Caminar con los jóvenes en la via de la santidad

Roma (Italia). El  27 de junio de 2024 en Roma, en el Dicasterio para las Causas de los Santos, se abrió la investigación diocesana sobre la Sierva de Dios Sor Antonieta Böhm, Hija de María Auxiliadora. Junto con el Dr. Federico Favero del Dicasterio para las Causas de los Santos, don Pierluigi Cameroni, salesiano de Don Bosco, postulador general para las causas de la Familia Salesiana, don Gabriel Cruz, SDB, portador de la Causa -es decir, custodio de los actos que los entregó al Dicasterio-, y sor Francesca Caggiano, FMA, en representación del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora.

Se presentaron seis expedientes que contenían la Transcripción y la Copia Pública y se retiraron los sellos para que la subdivisión de las Actas de la Investigación se pusiera a disposición de la oficina competente del Dicasterio, con el fin de llegar a la validez de las Actas. Se debe verificar que todos los procedimientos exigidos por el derecho canónico se hayan llevado a cabo correctamente y en su totalidad durante la fase diocesana.

El 28 de junio, en la Casa Generalicia del Instituto FMA, la Madre y las Hermanas del Consejo tuvieron un encuentro con don Pierluigi Cameroni y sor Francesca Caggiano para discutir sobre el progreso de las causas en curso.

Desde el inicio del mandato, fue la primera vez que todo el Consejo General se reunió con el P. Pierluigi Cameroni. El Postulador explicó el procedimiento para llegar al reconocimiento oficial de la santidad: beatificación y canonización.

Benedicto XIV, en su texto De Servorum Dei Beatificatione et Beatorum Canonizatione, aclara que «la beatificación es […] un acto por el cual el Romano Sumo Pontífice permite que cualquier siervo de Dios sea venerado en alguna provincia, diócesis, ciudad o familia religiosa con un culto específico propio del beato, hasta que se alcance la canonización solemne» y que «la canonización es una sentencia definitiva del Sumo Pontífice, por la que decreta que alguien, en primer lugar agregado entre los beatos, debe ser incluido en el catálogo de los santos y venerado en todo el mundo católico y en la Iglesia universal con el culto que se rinde a los otros canonizados».

«La preparación y celebración de la canonización -dice el padre Cameroni– es de extraordinaria importancia en la vida pastoral y espiritual de la Iglesia universal, de las Iglesias locales particularmente vinculadas al nuevo santo, a la Congregación y a la Familia Carismática a la que pertenecen. Los santos representan el fruto maduro de una comunidad cristiana, de un territorio, una forma de inculturación de la fe y del Evangelio. […] Por tanto, al final de la larga fatiga de la Causa, hay una meta de oración, como auténtico contexto de participación y de intercambio de las riquezas espirituales de los santos, que se imponen a la admiración, a la contemplación y a la imitación, como modelos nuevos y convincentes de realización virtuosa del Evangelio.

Como don especial del Espíritu Santo, si se prepara y se vive bien, la canonización abre horizontes ilimitados e imprevisibles. Es una gracia que suscita renovados compromisos y propósitos de santidad tanto para toda la comunidad cristiana como para las diversas categorías de personas, según los aspectos que el Santo encarnó y propuso de manera ejemplar y eficaz. Además, es un acontecimiento de carácter social y civil, porque el testimonio de los santos marca la vida de un pueblo, especialmente en el ejercicio de una caridad multiforme y variada».

El P. Pierluigi relató la experiencia de los hermanos salesianos para la organización de la canonización de Artémides Zatti y los frutos espirituales recibidos de este gran regalo para la Congregación y la Familia Salesiana. «Se trata de valorar las Causas como acontecimientos extraordinarios de evangelización, de aumento de la vida cristiana, de promoción vocacional, de testimonio en el ámbito social y civil, porque los santos marcan el ritmo de la historia de un pueblo», señaló el Postulador.

También pidió que se conmemoraran fiestas y aniversarios. Por ejemplo, el año 2025 conmemora los 100 años de la llegada de Sor María Troncatti con el cuadro de Nuestra Señora de la Purísima a Macas, un acontecimiento eclesial y civil para todo el pueblo de Macas.

La santidad reconocida es un acontecimiento excepcional de evangelización, una gracia que suscita nuevos anhelos de bien. La expresión de Agustín sigue siendo verdadera y válida para todos los que, mirando a los santos que habían hecho un camino de conversión, decían: «Si este y aquel se han hecho santos, ¿por qué no yo?».

Todos, por tanto, están llamados a la santidad. Las candidatas a los honores de los altares del Instituto recuerdan a las FMA que el objetivo de la vida salesiana es «caminar con los jóvenes por el camino de la santidad» (Cf. Const. n. 5). Madre Chiara Cazzuola, en su mensaje con motivo del momento de oración online Holy Ween el30 de octubre de 2022, subrayó que «para Madre Mazzarello, la santidad es casi una ansiedad, una ansiedad positiva claramente, pero cuando escribe a las hermanas, muchas veces subraya esta vocación a la santidad: este vivir día a día con valentía, porque debemos hacernos santas y ricas en tantos méritos,  porque la vida pasa rápido, porque nuestra vida no es larga, duradera, y en Mornese esto era una experiencia cotidiana».

Como Hijas de María Auxiliadora, podemos escuchar entonces dirigidas a cada una de nosotras las palabras que Madre Mazzarello escribió a las Hermanas de Las Piedras en 1879: «¡Ánimo, mis buenas hermanas, estad bien y haceos santas!».