Roma (Italia). El 17 de noviembre de 2024 se celebra la VIII Jornada Mundial de los Pobres, un momento de reflexión y animación para todas las Comunidades Educativas.
En el Año de la Oración, ahora ya a las puertas del Jubileo Ordinario 2025, el tema elegido por el Papa para la VIII Jornada Mundial de los Pobres es: “La oración de los pobres se eleva a Dios” (Eclo 21, 5), tomado del antiguo autor sagrado Ben Sira, un escriba de Jerusalén que probablemente escribió en el siglo II a.C. y que, “inspirada por el Espíritu Santo, quiere transmitir a todos el camino a seguir para una vida sabia digna de ser vivida ante Dios y ante los hermanos”.
El Santo Padre, en su Mensaje, subraya cómo los pobres ocupan un lugar especial en el corazón de Dios, que está siempre a todos. Sus oraciones son escuchadas, y Dios, ante su sufrimiento, se “impacienta” hasta que obtiene justicia para ellos.
“Dios conoce los sufrimientos de sus hijos, porque es un Padre atento y solícito con todos. Como Padre, cuida de los que más lo necesitan: los pobres, los marginados, los que sufren, los olvidados… Pero nadie está excluido de su corazón, ya que, ante él, todos somos pobres y necesitados. Todos somos mendigos, porque sin Dios no seríamos nada”.
El Papa observa que “es necesario hacer nuestra la oración de los pobres y rezar junto a ellos” y nos invita a aceptarla como un desafío y como una acción pastoral que hay que alimentar porque “la peor discriminación que sufren los pobres es la falta de atención espiritual”. Por lo tanto, nos exhorta a aprender a rezar por los pobres y a hacerlo junto a ellos, con un corazón humilde y con la confianza “de que Dios nunca nos abandonará ni nos dejará sin respuesta”.
La oración debe ir acompañada de actos de caridad concreta para demostrar su autenticidad. De hecho, la oración y la acción se refieren la una a la otra: “si la oración no se traduce en acción concreta, es en vano; (…) Sin embargo, la caridad sin oración podría reducirse a la filantropía, que pronto se agota. La Jornada Mundial de los Pobres es también un momento para dar gracias al Señor por tantas personas que dedican gran parte de su tiempo a escuchar y apoyar a los más necesitados. Estos rostros concretos, con su ejemplo, “dan voz a la respuesta de Dios a la oración de los que se dirigen a Él” (n. 7).
A esta propuesta propone el testimonio concreto de santos como la Madre Teresa de Calcuta, que siempre repetía que la oración era el lugar del que sacaba la fe y la fuerza para servir a los pobres, y San Benito José Labre, que vivió en Roma, pobre entre los pobres, como un “vagabundo de Dios”, haciendo de su existencia una oración incesante que se elevaba a Él.
Esta Jornada fue muy deseada por el Papa Francisco al concluir el Jubileo Extraordinario de la Misericordia, para que toda la comunidad cristiana, a través de acciones concretas, se convierta cada vez más en un signo de la caridad de Cristo hacia los más pequeños y necesitados y sea una oportunidad para tomar conciencia de la presencia de los pobres en sus ciudades y comunidades, para comprender sus necesidades.
En su 1er Mensaje, en el 2017, el Papa Francisco aclaró inmediatamente los objetivos de esta iniciativa: “Esta Jornada pretende ante todo estimular a los creyentes a reaccionar ante la cultura del descarte y del despilfarro, haciendo suya la cultura del encuentro. Al mismo tiempo, la invitación se dirige a todos, independientemente de su afiliación religiosa, para que se abran a compartir con los pobres en todas las formas de solidaridad, como signo concreto de fraternidad.
Quisiera que las comunidades cristianas, en la semana que precede a la Jornada Mundial de los Pobres, se comprometan a crear muchos momentos de encuentro y de amistad, de solidaridad y de ayuda concreta.
En este domingo, si hay pobres que viven en nuestro barrio y buscan protección y ayuda, acerquémonos a ellos: será un momento propicio para encontrar al Dios que buscamos. De acuerdo con la enseñanza de las Escrituras, recibámoslos como invitados privilegiados a nuestra mesa; pueden ser maestros que nos ayuden a vivir la fe de una manera más coherente” y añadió: “En la base de las muchas iniciativas concretas que se pueden llevar a cabo en esta Jornada, está siempre la oración”.
En el sitio web del Dicasterio para la Evangelización -Sección para las Cuestiones Fundamentales de la Evangelización en el Mundo se puede encontrar material en diferentes idiomas para la animación.