Chennai (India) Durante el lockdown, la Inspectoría Santo Tomás Apóstol (INM) organizó un Webinar sobre el tema: “Introducción a las cartas de San Pablo Apóstol” para todas las FMA del Estado indio Tamil Nadu y de Sri Lanka, en el cual pudieron participar también las FMA de la Inspectoría INM de Roma y las neo-misioneras destinadas a Sri Lanka de los Estados Unidos.
El Webinar (seminario impartido por internet), hecho posible por la Inspectora sor Lazar Maria Nirmala y por la Secretaria inspectorial sor Kanickaraj M. Tamizharasi, que coordinó la realización técnica, se llevó a cabo del 20 al 24 de julio a lo largo de una hora al día. El presentador, el jesuita Padre Maria Arul Raja, estudioso de Sagrada Escritura en el Loyola College de Chennai, empezó con la introducción general a todas las cartas de San Pablo. Después presentó la personalidad de San Pablo para poder comprender el fondo de las Cartas. Al final, hizo una profundización sistemática de las Epístolas a los Romanos y a los Corintios, que la Inspectoría escogió para estudiar este año. En cada sesión hubo un tiempo para las respuestas a las preguntas de las participantes.
El Padre Maria Arul Raja describió la figura de San Pablo como un joven de ciudad, intelectual, astuto y perspicaz, un profundo visionario, un gran líder y sobre todo un soldado de Cristo apasionado por la Iglesia universal. Por medio de sus enseñanzas y sus exhortaciones, San Pablo hizo que estuviera vivo Cristo en todas las naciones y para todos los tipos de personas y culturas, comprendidos los pobres y marginados. El estudioso proporcionó a las FMA las claves de lectura para comprender la contribución universal de San Pablo a la Iglesia y su impacto todavía actual. Condujo a las participantes a través de un interesante viaje con San Pablo, despertando el interés por leer las epístolas del santo según una aproximación histórica, cultural y teológica, pero también por profundizar la fe desde el punto de vista personal y comunitario y poder decir junto a San Pablo, Apóstol de las genes, “Vivo, pero no yo, sino que es Cristo quien vive en mí” (Gal 2,20).