Ulán Bator (Mongolia). El 10 de julio de 2022, misioneros/as y laicos con familias, jóvenes y niños se reunieron en la capital Ulán Bator, para la celebración del 30º aniversario de la presencia de la Iglesia católica en Mongolia. El evento se inició con la adoración eucarística y con las confesiones en la Catedral de los Santos Pedro y Pablo, que crearon un clima de profundo recogimiento antes de la Santa Misa.
La Celebración Eucarística de acción de gracias junto a todos los sacerdotes, misioneros y fieles, fue presidida por el Arzobispo Alfred Xuereb, Nuncio apostólico de Corea y Mongolia y concelebrada por el Obispo Giorgio Marengo, Prefecto apostólico de Ulán Bator, nombrado Cardenal por el Papa Francisco el 29 de mayo de 2022. En la celebración estaban presentes también la Directora, sor Maria Domenica Chang Kye Ja, y la misionera sor Aleth Evangelista, de la Comunidad María Auxiliadora de Ulán Bator, de la Inspectoría Stella Matutina de Corea (KOR).
El Arzobispo Xuereb inició la homilía con las palabras de Jesús: “Id por todo el mundo y proclamad el Evangelio a todas las criaturas” (Mc 16,15-18). Después pasó al Evangelio del día en que, a las preguntas de un joven que pide “Maestro, ¿qué debo hacer para obtener la vida eterna?” y “¿Quién es mi prójimo?”, Jesús responde con la parábola del Buen Samaritano que, movido por la compasión, ayuda al hombre que tropezó con los ladrones hasta su recuperación total (Lc 10,25-37).
“Esto requiere fe y aquí en Mongolia somos todos hermanos y hermanas, independientemente de las diferencias de credo, religión, ideas y cultura. Los misioneros que han vivido con la gente los últimos 30 años han aprendido los elementos de la rica cultura, la lengua y, respondiendo a la voluntad de Dios, han dejado sus casas y sus tierras y se han ofrecido para educar a los jóvenes, estar con la gente y llevar la alegre Noticia a los pobres. Los misioneros comparten y responden generosamente a la llamada de Dios, saliendo y llegando a todos, especialmente los excluidos, y nada hay más precioso que esto: compartir el don de Dios de la vida eterna”. El Nuncio terminó la homilía invitando, con y como María, a proclamar la grandeza del Señor por las cosas grandes realizadas por Él en Mongolia.
Hace 30 años, tres misioneros pioneros filipinos y uno belga de la Congregación del Corazón Inmaculado de María (CICM), guiados por el Obispo Wenceslao Padilla, afrontaron el viaje hacia “la tierra del eterno cielo azul”, para dar inicio a las misiones católicas. Según el primer Obispo católico de la Prefectura apostólica de Ulán Bator, el Obispo Wens, como era afectuosamente llamado, iniciaron la obra sin estructuras, sin contactos, sin nada, basándolo todo en las palabras de Jesús: ”Ven y verás”. Poco a poco, la gente empezó a reunirse para celebrar la Misa con ellos.
Hoy la Iglesia católica en Mongolia cuenta más de 1.300 fieles en un total de tres millones y medio de habitantes. Son ocho las parroquias y más de sesenta entre misioneros y misioneras de diversas nacionalidades y Congregaciones que se encuentran con regularidad (Fuente: Agencia Fides). Las Hijas de María Auxiliadora están presentes en Mongolia desde el 2007, dirigen una escuela de Jardín de Infancia y Primaria diocesana y están comprometidas en actividades pastorales en la parroquia y en el Centro juvenil.
Antes de concluir la Misa, uno de los tres misioneros pioneros, P. Gilbert Sales, CICM, expresó su saludo subrayando que el vínculo más importante con el pueblo está constituido por el amor y la presencia constante de Dios: Dios continúa revelando su rostro al pueblo de Mongolia.
Después de la Santa Misa hubo una comida y un momento fraterno en que cada grupo de la Iglesia católica en Mongolia expresó la propia gratitud y la propia pasión a través de exhibiciones con música y danzas. También el Obispo Giorgio Marengo hizo su aportación, acompañando con la guitarra un canto en el idioma mongol. Al final, el futuro Cardenal expresó el aprecio y la gratitud, imponiendo a todos la bendición para una Iglesia católica en Mongolia más fructífera, unida y dinámica.
