Roma (Italia). Del 6 al 30 de mayo de 2024, el Ámbito par las Misiones del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora anima el curso de formación permanente de las Misioneras ad gentes “Con María ser una ‘presencia’ que genera vida” (CG XXIV Actas) que se celebra en Roma, en la Casa Generalicia del Instituto FMA, con etapas en Mornese (AL), Nizza Monferrato (AT), Turín.
Los objetivos del Curso, en el que participan 14 FMA de todo el mundo – Sudáfrica, Brasil, Chile, Costa de Marfil, Cuba, Guinea Ecuatorial, India, Paraguay, Tailandia, Venezuela – son: despertar la frescura original de la fecundidad vocacional misionera y vivir esta pausa carismática “en los orígenes” para reavivar la pasión misionera de la da mihi animas coetera tolle.
La Madre General del Instituto FMA, Sor Chiara Cazzuola, en el encuentro que tuvo con ellas, les deseó que vivieran intensamente este tiempo como un don de Dios – “Es Él quien os ha dado una cita aquí” – como un tiempo oportuno para detener el corazón, desprendiéndose por un momento de la propia misión, para bendecir, alabar y agradecer a las Inspectorías, a las Comunidades de las que provienen.
Luego las invitó a tener como horizonte la esperanza, también en referencia a algunas situaciones en los países en los que viven y trabajan: “Es importante dar gracias al Señor por este tiempo de recarga espiritual para ser misioneros felices, renovados interiormente por el Espíritu; mirar con cariño y amor lo que ha sido nuestra vida hasta ahora; para tener y mirar al futuro con esperanza. Nuestro horizonte debe ser la Esperanza, en nuestra misión somos misioneros de la esperanza, especialmente aquellas que viven la misión ad gentes están llamados a enraizarse en la resurrección de Jesús resucitado, porque en Él está la fuente de la esperanza cristiana y salesiana”.
Y continuó: “La profecía misionera de la comunión entre hermanas y jóvenes se hace realidad con el crear ‘casa’. Es interesante observar cómo Don Bosco y Madre Mazzarello siempre privilegiaron el término “casa” para hablar de las diversas obras: el Colegio de Mornese se llama “Casa de María Auxiliadora para la educación femenina”; Don Costamagna, dirigiéndose a las FMA de América, recordó también el “espíritu de Mornese” y describió la casa de Mornese como la “casa de la fundación”, la “casa de la santa alegría”, la “santa casa de Mornese”, la “casa del amor de Dios”.
Estamos convencidas de que la primera forma de actividad misionera es ayudar a las jóvenes a experimentar la “casa”, que compromete a cada una en el crear un clima de familia, a darles un lugar donde puedan encontrarse, sentirse amadas, valoradas, construir relaciones, soñar, ser acompañadas, ser capaces de discernir el plan de Dios para sus vidas y poder mirar al futuro con esperanza. Compartiendo el sueño de nuestros Fundadores, estamos llamadas a redescubrir con mayor entusiasmo y responsabilidad el significado del “caminar juntos” como Comunidad Educativa, con los y las jóvenes, para darles motivos de esperanza, alegría y despertar en ellas y ellos el sentido de una vida entregada por amor, el sentido de misión, de protagonismo en vista del cambio y de una sociedad más justa y fraterna”.
Detrás de cada una de estas misioneras FMA en África, Asia y América hay un mosaico con variados idiomas, tradiciones e interacciones sociales: son mujeres consagradas que, en diálogo con culturas multiformes, son signo de profecía, de apoyo y de paz, pasando del silencio a la palabra, de la presencia cercana y fraterna a la corresponsabilidad. Son hermanas que, al revisitar su pasado, leen críticamente su propio presente y se abren a la profecía de un futuro diferente del que heredaron.
Mujeres, como tantas otras y sin embargo especiales, que con determinación han respondido a la llamada de Dios a ser misioneras ad gentes para siempre – durante 50, 42, 16, 15, 7 años – que han escrito y siguen escribiendo páginas de dedicación y para llevar esperanza a los jóvenes, a los pobres, a los marginados, a los inmigrantes, al mundo.
En el primer período pasado en la Casa Generalicia, las hermanas tuvieron la oportunidad de profundizar en la vida del Instituto con el conocimiento directo de cada Ámbito de animación, de visitar la Exposición del Carisma y la Exposición Mariana, de encontrarse con la Comunidad de María Auxiliadora de la Casa Generalicia. El 8 de mayo, participando en la audiencia general en la Plaza de San Pedro, también tuvieron la alegría de poder interactuar con el Papa Francisco durante unos minutos cuando, al pasar junto a ellas, Sor Imelda Barattino, misionera en Tailandia desde hace 50 años, le llevó los saludos de su prima, Sor Ana Rosa Sívori, también misionera en Tailandia desde hace más de 50 años: todas las hermanas se alegraron de este precioso momento de encuentro fraterno y atento por parte del Santo Padre.
El camino de las misioneras continúa con la oportunidad de vivir la fiesta de Madre Mazzarello en Mornese, el 13 de mayo, y los Ejercicios Espirituales, hasta el 18 de mayo, con las neo-misioneras y algunas hermanas misioneras ad gentes en Italia. Del 20 al 24 de mayo estarán “tras las huellas de Don Bosco” en el Colle Don Bosco, Chieri y Turín, culminando la experiencia con la participación en las celebraciones de la solemnidad de María Auxiliadora y la procesión en la Basílica de Turín.
A su regreso a Roma, hasta el 29 de mayo, tendrán la oportunidad de tener un encuentro personal con la Consejera general del Ámbito para las Misiones, Sor Ruth del Pilar Mora, y luego regresar a sus misiones de origen.
Foto: Flickr FMA