Roma (Italia). La Asociación COSPES Italia (Centros de Orientación Escolar Profesional y Social), que lleva a cabo actividades de orientación en el sector educativo y socio-cultural, ha dirigido una investigación para analizar las opiniones, los estados de ánimo y las expectativas de los estudiantes en tiempo de pandemia.
Los resultados de la investigación han sido presentados el 10 de septiembre de 2021 en un Seminario online realizado por el COSPES Nacional, en colaboración con el CIOFS/Escuela y el CIOFS/FP Lombardía.
La encuesta se realizó entre abril y mayo de 2021, por medio de un cuestionario online dirigido a los alumnos/as, de edad comprendida entre los 14 y los 19 años, de 15 Instituciones escolares de las Hijas de María Auxiliadora y de los Salesianos de Don Bosco presentes prevalentemente en Lombardía, Piamonte y Lazio. Han respondido al cuestionario 1752 niños / niñas, de los cuales el 52% son hombres y el 48% mujeres.
El fin de la investigación, expuesto a los jóvenes al principio del Cuestionario, era identificar respuestas educativas a sus necesidades en este momento en particular. Los Centros COSPES entienden la Orientación como una “modalidad educativa permanente”, un proceso continuado en función de la individualización y la potenciación de las capacidades de la persona en crecimiento, para que, realizándose integralmente, se inserte de manera creativa en la sociedad en transformación. Por esto es importante, a un año del inicio de la pandemia de la Covid-19, preguntarse qué “les queda” a los jóvenes y conocer sus experiencias, en vistas a intervenciones más específicas e incisivas hacia ellos.
La situación pandémica ha determinado un cambio de los hábitos y de los estilos de vida. Muchas de las actividades y de los momentos de socialidad se tienen online. Interrumpiendo la socialidad y obstaculizando relaciones fundamentales en el proceso de crecimiento en este segmento de edades, la pandemia, en algunos casos, ha acrecentado las fragilidades de la fase de la adolescencia. De particular preocupación son las categorías más débiles, incluidos los adolescentes que carecen de un entorno familiar de apoyo. En algunos casos el escaso acceso a las informaciones o a los servicios fundamentales puede haber acentuado el sentido de desorientación y de incertidumbre.
Muchos jóvenes han vivido la pandemia con gran desasosiego. Las peticiones de ayuda a los especialistas por situaciones ligadas a la pandemia han visto un aumento de cerca del 30%. La clausura de las Escuelas y el paso a la Didáctica a Distancia (DAD) ha aumentado la incidencia de la angustia juvenil. La escuela, en efecto, además de ser un ambiente de aprendizaje, es un lugar de socialidad fundamental, en esta fase evolutiva, para la construcción de una identidad personal, formativa y profesional. Los adolescentes, encerrados en sus habitaciones y conectados durante muchas horas al día, se han sentido más aislados. La soledad es el aspecto que con más frecuencia dicen experimentar.
Los/las adolescentes entrevistados/as han revelado, en general, un empeoramiento del propio rendimiento escolar, una desmotivación creciente hacia la educación a distancia, un prevalente sentimiento de cansancio, un sentido de incertidumbre, con la preocupación por sus opciones futuras.
La singularidad de este momento histórico requiere una particular atención en clave interdisciplinar, para captar la dinámica del mundo juvenil y delinear nuevas estrategias educativas que apunten al desarrollo integral de la persona y conduzcan a los jóvenes a desarrollar las propias potencialidades para vivir en plenitud el tiempo presente y encarar con confianza el futuro.
“Sin una acción rápida, la crisis de la Covid-19 tiene el riesgo de ser una crisis para los derechos de los niños y de los adolescentes. Sólo trabajando juntos, podemos garantizar la salud, la seguridad y la educación de millones de niñas y niños”.
(Henrietta Fore, Directora Ejecutiva de UNICEF)