Nizza Monferrato (Italia). El 19 de octubre de 2024 en Nizza Monferrato, Asti, se inauguró la “Micronido” “Los Tesoros de Maín”  como una nueva obra educativa de la Casa de “Nostra Signora delle Grazie”  de la Inspectoría María Auxiliadora (IPI).

Si cada inauguración es un motivo de alegría, esta del “Micronido” es un evento especial y un verdadero signo de esperanza para los padres con hijos de uno a tres años. Con la intuición de quien escucha los “signos de los tiempos y de los lugares”, las Hijas de María Auxiliadora y la Comunidad Educativa han tratado de responder a las necesidades del territorio y de las familias y, con un fuerte trabajo de sinergia, hoy pueden acoger a 24 niños y niñas en una casa rica en historia y,  por su presencia, llena de futuro.

Como Comunidad Educativa, se posee la conciencia de tener que hacer resplandecer el Carisma Salesiano también con una especial preocupación por los pequeños, los amados de Jesús. Como dice el Papa Francisco: “Los ángeles de los niños son un telescopio del amor del Padre“. Su inocencia, frescura y transparencia hablan de la belleza siempre nueva de la vida y nos hacen descubrir la dignidad infinita de cada ser humano, espejo luminoso del Creador.

A la inauguración asistieron padres de familia con hijos, docentes, educadores, el coordinador didáctico y educativo del colegio, algunos miembros del Consejo Escolar, el Director de los Cursos Profesionales, y el encargado de la gestión administrativa de la obra. Entre las numerosas autoridades presentes estuvieron: la Inspectora de la Inspectoría IPI, Sor Emma Bergandi, la Ecónoma Inspectorial, Sor Pina Molino, el Alcalde, el Concejal de Cultura, el Presidente del Ayuntamiento y otros concejales municipales, el Ingeniero Giorgio Colletti, cuya competencia y pasión dieron seguridad y serenidad en la realización del proyecto desde el principio.

Después del saludo inicial, la Directora de la Comunidad FMA, sor Piera Cavaglià, explicó el significado del nombre del “Micronido” – “Los tesoros de Maín”: María Doménica Mazzarello vivió en la Casa de Niza durante los dos últimos años de su vida que, con Don Bosco, fundó el Instituto para la educación de niños, niñas y jóvenes. En la familia la llamaban Maín. Era una mujer de gran talento educativo, creativa, paciente, alegre, capaz de implicarse y de amplias visiones. Pensando en el cariño que le tenía a los niños, y reconociendo que los niños son sus “tesoros” más queridos, de ahí el nombre de “Micronido”.

Desde el principio,  la Comunidad FMA de Niza confió a Maria Domenica Mazzarello todos los niño y niñas, a los profesores, a los padres, , para que ella los cuidara a todos. Razón de más para invocarla, para que inspire ese estilo educativo de bondad, firmeza y sabiduría que le era característico. De hecho, ella creyó en la educación preventiva, aquella que comienza muy temprano, cuando la persona recién está floreciendo y se abre a la vida con asombro.

Primero en Mornese y luego en Niza, Maín acogió a muchas niñas y jóvenes y, aseguró la directora, “cada mañana está en la puerta de esta casa y os espera con alegría para haceros sentir su presencia educativa alentadora, para inspiraros a buscar el bien de estos pequeños que son el signo más hermoso de esperanza para las familias y para el mundo. Silenciosamente, poco a poco, aquí, en este “Micronido”, se prepara un nuevo futuro, lleno de esperanza para las familias, para la sociedad y para la Iglesia”.

Fue muy apreciado el saludo de la Inspectora, que recordó la condición esencial para una buena educación: el ambiente di casa que abre el corazón a la confianza, da serenidad, multiplica los recursos y estimula la corresponsabilidad.

“Esta escuela -reiteró la coordinadora– se caracteriza no solo por las fuertes y sólidas raíces de su historia, sino también por el compromiso de garantizar hoy, con creatividad y audacia, esa vitalidad carismática que es generadora de fecundidad cultural y de fe”.

Después del corte de cinta y de la bendición del local, a cargo del párroco, Don Paolino Siri, todos pudieron visitar el “Micronido”, apreciando la belleza de las habitaciones con los dibujos del conocido pintor de Niza Massimo Ricci, el orden, la riqueza de los juegos, la funcionalidad y la luminosidad de las aulas. Un ambiente ideal donde los niños serán acogidos y cuidados con competencia y amor y donde su crecimiento está asegurado en una red de relaciones y valores destinados a su maduración en “edad, sabiduría y gracia”.

El deseo – y el ardiente deseo – es que, en este “Micronido”, como en todo el trabajo, en continuidad con el sueño de Don Bosco y con la primitiva comunidad liderada por Santa María D. Mazzarello, se realice el sueño de Dios en cada persona, un sueño de felicidad y bendición.

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