es lo que mueve el ‘yo voy’. No se trata de mirar desde lejos, sino de actuar para intervenir y hacer el propio aporte, aunque sea pobre y modesto. Es prontitud y oportunidad en la búsqueda de todos los medios que favorezcan el bien”.

Y también: “En nuestros Fundadores no hay lugar para el miedo paralizante, ni para la pasividad infructuosa. Ellos cuentan con la fidelidad de Dios y con su paternidad que no abandona a sus hijos, sino que los necesita para llevar a cabo sus planes de salvación”.

La confianza en el Espíritu Santo, que ilumina, guía y dirige y “conoce bien lo que se necesita en cada época” (EG, n° 280) es otro elemento indispensable que ayuda a mantener vivo el celo misionero y a garantizar la fecundidad de la obra misionera.

También son de ayuda y ejemplo las “candidatas a los altares” del Instituto FMA, a las que se pedirá intercesión, profundizando sus rasgos,  el 30 de octubre de 2024, en la transmisión en vivo organizada por el Secretaría General en las proximidades de la Solemnidad de Todos los Santos, de la que se darán indicaciones próximamente en  el sitio web del Instituto.

Otra cita importante es el inicio del trienio de preparación al 150º aniversario de la primera partida misionera, que tendrá lugar el 14 de noviembre de 2024, con una solemne celebración retransmitida online desde la Casa Generalicia, durante la Conferencia de formadores que se celebrará en Roma.

“El período de tres años finalizará el 14 de noviembre de 2027. En el año jubilar 2025, nos uniremos a las iniciativas que se llevarán a cabo para la celebración de la primera expedición misionera de nuestros hermanos salesianos”, comunica la Madre.

La Circular concluye con el deseo: “Encomendémonos a María, la primera misionera del Evangelio, con la certeza de que es Madre y Maestra, Auxiliadora de los cristianos que acompaña a sus hijos e hijas que peregrinan hacia la plenitud de la santidad. Con el corazón lleno de esperanza y gratitud, consciente de la renovada llamada a “reavivar el fuego”,  os  auguro a todas de ponerse a la escucha del Espíritu Santo, nuestro guía seguro en los caminos de la evangelización”.

Circular n° 1042

6 COMENTARIOS

  1. ¡Nacimos para volar! Que nada ni nadie nos haga creer lo contrario. Cada día emprendamos pequeños vuelos que nos acerquen más al cielo. Gracias Madre por avivar el fuego 🔥

  2. Que belleza de Circular e prenda de tanta Esperanza y Alegria… Memoria q nos empuja a seguir la orma de Jesus Buen Pastor… Con D. Bosco y Madre Mazzarello. Un abrazo misionero. Sor Aida

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