Dili (Timor Este) Del 13 al 16 de marzo sor Assunta Sumiko Inoue visitó la Comunidad B. Eusebia Palomino de la Inspectoría S. Maria Mazzarello (TIN), compuesta por 9 Hijas de María Auxiliadora, 50 profesores y 1800 estudiantes desde el Jardín de Infancia hasta la Escuela Secundaria de I Grado.
Después de la acogida por parte de niños/as y muchachos/as con danzas tradicionales, sor Assunta les dirigió un saludo con 9 mensajes, uno para cada año, a partir de sus respuestas respecto a la motivación al estudio. Una chica respondió: “En esta escuela se aprende a respetar a las personas; se aprende la metodología para estudiar bien y para participar en las distintas actividades formativas; se aprende a conocer y a amar a Dios y a rezar”. La escuela es como una familia para ellos.
Sor Assunta animó a los chicos a ser “buenos cristianos y honrados ciudadanos” y para hacerlo, además de estudiar para mejorarse y actuar como personas razonables, hace falta aprender cómo ser buenos cristianos y honrados ciudadanos ante Dios.
Y continuó diciendo:”Cuando pensáis en vuestro futuro, tenéis que pensar cómo estudiar y qué queréis ser en el futuro, porque el trabajo un día acabará, seréis ancianos, pero vuestra personalidad no cambiará. Por esto debéis aprender bien de vuestros maestros”. Recomendó a los chicos no olvidar que nunca dejas de aprender, que la formación es continua y que es importante empezar a vivir este compromiso ya ahora, no mañana. Además, animó a los profesores a formarse como buenos cristianos para poder dar ejemplo a los estudiantes.
En el encuentro con la Comunidad, Sor Assunta invitó a reflexionar sobre el texto de los discípulos de Emaús, proponiendo un decálogo para la conversión pastoral y el alfabeto de la vida comunitaria: ”se necesitan los verbos amar, bendecir, contemplar, dialogar, edificar, cualificar a la comunidad, permanecer en la comunidad, saludarse y endulzarse, o sea, darse un poco de dulzura”. Después dedicó una jornada al encuentro con las FMA jóvenes en la Inspectoría TIN. Sor Assunta les propuso la reflexión sobre “Bienaventuranzas de la Vida Consagrada” con estos interrogantes: ¿Qué alegría he experimentado en la vida consagrada? ¿Qué sufrimientos he experimentado en la vida comunitaria? ¿Qué esperanza para el futuro de la Inspectoría?