Roma (Italia). Del 23 al 25 de mayo de 2024, unos 300 delegados de las Conferencias Episcopales de 110 países se reunieron en Roma, en la Casa de Acogida “Il Carmelo”, para participar en el Congreso Internacional de Pastoral Juvenil, organizado por el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida. Dos Delegados de cada país fueron invitados al evento: el Director de PJ u otro líder, y un joven. En representación del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora estuvieron sor Lolia Annie, FMA, colaboradora del Ámbito de Pastoral Juvenil, y Alessia Drago, joven de la Inspectoría siciliana de Madre Maddalena Morano (ISI).

Al inaugurar el encuentro, el cardenal Kevin Farrell, prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, recordó que el evento se sitúa en la “encrucijada” de eventos significativos para la evangelización de los jóvenes: la JMJ Lisboa 2023, que ya ha tenido lugar, el 5º aniversario de Christus Vivit y la preparación para el Jubileo de la Juventud 2025, que se están viviendo.  y la JMJ de Seúl, Corea, que será en 2027.

“El Congreso, por lo tanto, será una oportunidad preciosa para ‘aprender unos de otros’ y quizás nos dé la oportunidad de descubrir nuevos líderes jóvenes capaces de abrir nuevos horizontes de esperanza en los próximos años. Los jóvenes, en efecto, pueden ser los protagonistas de la renovación, para que la Iglesia se “desbloquee” y vuelva a ser joven (cf. CV, 34). Por lo tanto, abramonos a los jóvenes y abramonos también con esperanza al futuro. Tienen una gran tarea encomendada”. (Texto completo)

En torno al tema “Por una Pastoral Juvenil Sinodal: Nuevos Estilos y Estrategias de Liderazgo”, representantes y líderes de diversos movimientos de todo el mundo reflexionaron y discutieron nuevos estilos y estrategias de liderazgo en la Pastoral Juvenil. De la discusión surgió la necesidad de un enfoque inclusivo y participativo para guiar a los jóvenes dentro de la Iglesia.

Se han identificado varias perspectivas, entre ellas la búsqueda de nuevos  estilos de liderazgo  que potencien la participación activa de los jóvenes, como el liderazgo colaborativo. Esta última, en concreto, prevé la difusión de una cultura participativa en la que los jóvenes participen en los procesos de toma de decisiones, lo que permite fortalecer el sentido de responsabilidad y pertenencia.

También se habló de Team Building como estrategia de cooperación para alcanzar objetivos comunes. Y nuevamente, hablaron sobre la Capacitación y el acompañamiento para preparar a jóvenes líderes en todas las dimensiones. También se hizo hincapié en el papel fundamental de la mentoría, con el acompañamiento continuo de mentores experimentados que ofrecen orientación y apoyo.

Otro aspecto fue el de la comunicación abierta e inclusiva, coincidiendo en que la implementación de prácticas de comunicación transparentes ciertamente facilita el diálogo y el entendimiento mutuo entre los jóvenes y los líderes de la iglesia, asegurando que todas las voces sean escuchadas y valoradas con respeto por cada joven.

A lo largo de las sesiones, se presentaron diferentes estrategias para una PJ sinodal eficaz: se propuso la sinodalidad a través de la creación de espacios de escucha y diálogo, donde los jóvenes puedan expresar libremente sus experiencias, ideas e inquietudes. Se han propuesto asambleas sinodales periódicas de jóvenes en las que se discuten y proponen iniciativas comunitarias, como experiencias de voluntariado, actividades culturales y sociales que refuerzan el sentido de cohesión y misión entre los jóvenes.

El Congreso se enriqueció con momentos de intercambio en plenaria, donde los jóvenes compartieron sus experiencias de participación sinodal. Sus discursos destacaron la importancia de involucrarse en la responsabilidad de formar comunidades viables y maduras.

Un momento muy significativo fue la audiencia con el Papa Francisco en la Sala Clementina del Vaticano. Expresando su gratitud por el éxito de la JMJ de Lisboa, el Papa dejó algunas indicaciones valiosas: tener cuidado de no descuidar el camino de los jóvenes en la vida cotidiana, en lo ordinario,  el acompañamiento en el  discernimiento espiritual -sinodal, personal y orientado a la verdad- y, por último, pero no menos importante, recordó la importancia de escuchar a los jóvenes: “una escucha real, que no se quede a medias,  o simplemente una fachada”. (Discurso)

Las resonancias de Alessia al final de la experiencia:

“Participar en el Congreso Internacional de Pastoral Juvenil ha sido una experiencia extraordinaria, que ha dejado una huella significativa en mi vida espiritual y personal. Estar rodeados de jóvenes de todos los rincones del mundo, unidos por la misma búsqueda de sentido y autenticidad en la fe, hizo de este evento un momento de profundo enriquecimiento y crecimiento.

Uno de los aspectos más destacados fue el diálogo abierto y sincero con otros jóvenes sobre su experiencia de fe y los desafíos diarios que enfrentan. Escuchar sus historias de esperanza, lucha y renacimiento me hizo sentir parte de una comunidad global de creyentes, unidos en el objetivo común de anunciar a Jesús a otros jóvenes.

Durante el Congreso, comprendí que para anunciar a Jesús a otros jóvenes, es esencial dar testimonio de una fe vivida con alegría y coherencia. Las acciones y la presencia amorosa hablan más al corazón de los jóvenes que las palabras. Participar en esta conferencia me ha hecho más consciente de la importancia de darnos cuenta, en primer lugar, del amor que Jesús tiene por nosotros. Sólo con una verdadera apertura de corazón, que requiere amor y confianza, podemos transformar la vida de los jóvenes que encontramos.

En conclusión, el Congreso representó un momento crucial para reflexionar sobre el papel de los jóvenes en la Iglesia y cómo la sinodalidad puede convertirse en un pilar fundamental en su guía y formación. Los desafíos futuros se referirán a la implementación de las ideas y estrategias discutidas, dando lugar a una Pastoral Juvenil verdaderamente sinodal, dinámica e inclusiva.

La esperanza es que este enfoque ayude a formar jóvenes líderes capaces de liderar con sabiduría y compasión, construyendo una Iglesia cada vez más abierta y acogedora, donde la esperanza siga siendo la base de todo”.

Foto: Flickr Dicastero LFV

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