Budapest (Hungría). Del 28 al 30 de abril de 2023, el Papa Francisco estuvo en Budapest, Hungría, para su 41ª Visita Internacional.
Algunas Hijas de María Auxiliadora de las Comunidades de Hungría, Inspectoría Santa María D. Mazzarello (ITV) que participaron en algunos momentos, cuentan la así la experiencia:
Son días históricos para Hungría, del 28 al 30 de abril de 2023, en los que el Papa Francisco nos visitó, anunciando a Cristo, nuestro futuro. Así resuena el lema, pero sobre todo la realidad de hoy y siempre para quien quiere vivir la vida al máximo.
Como religiosos, con los Obispos, sacerdotes y muchas otras personas consagradas, el 28 de abril participamos del encuentro con o Papa, escuchando sus palabras desde dentro o fuera de la Basílica de San Esteban. Todo ha sido preparado con el máximo cuidado y atención a la seguridad. Sobre todo, había tanta alegría de estar en torno al Papa como una gran familia. Lo esperábamos con cantos del grupo de estilo bizantino “San Efraín”, el rezo del Rosario con los misterios gloriosos, intercalados con cantos maravillosos. En particular, la palabra del Santo Padre nos instaba a no ser “catastróficos” al considerar la historia actual, por dura y difícil que sea, a no dejarnos llevar por la mentalidad mundana, que quita toda la vitalidad del Evangelio. Nos invitó a la oración constante, a la adoración, al testimonio de la caridad, para una pastoral vocacional eficaz. Además, a liberarnos de la cháchara inútil y encendernos en la esperanza en el servicio a los demás, con la ayuda de María, la sierva del Señor por excelencia.
Junto a los 11.000 jóvenes del polideportivo “Papp László Budapest Sportaréna”, estuvimos presentes 34 niños y niñas del oratorio salesiano de Tordas , emergiendo el testimonio visible de jóvenes con una gran madurez interior, y el sincero deseo de experimentar a Jesús, amado y precioso por Jesús y “por mí”, subrayó el Papa Francisco. Así, la invitación al silencio “terreno sobre el que cultivar relaciones beneficiosas” y, para los adultos y educadores, la advertencia de ayudar a los jóvenes a encontrar respuestas verdaderas a su sed de autenticidad. “Quien se atreve gana”, pronunció en húngaro: La lucha es parte de la vida. El camino de Jesús no existe sin la cruz.
Muchos se conmueven por su cercanía, claridad de palabras y presencia siempre sonriente. Una hermana nuestra, entrevistada entre la multitud, dice que el Papa irradia continuamente la bondad del rostro de Dios Padre misericordioso, contagiándonos a hacer lo mismo.
Durante la Santa Misa, celebrada en la Plaza Kossuth Lajos frente al Parlamento, se percibió un silencio lleno de profunda escucha. La participación fue coral en todo: cantos, oraciones, recogimiento y no por casualidad resonó la palabra del Santo Padre para ser fuertes en la fe, que caracteriza al pueblo húngaro, para convertirse en un punto de referencia para la paz en Europa y en el mundo:
“¡Sed puertas abiertas! Que el Señor de la vida, su Palabra que consuela y sana, entre en nuestros corazones, y luego salgamos y seamos nosotros mismos puertas abiertas en la sociedad. Ser abiertos e inclusivos unos con otros, para ayudar a Hungría a crecer en fraternidad, camino de la paz”.
La visita del Papa Francisco a Hungría fue una experiencia que fortaleció la unidad del pueblo, la identidad cristiana y el servicio en la sociedad actual, con los mil desafíos de la fraternidad, en las pruebas diarias de las múltiples diversidades. El Papa concluyó el encuentro con la palabra-oración del himno de este pueblo: ISTEN ÁLD MEG A MAGYART! ¡Dios bendiga al pueblo húngaro!