Casatenovo (Italia).El  8 de diciembre de 2024, en el Auditorio de Casatenovo (Lecco), tuvo lugar la ceremonia de entrega del Premio de la paz Graziella Fumagalli, Madre Erminia Cazzaniga, Sor Luisa Dell’Orto”.

Promover la cultura y los modelos de convivencia basados en valores de solidaridad y fraternidad” era el objetivo de la velada, totalmente logrado  con la entrega de los reconocimientos a la Dra. Maria Teresa Reale, médica en Abobo, Etiopía, a la memoria de Maria Carla () Ara, voluntaria en Serbia, y a Sor Flora Galbusera, Hija de María Auxiliadora, misionera durante 64 años en Argentina.

Estuvieron presentes las Corporaciones de Casatenovo, Sirtori y Lomagna, los municipios promotores de la iniciativa, los Jefes del Comité de Lecco para la Paz y la Cooperación entre los Pueblos, fundadores del Premio y otras personalidades. En sus discursos, se centraron en los valores de la solidaridad, la promoción de los derechos de cada persona y de cada pueblo, el respeto de las diversas culturas, condiciones indispensables para la paz entre las comunidades y los pueblos.

El concierto ofrecido por el Coro “Cantosospeso” con “Cantos de paz en tiempos de guerra” favoreció el clima de escucha y un horizonte intercultural. Como señaló la concejala de Cultura y Políticas de Paz de Casatenovo, Gaia Riva, “la música es un eco del mensaje de solidaridad y de compartir encarnado por las mujeres homenajeadas”.

El evento contó con la presencia de la sobrina de sor Flora Galbusera, Sabina Magni, sor Emilia Musatti, ex Vicaria general del Instituto FMA y directora de la Comunidad de Contra di Missaglia, de la Inspectoría Lombarda  de la Sagrada Familia (ILO), con dos hermanas de la Comunidad, y sor Armida Spada, directora de la Comunidad de Cinisello Balsamo con otras dos FMA.

En representación de Sor Flora, recogieron el reconocimiento, de manos de la alcaldesa de Lomagna, Cristina Citterio, sor Emilia Musatti y la sobrina de sor Flora. El premio consiste en una placa y una aportación económico que se destinará a la renovación de una parte del edificio del  Centro Comunitario María Auxiliadora de Formosa de la Inspectoría Laura Vicuña  (ARG), donde la comunidad aborigen encuentra un ambiente sereno de crecimiento humano y espiritual con programas educativos y talleres para los jóvenes y mujeres.

En sus palabras, Sabina expresó su gratitud, también en nombre de su hermana, por este reconocimiento, y agradeció a Sor Stefania Saccuman, Provincial de la Inspectoría de la ILO, a Sor Sofía Calberaro, Directora de la comunidad de Formosa, donde Sor Flora dio su vida entre los aborígenes de los barrios periféricos de la ciudad y a Sor Silvia Boullosa, Provincial de la Inspectoría ARG,  que acompaña con afecto a Sor Flora, actualmente en una Comunidad de cuidados para hermanas ancianas desde donde sigue su querida misión.

En nombre del Instituto, en particular de la Superiora General, Madre Chiara Cazzuola, Sor Emilia expresó su agradecimiento por el reconocimiento de la pasión y el compromiso promocional y educativo de Sor Flora, especialmente en este momento en que el Instituto se prepara para el 150 aniversario de la primera expedición misionera, que tuvo lugar en 1877.

Desde entonces, cada año muchas hermanas, como sor María Troncatti, también de Lombardía, que pronto será proclamada santa, y como sor Flora, han dejado su tierra para promover una vida digna para todos, especialmente para los más pobres, en el nombre del Señor Jesús. Y sabemos ciertamente, que donde se educa y se promociona a las personas, se ponen las condiciones para la paz y para el futuro”.

Sor Emilia continuó con una referencia a la intensa vida de Sor Flora, natural de Casatenovo, que partió a la edad de 29 años para Argentina, donde ha dado, junto con las hermanas de su comunidad, sus mejores energías a la Comunidad de Nuestra Señora de la Esperanza de Formosa, fundada por ella misma.

Por último, concluyó con un llamamiento a los jóvenes presentes para que acojan el mensaje de estos fuertes testimonios comprometiendo su vida por los más pobres:

“Su vida, que todavía sigue ofreciendo amor y testimonio en la tierra de su donación misionera, la luz, o luces, que sor Flora ha encendido y continuar a encender, señalan un camino. Esperamos que alguien de esta su tierra y vuestra, haga suyo su mensaje, tenga la valentía de dar, como ella, su propia vida, para que los más pobres puedan conocer y realizar la grandeza y la dignidad que el Señor Jesús nos sigue donando. Este es el camino para dar esperanza a la paz en el corazón de las personas, en las familias y entre los diversos pueblos”.

Para obtener más información: casateonline.it

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