Roma (Italia). En línea con el Sínodo sobre: Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional (cf. Instrumento de trabajo nn. 213-214) se comparte este mes la segunda profundización sobre el proceso de acompañamiento en la juventud de nuestras Santas, Beatas, Venerables y Siervas de Dios.
Sor Teresa Valsé Pantellini: Una juventud vivida en la búsqueda del sentido verdadero de la vida.
Teresa Valsé Pantellini lo tenía todo para ser feliz: una posición social acomodada, una madre inteligente que la llevaba al teatro y a los salones de la burguesía romana, el bien y el cariño de los familiares, la formación cultural en los mejores colegios femeninos, un chalet en donde transcurrir las vacaciones del verano con el personal de servicio a disposición, la posibilidad de viajar en Italia y al extranjero, dotes de inteligencia y de gracia, una cierta autonomía personal y una óptima propuesta de matrimonio a la edad de 20 años.
Ella sin embargo no se dejó seducir por los principios de este mundo. A partir de los recursos que la naturaleza y la sociedad le habían dado, Teresa se puso a la búsqueda del sentido verdadero de su propia vida y, después de haber percibido la luz, decidió “irrevocablemente” entrar en un Instituto religioso educativo pobre para donar su vida a las jóvenes que no habían sido tan afortunadas como ella. Se propuso “pasar inobservada” entre ellas y entre las Hermanas para hacer solo el bien, con discreción y en silencio, a imitación de Aquel que la había llamado a seguirlo más de cerca.
Alguien habría podido preguntarse: su opción ¿ha sido un rechazo caprichoso de la vida burguesa? ¿Una decisión equivocada? ¿Una rebelión juvenil en contra de la familia? ¡Nada de todo esto! Su experiencia de vida es aún hoy una luz para nosotras y para los jóvenes porqué es fruto de un largo y fatigoso discernimiento, acompañado por Dios y de guías sabias que encontró a lo largo de su jóven vida.