Roma (Italia) El 12 de junio de 2020 se celebra la Jornada Mundial contra la explotación del trabajo infantil, instituida en 2020 por la International Labour Organization (ILO), una agencia especializada de las Naciones Unidas que se ocupa de promover la justicia social y los derechos humanos internacionalmente reconocidos, en especial los que respectan al trabajo.
El tema de este año – COVID–19: Protejer a los niños del trabajo infantil, ahora más que nunca – recuerda la situación que el mundo está experimentando. Las consecuencias socio-económicas de la Pandemia de Covid-19 tienen un impacto también en la vida de los niños y niñas, que son los más vulnerables.
Actualmente, es estimado que son 152 millones los niños/as explotados/as del mercado del trabajo mundial, de los cuales 72 millones comprometidos en trabajos peligrosos.
Don Bosco y Madre Mazzarello creían en la importancia del trabajo, también por haberlo experimentado como colaboración activa en sus familias de origen, y lo transmitieron como herencia al Instituto de las Hijas de María Auxiliadora, cuya misión educativa considera el trabajo como expresión de ciudadanía y de responsabilidad social.
“El trabajo es lo que hace al hombre semejante a Dios, porque con el trabajo el hombre es creador, es capaz de crear, de crear muchas cosas. (…) El trabajo tiene dentro de sí una bondad y crea la armonía de las cosas – belleza, bondad – e implica al hombre en todo: en su pensamiento, en su acción, todo” (Homilía del papa Francisco, 1 de mayo de 2020Omelia).
En el mundo, uno de cada diez niños está empleado en el trabajo infantil. Los menores de edad se consideran explotados cuando son demasiado jóvenes para trabajar, cuando son tratados como esclavos, empleados en ambientes laborales nocivos para su salud psico-física y en actividades peligrosas que pueden comprometer su desarrollo físico, mental, social y educativo. En muchos contextos un niño de cada cuatro (de los 5 a los 17 años) está empleado en un trabajo considerado dañoso para su salud y su crecimiento. Los trabajadores infantiles son explotados principalmente en la agricultura (71%), en la pesca, en la silvicultura, ganadería y acuicultura; están además implicados en el sector de los servicios y en el industrial, en la extracción de las minas.
En la Audiencia general del 12 de junio de 2013, Papa Francesco dice: “Todos los niños deben poder jugar, estudiar, rezar y crecer, en las propias familias, y esto en un contexto armónico, de amor y de serenidad. Es un derecho de ellos y un deber nuestro. Mucha gente, en vez de hacerlos jugar los esclaviza: esto es una plaga. Una infancia serena permite a los niños mirar con confianza la vida y el mañana. ¡Ay de que sofoca en ellos el empuje gozoso de la esperanza!”
A los niños y a las niñas explotados en el trabajo se les niegan los derechos a la vida, a la libertad, a la expresión, a la protección contra los abusos, violencias o negligencias; a la salud, a la instrucción, al juego.
El Instituto de las Hijas de María Auxiliadora responde a la necesidad de esperanza y de vida de muchos pequeños, promoviendo Obras de acogida para niños, adolescentes y jóvenes en situación de riesgo. Por medio del acompañamiento y la recuperación escolar, la formación para la adquisición de habilidades y competencias diversas, el ambiente en que se encuentran es un lugar de acogida de dimensión familiar, de crecimiento integral a fin de que los niños, adolescentes y jóvenes puedan gradualmente reunirse con la propia familia e insertarse en la sociedad.
La situación de la Pandemia de Covid-19 estimula a las Comunidades Educativas del Instituto FMA a reflexionar sobre los signos de explotación laboral en la sociedad y en el territorio.
En la Audiencia general del 10 de junio de 2020, el Papa Francesco dirige una fuerte llamada no sólo a las Instituciones sino a todos los pueblos: “Los Niños son el futuro de la familia humana: ¡a todos nosotros concierne la tarea de favorecer el crecimiento, la salud y la serenidad!”
Uno de los puntos del Objetivo 8 (Trabajo digno y crecimiento económico) de la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible se refiere al trabajo infantil: Adoptar medidas inmediatas y eficaces para la eliminación del trabajo forzado, para poner fin a la esclavitud moderna y a la trata de los seres humanos y para asegurar la prohibición y la eliminación de las peores formas de trabajo infantil, incluyendo el reclutamiento y uso de niños soldado; para el 2025, poner fin al trabajo infantil en todas sus formas (8.7).