Nizza Monferrato (Italia). El 26 de febrero de 2024 se conmemora el centenario del nacimiento al cielo de Madre Caterina Daghero (1924-2024), Hija de María Auxiliadora, primera sucesora de Madre Mazzarello, que con audacia creativa y firme arraigo en el Carisma impulsó el Instituto FMA, en pleno florecimiento, para dar respuestas a las muchas necesidades del siglo que se cerraba y del nuevo que se abría.
El 24 de febrero, en la memoria mensual de María Auxiliadora, protectora y ejemplo de vida entregada, el Instituto Nuestra Señora de las Gracias de las Hijas de María Auxiliadora de la Inspectoría María Auxiliadora (IPI), organizó el Congreso “Madre Catalina Daghero: de Niza al mundo con visión de futuro”.
El Obispo de la Diócesis de Acqui, Mons. Luigi Testore, la Vicaria General, Sor María del Rosario García Ribas, y la Consejera para la Formación del Instituto FMA, Sor Nilza Fátima de Moraes, autoridades civiles, Inspectoras de Europa, Maestras de Novicias, Hermanas y laicos, Exalumnas y Salesianos Cooperadores llenaron la “Casa Madre” en un ambiente festivo. También estuvieron presentes los sobrinos tataranietos de la Madre Daghero: Sandra y Roberto Costantino.
El cordial encuentro en el espíritu de la Familia Salesiana se combinó con el rigor de la investigación y la pasión por el estudio profundo que los numerosos participantes apreciaron en la exposición histórica realizada con arte y competencia por sor Angela Marzorati, responsable de la Oficina de Documentación Fotográfica y Audiovisual – Archivo General FMA – Sector Fotográfico, en las apasionadas intervenciones de la Directora y Secretaria General Emérita, Sor Piera Cavaglià, de Sor Maria Concetta Ventura, Sor Grazia Loparco y Sor Paola Cuccioli, en la nueva biografía editada por Angela Bertero – El coraje de soñar con el futuro – en el homenaje musical del coro S. Bernardo de Novara, dirigido por Maria Dina Bertotti, que concluyó la jornada. Los jóvenes estudiantes del Ciofs-FP de Casale Monferrato y Alessandria también dieron su contribución, preparando y sirviendo, con arte y entusiasmo, el buffet para los participantes.
Todos contribuyeron a dar a conocer un poco mejor y un poco más a esta figura, dejando a los participantes con el deseo de leer sus innumerables cartas y aún más de invocar su ayuda. Madre Catalina, tan fácilmente conmovida y capaz de actuar para responder cada petición, es una guía para vivir como ella en la compasión y en el compartir, para: “Estar a la vanguardia de la caridad”.
“Hoy estamos en fiesta porque celebramos el centenario de una vida fecunda: la vida y la misión de la Madre Catalina Daghero, que vivió aquí, en esta casa, durante unos 50 años, dejando huellas de luz.“. Estas son las palabras iniciales de Sor Piera Cavaglià, que continuó con algunas pinceladas históricas:
” Su historia es increíble:
- Huérfana de madre a la edad de 12 años, fue toda su vida Madre de muchas hijas cercanas y lejanas. ¡Todo el mundo decía que llevaba muy bien ese nombre!
- Una mujer con una cultura no académica fomentó en todo el Instituto la educación y la cultura de las mujeres, promoviendo la apertura de escuelas, centros juveniles, pensiones para estudiantes universitarias, oratorios, internados para trabajadoras, para que las niñas y jóvenes fueran conscientes de su responsabilidad social.
- Elegida Madre General a los 25 años, dirigió el Instituto durante 43 años, dando pruebas de sabiduría y creativa visión de futuro, al punto de asombrar a muchas personas.
- Nació y vivió siempre en ciudades de provincia, con fronteras bastante estrechas (Cumiana, Mornese, Niza, St. Cyr), cultivó en sí misma un audaz espíritu misionero y animó a sus hijas y hermanas a ir a cuatro continentes para llevar a todos la alegría del Evangelio y del carisma salesiano”.
En su saludo, la Vicaria General recordó: “Fue en esta Casa donde murió Madre Catalina el 26 de febrero de hace 100 años. La víspera, la Crónica registraba estas palabras suyas: “Demos gracias al Señor… hagamos siempre bien la voluntad de Dios”.
Madre Catalina Daghero fue una Hija de María Auxiliadora valiente, emprendedora y apasionada porque estaba verdaderamente arraigada en el Evangelio y en el espíritu del Fundador, San Juan Bosco. En este año del centenario, podemos profundizar en su mensaje y retomar su legado: ese celo misionero que no tenía fronteras ni otros límites que el ‘Da mihi animas cetera tolle'”.
En su mensaje de saludo al final de la Conferencia, Sor Piera Ruffinatto, Decana de la Pontificia Facultad de Ciencias de la Educación “Auxilium” y conciudadana de Madre Daghero, recordó su ciudad natal, recogiendo también los recuerdos de su sobrina tataranieta Sandra:
“Caterina Daghero había salido de Cumiana cuando aún era joven, pero con un proyecto claro en mente, el de responder a la llamada de Dios, aunque todavía no sabía bien de qué forma. Elegida Superiora General del Instituto FMA con solo 25 años, fue una mujer de gobierno (el gobierno más largo de la historia del Instituto), como educadora salesiana estaba llena de valentía y celo apostólico y como Superiora General poseía una mirada clarividente que se extendía por vastos horizontes, tanto que supo dar un impulso extraordinario al naciente Instituto, convirtiéndolo prácticamente en lo que es hoy: un instituto mundial”.
En la conclusión de carácter educativo de Sor Piera Ruffinatto, la esperanza de un año de estudios y de profundización fructífera para enriquecer la narración y dar a conocer una historia que “sabe a futuro”:
“Madre Catalina fue una gran educadora y formadora, sembrando vida y haciéndola brotar y fructificar en el Instituto FMA, fuera de él y también en su propio país, Cumiana. El carácter más bello de la misión educativa es que es, por su propia naturaleza, generativa. Este es el perfil más noble de quien educa y que realiza su tarea sobre todo por contagio. (…)
Con los estudios y las intuiciones de este año del centenario, estoy segura de que la semilla arrojada al estanque producirá olas concéntricas cada vez más anchas para dar a conocer una historia humilde y grande que aún hoy sabe a futuro!”.
