Roma (Italia). El 29 de mayo de 2022 la Comunidad Maria Ausiliatrice de la Casa Generalicia de Roma (RCG), con la Madre general del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora, Sor Chiara Cazzuola y las Consejeras generales, vivieron un momento de oración y de contemplación en el parque de Casa Generalicia, como conclusión de la Semana Laudato Si’.
La celebración, realizada por la tarde del domingo de la Solemnidad de la Ascensión, tuvo tres momentos. Un primer momento, de motivación y de introducción comunitaria a la oración, con una reflexión sobre la creación, con intervalos de cantos y Salmos:
“La creación nació de las manos de Dios. Es el fruto de su amor, la cuna preparada para hospedar a su criatura, el ser humano, el lugar para acogerlo y hacerlo crecer. En cuanto obra de las manos del Creador, la naturaleza se refiere naturalmente a él, permite contemplar su infinita bondad. Como escribe San Pablo a los Romanos: ‘Sus perfecciones invisibles, o sea su eterna potencia y divinidad, se contemplan y comprenden por la creación del mundo a través de las obras realizadas por él’ (Rm 1,20)”.
En la segunda parte, cada hermana escogió un puesto en el parque para vivir personalmente el momento contemplativo, guiado por un rastro para la oración y algunas ideas bíblicas. El texto de la oración de Michel Quoist, sacerdote y escritor francés, favoreció el recogimiento y la contemplación de lo creado.
Haz, oh Señor, que no pierda nunca el sentido de lo sorprendente. ¡Concédeme el don del estupor! Dame ojos respetuosos de tu creación, ojos atentos, ojos reconocedores. Señor, enséñame a detenerme: el alma vive de pausas; enséñame a callar: sólo en el silencio se puede entender lo que ha sido concebido en silencio.
Dondequiera que has escrito cartas: hazme saber cómo leer tu dulce firma en la hierba del macizo de flores peinado, tu firma fuerte en el agua del mar agitada. Has dejado tus huellas digitales: haz que sepa verlas en los puntos de las mariquitas, en el resplandor de las estrellas. ¡Todo es templo, todo es altar!
Hazme, Señor, disponible para las sorpresas: entenderé la liturgia pura del sol, la liturgia mansa de la flor; Sentiré que hay un hilo conductor en todas las cosas … y el voltaje del alma aumentará. Amén.
Al final del tiempo personal, la Comunidad se reunió de nuevo para concluir la plegaria con algunas invocaciones y alabar a la Santísima Trinidad: “Dios de amor, mientras estamos en tu presencia, haznos capaces de captar la infinita belleza de lo que has creado, de todo lo que viene de ti, de tu inagotable compasión. Aumenta nuestra atención hacia los otros y hacia toda la creación. Enséñanos a descubrir el valor de todo y haznos portadoras de paz en la familia humana”.
“Todo está conectado, y esto nos invita a madurar una espiritualidad de solidaridad global que brota del misterio de la Trinidad” (LS 240).
Que linda iniciativa e aproveitando da linda natureza que a Casa geral tem ao seu redor plantas flores parabéns a contato com as beleza que deus nos da e nós conservamos mesmo numa grande cidade como é ROMA… Laudato si meu SENHOR !!!