Roma (Italia). El 26 de junio de 2024, las novicias de las Hijas de María Auxiliadora del Noviciado Internacional Sor Teresa Valsé Pantellini de Roma via Appia Nuova, vivieron una jornada de fraternidad en contacto con diferentes carismas. Esta es su historia:

“No debemos tener miedo de la diversidad de carismas en la Iglesia. Al contrario, debemos alegrarnos de vivir esta diversidad”.

Estas palabras del Papa Francisco, al inicio del Video del Papa de enero de 2024, recogen lo que es nuestra experiencia hoy. En el transcurso de nuestro camino de noviciado, hemos tenido la oportunidad de conocer y hacer amistad con novicios de otras Congregaciones con los que hemos compartido un camino de crecimiento, convirtiéndonos en compañeros de viaje durante el tramo del camino que el Señor nos ha dado para compartir.

Pero nuestra experiencia como Iglesia no se detuvo ahí. Nuestro barrio es particularmente rico en diversidad carismática y esto nos ha dado la oportunidad de tejer relaciones fraternas significativas, que esconden una belleza que es fruto del Espíritu.

Queremos compartir lo que vivimos el miércoles 26 de junio de 2024 cuando, habiendo salido a última hora de la mañana, nos reunimos con las  Hermanas Canossianas  en su casa no muy lejos de la nuestra.

El deseo era almorzar juntas, en la sencillez de estar. Una vez más experimentamos lo que en el encuentro con la figura de Sor Eusebia Palomino descubrimos como “licor de café“: el sabor único de la vida que proviene de algo que no es estrictamente necesario, pero que ofrece el buen terreno para vivir la amistad, el compartir, la alegría, la belleza de sabernos hermanas de la misma familia que es la Iglesia.

Lo que más llenó nuestros corazones, además de la abundante generosidad de las hermanas, fue la sencillez con la que estuvimos juntas, compartimos nuestros momentos de vida y las risas que surgieron espontáneamente, fruto de estos años de oración y apoyo mutuo que han construido una red de relaciones que nos hacen sentir como en casa.

De vuelta en la Comunidad, nos preparamos para el nuevo encuentro que nos esperaba: la llegada de los jóvenes Rogacionistas del estudiantado no muy lejos de nosotros. Nos encontramos con ellos casi por casualidad, pidiendo sacerdotes disponibles para la celebración eucarística de la mañana. La amistad ha florecido en los últimos años con ensayos de canto juntos, con momentos de fraternidad y participación en celebraciones importantes como la ordenación diaconal de uno de ellos y la vigilia vocacional en la parroquia de San Antonio y San Aníbal María.

Tan pronto como llegamos, celebramos juntos la Eucaristía, sintiendo fuertemente cómo, incluso en la diversidad de carismas, el Pan y el Vino nos unen en una única mesa coloreada por la riqueza de la diversidad.

Bastaba con ver las miradas para entender la alegría que cada uno experimentaba. Al final de la celebración, nos trasladamos a la terraza para cenar. Las risas, las historias y el intercambio de experiencias fueron los ingredientes de fondo de la belleza de estar juntos.

Podemos decir verdaderamente que el Señor nos ha dado a vivir lo que leemos en el Eclesiástico: “Un amigo fiel es una protección poderosa, y quien lo halla, encuentra un tesoro. Un amigo fiel es el bálsamo de la vida”. (Eclo 6:14, 16.)

La invitación que dejamos, por tanto, es la de ir a buscar a los consagrados y consagradas que viven cerca de vosotras en la misma misión que vosotras y dar testimonio del amor de Dios. Sólo tienes que llamar a la puerta, ir a visitarlos, invitarlos a casa: ¡te aseguramos que la alegría que encontrarás vale la pena!

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