Sor Eusebia Palomino, Catequista enamorada de Dios

España. El 9 de febrero de 2022 se celebra la memoria litúrgica de la Beata Eusebia Palomino Yenes, Hija de María Auxiliadora que vivió en España (1899-1935) y fue beatificada en Roma por Juan Pablo II el 25 de abril de 2004. Sor Mercedes Muñoz Sánchez, HMA de la Comunidad María Auxiliadora de Cádiz, de la Provincia María Auxiliadora (SPA) destaca sus cualidades como catequista:

Fue sor Carmen Moreno, mujer de caridad heroica beatificada también en 2001 por Juan Pablo II, quien supo descubrir, desde el primer momento de su llegada como directora a Valverde, la perla escondida que era Sor Eusebia y que el Señor se la había encomendado a ella.

Sor Eusebia desarrolló en la Casa las funciones más humildes y todas relacionadas con el servicio de la misma: cocina, portería, huerta y enfermería. En cuanto a las obras de apostolado, le encomendaron en el Oratorio festivo el cuidado de las niñas más pequeñas y de la gente más pobre y sencilla. Pero era admirable en la catequesis y muchas se le fueron acercando, movidas por la curiosidad de que una persona con tan escasa cultura pudiera dar una doctrina tan elevada de las cosas sobrenaturales.

Fue en el colegio de Valverde donde esparció el aroma de su santidad y de su espíritu salesiano, repartiendo a todos su ejemplo de sencillez, humildad, alegría y servicio, aunque según los testimonios recogidos ya desde niña y posteriormente en Salamanca ya desempeñaba esta misión.

Las pequeñas se sienten pronto atraídas por las narraciones de hechos misioneros, vidas de santos, episodios de la devoción mariana, o anécdotas de Don Bosco, que recuerda gracias a una feliz memoria y sabe hacerlas atractivas por su convencimiento y su fe sencilla. Sor Eusebia aprovechaba todos los momentos y espacios, principalmente la capilla, para enseñar a las niñas del colegio las virtudes cristianas y, de manera especial, que la verdadera sabiduría es la paz y unión con Dios. Hablaba de las sagradas escrituras de las cuales era una gran enamorada y lo comunicaba por donde iba. Además, insistía a las colegialas en la necesidad de confesarse y comulgar frecuentemente.

La enseñanza de Sor Eusebia en sus Catequesis, de modo sencillo y adaptado a aquellas mentes, era la misma de la de Don Bosco: la huida del pecado, el amor a la Eucaristía, las condiciones que hemos de tener para recibirla, y el amor a la Virgen.

Todo en sor Eusebia reflejaba el amor de Dios y el fuerte deseo de hacerlo amar. No perdía ocasión de llevar a niñas y a personas mayores de cualquier condición, para transmitir el mensaje del Evangelio.

Ocasión que no desperdiciaba tampoco cuando escribía y de la cual, dan testimonio sus cartas. Encontrando en ellas un temario amplio de catequesis. Podemos destacar la carta nº 43, que escribe a su madre que, aunque no está fechada, con toda seguridad en del verano de 1923. En ella se expresa con un lenguaje clarísimo para todos, descubriendo el celo que tenía por comunicar a todos el mismo amor que ella tenía a Dios y la petición de no ir contra Dios.

Sus temas predilectos de conversación eran: el amor de Jesús a todos los hombres que ha salvado con su Pasión. Las Llagas santas de Jesús y la Verdadera devoción mariana y la devoción al Corazón de Jesús. Otros temas de las catequesis fueron las virtudes de la caridad, castidad, humildad, obediencia, mortificación y penitencia. Tampoco olvidó el tema social quedando reflejado en la carta 50 dirigida a Doña Dolores Fleming de Zarza, refiriéndose a los obreros que tenía en sus fábricas y tierras de cultivo. Por último destacar el tema de las familias cristianas y la educación cristiana en la familia.

Ésta será el alma y el arma del apostolado de sor Eusebia durante su breve existencia: Catequista de las niñas, los jóvenes, las madres de familia, los seminaristas los sacerdotes. Quizá no haya párroco en toda España -se dice en su proceso de beatificación- que no haya recibido una carta de Sor Eusebia a propósito de la esclavitud mariana.