Louvain-la-Neuve (Bélgica). Vivir en un piso compartido con las Hijas de María Auxiliadora. Esta es la experiencia de una veintena de estudiantes universitarios, chicos y chicas, en Louvain-la-Neuve, Bélgica, en la Comunidad San Juan Bosco de las FMA de la Inspectoría Notre-Dame des Nations (FRB).
El portal católico belga Cathobel ha realizado un vídeo-documental sobre la residencia de estudiantes:
“Me gustó mucho el proyecto propuesto por las religiosas”, explica la estudiante Amélie. “Una vez a la semana ayudamos a los niños de la escuela de al lado con sus tareas y pensé que sería una experiencia enriquecedora”.
En esta “kot” (= casa) cristiana, situada en un antiguo monasterio benedictino en el barrio de Hocaille, los jóvenes comparten su vida cotidiana con sor Michèle Decoster, sor Isabelle Batantou y sor Anny Thomas.
“Como religiosas salesianas, para nosotras Cristo está presente en el corazón de los jóvenes. Se encuentran en un momento de la vida en el que su futuro está en juego. Acompañarlos es una alegría diaria”, subraya Sor Michèle que, como las demás salesianas, dedicó su vida a Cristo y a los jóvenes, en la estela de Don Bosco, sacerdote y educador. Momentos de las comidas juntos, compartir, instantes fraternos… Las religiosas están presentes para ayudar a los jóvenes y responder a sus preguntas. Estos momentos de compartir permiten que todos florezcan, porque ” en esta vida juntos somos cristianos “, recuerda sor Michèle.
Una presencia y un acompañamiento que miran a la integridad de la persona, en el espíritu de familia típicamente salesiano, en apoyo de lo que recibne en su formación académica.
El Papa Francisco, reunido con estudiantes y profesores universitarios en el Aula Magna de la Universidad Católica de Lovaina, el 27 de septiembre de 2024, durante su viaje apostólico a Bélgica, recordó:
“Esta es la primera tarea de la Universidad: ofrecer una educación integral, para que las personas reciban las herramientas necesarias para interpretar el presente y planificar el futuro. La educación cultural, de hecho, nunca es un fin en sí misma. Las universidades no deben correr el riesgo de convertirse en catedrales en el desierto. Son, por su naturaleza, lugares que impulsan nuevas ideas y estímulos para la vida y el pensamiento del hombre, para los desafíos de la sociedad, es decir, espacios generativos”.
En la página web de las residencias de estudiantes FMA en Bélgica se lee: “El objetivo es proporcionar un espacio de vida cómodo donde estudiar. Es un proyecto comunitario. Es un tiempo para avanzar en los estudios, en la humanidad y en la vida espiritual. La cercanía de la comunidad religiosa puede proporcionar acompañamiento y oración regular”.
