Ginebra (Suiza). El 11 de octubre de 2020 se celebra la Jornada Mundial de las Niñas y de las Chicas, instituida por la Asamblea General de las Naciones Unidas en el 2011, para centrar la atención en los desafíos que las niñas y las chicas encuentran cada día en las distintas partes del mundo y promover el respeto a sus derechos.
En el 2020 se conmemoran los 25 años de la adopción de la Declaración de Pequín y de la Plataforma de acción, que los Países adoptaron por unanimidad en 1995, en el curso de la Conferencia Mundial sobre la Mujer en Beijing, para promover, por primera vez, no sólo los derechos de las mujeres, sino también los de las muchachas. Las niñas y las chicas tienen derecho a una vida segura, instruida y sana y deben ser apoyadas durante los años de la adolescencia, importantes para su crecimiento y su empoderamiento como mujeres.
El tema de la Jornada Internacional de las Niñas y de las Chicas 2020: “Mi voz, nuestro futuro igual”, parte del deseo de ponerse a la escucha del cambio que las muchachas sueñan y de las soluciones contra la discriminación, la violencia y las escasas oportunidades de aprendizaje que se están llevando a cabo en las propias Comunidades y Naciones.
La oficina Oficina de Derechos Humanos (IIMA) en Ginebra se compromete en la promoción y en dar voz a las muchachas, con la consciencia de que, si están apoyadas, pueden animar a otras chicas a construir juntas un futuro mejor.
En la Carta Encíclica Fratelli tutti, el Papa Francisco subraya cómo el respeto de los derechos humanos lleva a hacer florecer la creatividad en beneficio de la sociedad: “Muchas veces se constata que, de hecho, los derechos humanos no son iguales para todos. El respeto de tales derechos “es condición preliminar para el mismo desarrollo social y económico de un País. Cuando la dignidad del hombre se respeta y sus derechos son reconocidos y garantizados, florecen también la creatividad y el ingenio, y la personalidad humana puede desplegar sus múltiples iniciativas a favor del bien común»”. (FT n. 22)