Italia. El 12 de febrero de 2022 se llevó a cabo, en la modalidad online, el encuentro de formación de las Hijas de María Auxiliadora de 7 a 10 años de profesión de las 7 Inspectorías de Italia. Cerca de 40 FMA se encontraron en conexión en la plataforma Zoom para afrontar juntas el tema de la Pobreza.

La formación de las FMA de 7 a 10 años de formación, organizada por la Unión de las Inspectorías Italianas (UNISIT) prevé un camino cuatrienal sobre los temas: Castidad, Obediencia, Pobreza, Misión.

Don Marco Napolitano, biblista, acompañó a las jóvenes hermanas en la reflexión a partir de la lectio sobre los textos bíblicos “La viuda de Zarepta” (1Re 17,7-16) y “El óbolo de la viuda” (Mc 12,38-44), en particular sobre la expresión “No se acabó la harina en la tinaja ni se agotó el aceite en la orza”  (1Re 17,16).   Pobreza necesaria, pobreza mala, pobreza profética fueron los tres puntos profundizados en la meditación.

La oración, la reflexión personal, el diálogo y el encuentro en grupo según el año de profesión dieron el ritmo a la mañana. La modalidad de reunión online permitió a las FMA reunirse para una confrontación y alcanzar los objetivos de formación marcados:

– confrontarse con la Palabra de Dios y profundizar en los artículos de las Constituciones a la luz de la Biblia y del Carisma;

– vivir el encuentro de formación nacional como ocasión de enriquecimiento y como posibilidad de continuar el camino de pobreza y esencialidad cotidiana.

En el diálogo final, los cuatro grupos hicieron emerger los desafíos que la pobreza pone hoy a las Hijas de María Auxiliadora y un compromiso para vivir juntas durante el año.

Comparte una de las participantes:

“Participar en este encuentro ha sido una ocasión para una renovada y fiel adhesión a mi vocación de FMA. El deseo de compartir el camino con las hermanas, sobre todo en este tiempo de lejanía física impuesta por la pandemia, me ha permitido valorizar mejor la oportunidad formativa propuesta. Incluso en online, he vivido un momento de encuentro significativo, de escucha de la Palabra, de las experiencias de cada hermana a la luz de nuestras Constituciones y de nuestro Carisma.

Meditar sobre el voto de pobreza a partir de mi vida cotidiana, de la realidad en que vivo junto a las hermanas y a toda la comunidad educativa, me ha permitido hacer una síntesis para continuar respondiendo a la llamada que el Señor continúa haciéndome día a día. Vivir el voto de pobreza, es una continua llamada a ir a lo esencial, a ir en profundidad, para acoger las propias pobrezas y ser capaces de abrirse a los demás. Si somos conscientes de nuestra pobreza, podemos construir fraternidad, vivir en la comunión compartiendo lo que somos y tenemos.

La pobreza es confianza en las personas, en las situaciones que la vida propone, incluso en las que aparentemente no serían de fiar. Vivir la pobreza es abandonarse, ser capaces de acoger también lo inaudito y acogerlo como don, es capacidad de hacer espacio dentro de sí para permitir a Dios y a los hermanos tener vida en nuestra vida.

 Si vivimos el voto de pobreza mirando la experiencia de Jesús, sólo podremos ser capaces de un estilo de vida nuevo y profético capaz de evangelizar con la vida, como lo fue para Él.  En este sentido, me parece interesante reflexionar sobre la relación entre la pobreza y la caridad pastoral, típica de nuestro carisma, que todo lo da, que nada reserva para sí y que se hace presencia constante y generativa de bien entre los jóvenes y la gente”.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.