Madrid (España). En una entrevista publicada el 18 de noviembre de 2021 en el semanario de información católico Alfa y Omega, suplemento del diario español ABC, sor María del Rosario García Ribas, elegida Vicaria General del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora durante el Capítulo Generl XXIV, habla de los nuevos desafíos a que son llamadas las Hijas de María Auxiliadora y las Comunidades Educativas en la misión con los jóvenes, en un escenario caracterizado todavía por la pandemia de la Covid-19.
“En la pandemia los jóvenes han redescubierto valores olvidados” es el título de la entrevista realizada por la periodista María Martínez López, en la que sor María del Rosario recuerda el evento del CGXXIV vivido recientemente, donde las Capitulares, atentas al ejemplo de María en Caná de Galilea, reflexionaron sobre cómo ser una “presencia que escucha, que camina con los otros, en comunión con la comunidad, en salida y en red” para “identificar las llamadas de Dios“ en una realidad “inédita” como la actual.
Durante la pandemia, los jóvenes de las obras en que están comprometidas las FMA “han compartido con toda la humanidad el dolor, la inseguridad y la incertidumbre” – explica sor María del Rosario, que antes de ser llamada para el servicio de Vicaria General era Inspectora de la Inspectoría María Auxiliadora (SSPA) – y han experimentado “pesimismo, tristeza, soledad y dificultad para proyectarse en el futuro”. Y también, compartiendo las experiencias, han emergido “la generosidad, la solidaridad y el compromiso” generados en este tiempo de crisis.
Por parte de las Comunidades Educativas, no faltó el compromiso de acercarse a los jóvenes, a través de la asistencia material a las familias de los y las estudiantes, y la ayuda para la formación a distancia durante el lockdown, enviando material, abriendo una emisora de radio o financiando la conexión wi-fi en casa. En muchas de estas iniciativas, “los jóvenes han sido protagonistas”, dice la Vicaria General – y “se han sentido llamados a redescubrir valores que quizás habían olvidado”:
En la entrevista, sor María del Rosario aborda también el aspecto de las vocaciones y subraya que lo esencial no está en la búsqueda de mejores formas de gestión y de organización, sino en el “deseo de continuar respondiendo con fidelidad al carisma” y de apostar por “lo verdaderamente fundamental: dar respuesta a las aspiraciones profundas de los jóvenes, especialmente de los más débiles; acompañarlos desde un punto de vista educativo y proponer el Evangelio como fuente de felicidad”.
Los jóvenes son “tierra sagrada y nosotros queremos verlos, como decía Don Bosco, felices aquí y en la eternidad”, subraya. “Nuestra presencia en medio de ellos llegará al culmen cuando se encuentren cara a cara con Jesús de Nazaret. Es nuestro objetivo”. Llegar a ellos a través de la educación en el tiempo libre “no significa quedarse en la superficie, abriéndoles los patios para hacerlos jugar, los gimnasios o los teatros para hacerles hacer un musical”. Todas estas actividades “van acompañadas de una propuesta clara de fe” y adaptadas a ellos.
A este propósito, sor María del Rosario reconoce que la Exhortación post-sinodal Christus vivit, que el Papa Francisco ha animado a continuar profundizando, es “un verdadero don”: tiene “claves muy concretas” de las que las Hijas de María Auxiliadora hacen uso para “consolidar y abrir nuevas prospectivas” en el acompañamiento y para garantizar que los jóvenes “sean protagonistas” en la vida de las Comunidades Educativas.