Roma (Italia). El Ámbito para la Pastoral Juvenil, con ocasión de la Solemnidad de la Inmaculada, invita a las Comunidades Educativas a asumir la propuesta del Proyecto Educativo mundial “Yo puedo”.
La Consejera general para la Pastoral Juvenil, sor Runita Borja, escribió una carta en la que presenta el proyecto como una oportunidad de sentirse aún más del grupo de los jóvenes, “para encontrar una respuesta concordada y colectiva, compartida y responsable al desafío de la crisis ecológica y del cambio climático” (Llamada del Papa Francisco y del Patriarca Ecuménico Bartolomeo, 1º de septiembre de 2017) y para estar “en sintonía con el Documento Final del Sínodo 2018”.
El proyecto fue preparado por la Congregación para la Educación Católica y por el OIEC, al cual el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora se ha adherido.
“Niños y niñas, adolescentes y jóvenes han aceptado el desafío del Papa Francisco lanzado con la Encíclica del Ludato Sí y se están adhiriendo, a través de las Asociaciones y Congregaciones, Movimientos y grupos, a este proyecto de cuidado de la “casa común” y del compromiso para mejorar el ambiente en que vivimos. Son ellos los protagonistas del cambio necesario para alcanzar los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) para el 2030, en un camino acompañado de educadoras y educadores”.
La propuesta anima a crear proyectos concretos de transformación y mejora de la realidad personal y socio-ambiental en las clases y en los patios, en la escuela y en el oratorio-centro juvenil, en los gimnasios y en las casas-familia, entre los pequeños de la escuela infantil como entre los jóvenes universitarios de manera crítica, creativa y colaboradora, utilizando la metodología para el liderazgo “Design for Change”.
“Las varias fases de cada proyecto están en sintonía con el Sistema preventivo: ver el contexto; imaginar soluciones; actuar y construir el cambio; compartir las propias realizaciones para contagiar e inspirar a un gran número de personas; verificar y repartir.” Las actuaciones de la propuesta en las Comunidades Educativas FMA determinarán una cadena mundial de niños y jóvenes que cambian el mundo, paso a paso, poniendo en juego cuatro competencias fundamentales y típicamente salesianas: el pensamiento crítico, la creatividad, el espíritu de colaboración, la comunicación.”
El material de papel y digital ha sido enviado a las Inspectorías para animar y realizar esta propuesta eclesial mundial. Los pequeños y los jóvenes son el potencial de las Comunidades Educativas: “Ellos – como dice el Papa Francisco – saben trabajar con el corazón, con la cabeza y con las manos…y juntos pueden cambiar el mundo”.