Roma (Italia). El 26 de mayo de 2022, en la Solemnidad de la Ascensión, se celebra la XX Jornada mundial de la Educación católica, instituida en el 2002 durante un Congreso de la Oficina Internacional de la Educación Católica (OIEC) tenido en Brasilia, para reclamar la atención sobre la contribución que las Instituciones educativas pueden ofrecer al desarrollo global y a la promoción de una cultura de paz y fraternidad.
Las Escuelas católicas llegan a unos 62 millones de niños en jardines de infancia, escuelas primarias y secundarias. Además, más de 6 millones de estudiantes están inscritos en Institutos y Universidades católicas a nivel post-secundario. La Escuela católica contribuye a los esfuerzos para alcanzar el 4° Objetivo de la Agenda 2030, que consiste en proporcionar una educación de calidad, equitativa e inclusiva, y oportunidad de aprendizaje para todos (Informe Global sobre la Educación Católica 2021).
Objetivo de la Jornada, promovida por las Instituciones Internacionales de las Instituciones educativas católicas de los distintos continentes, es reflexionar, reconocer y celebrar la educación católica.
En particular, se pone el acento en la invitación a responder a la llamada del Papa Francisco a promover juntos y activar, a través de alianzas educativas, el Pacto Global sobre la Educación.
El Pacto Mundial sobre la Educación es un compromiso de todas las realidades educativas a ser siempre más y mejor capaces de dialogar con el territorio, la cultura y todos los que trabajan en el campo educativo, tejiendo redes y estrategias que apunten a la formación integral de la persona en el horizonte del humanismo cristiano, implicándose activamente en la promoción de la justicia y por tanto en la transformación social para la construcción de una convivencia democrática y pacífica.
A la escucha del grito de los jóvenes, de los pobres y de la Tierra, el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora, entre las opciones prioritarias del Capítulo General XXIV, acoge el Pacto Educativo Mundial en el estilo del Sistema Preventivo, en red con la Familia Salesiana, las instituciones y agencias educativas nacionales e internacionales, interculturales, interreligiosas, intercongregacionales.
Es el servicio desarrollado en el día a día de las Comunidades Educativas de las FMA extendidas por los cinco continentes, comprometido en la educación formal, no formal e informal, con obras, ambientes educativos y presencias capilares sobre el territorio, con proyectos que conjugan “el educar evangelizando y el evangelizar educando”, contextualizándolos en los valores y en los lenguajes juveniles locales y globales, en complementariedad con carismas y personas convocadas por una misión común.
Celebrar la XX Jornada mundial de la Educación católica significa situarla en los desafíos de la contemporaneidad para los educadores y educadoras: tras la emergencia sanitaria de la pandemia del Covid-19, que continúa causando impactos en el aprendizaje, están presentes otras crisis, sobre todo debidas a la guerra y al empobrecimiento, que van a incidir en el desarrollo armónico de niños y adolescentes. El cierre de las escuelas – parcial o total – y de muchas actividades, tienen consecuencias profundas tanto para los pequeños como para los mayores.
También surgen situaciones preocupantes relacionadas con las generaciones más jóvenes, como el abandono escolar prematuro y el abandono de la vida social, destacadas por investigaciones y estudios – que bajan el nivel de preparación y aumentan la aparición de problemas psicológicos, minando el deseo de soñar y vivir.
Al mismo tiempo, constituyen motivos de esperanza:
* El compromiso de numerosas Comunidades Educativas que están afrontando, en alianza con las familias y las instituciones, los desafíos sociales, culturales, de sostenibilidad urbanística, ecológica y económica y las consecuencias de la pandemia, para actuar planes de ecología integral en línea con los objetivos de la encíclica Laudato si’.
* El intenso trabajo para educarse y educar a los jóvenes al cuidado, a la no-violencia, a la amistad social, respondiendo a la llamada a la fraternidad universal que hizo el Papa Francisco en la Encíclica Fratelli tutti.
* La adhesión a las iniciativas de la Comunidad cristiana en el clima del camino sinodal, fortaleciendo los lazos con y entre las familias, las asociaciones, las parroquias y los movimientos.
La Jornada Mundial de la Educación católica en este tiempo de crisis económicas, ambientales, políticas y humanitarias, es además una oportunidad para responder al urgente llamamiento a la paz, tejiendo “una red de solidaridad con los que creen en la educación, sobre todo con los otros grupos de la Familia salesiana comprometidos en la misión eclesial” (Líneas orientativas de la misión educativa de las FMA, Cap. 3).
En el sitio web della Jornada están disponibles diversos recursos, entre ellos un folleto de una página y un opúsculo de 8 páginas – en inglés, francés y español – y un informe sobre los siete compromisos solicitados por el Papa Francisco en virtud del Pacto Mundial sobre Educación, basado en entrevistas, entre las cuales la dirigida a sor Mickerlyne Cadet, FMA de la Inspectoría N. S. del Perpetuo Socorro de Haití (HAI),
“Creemos que la educación es una de las formas más efectivas de humanizar el mundo y la historia. La educación es sobre todo una cuestión de amor y de responsabilidad que se transmite en el tiempo de generación en generación” (Papa Francisco).