Tam Ha (Vietnam). Del 8 al 11 de enero de 2021 los jóvenes de Tam Ha (Vietnam), coordinados por las Hijas de Marçoa Auxiliadora de la Comunidad San José – Inspectoría María Auxiliadora (VTN) – participaron en un campamento misionero en la tierra de la etnia Bana.
Las palabras de la Directora de la Comunidad FMA de Tam Ha, sor Anna Bich Uyen, dirigidas a los jóvenes que partían: “Llevad a Dios a todos por medio de cada palabra, de cada gesto de amor y de servicio”, motivaron al grupo a entrar en profundidad en el significado de la misión.
El grupo fue acogido en la parroquia de Kon Thup por el párroco, Padre Anton Do Hong Tu, Misionero del Verbo Divino (SVD), y por el consejo parroquial, para la celebración de la Santa Misa con los niños Bana. Los jóvenes y las FMA se pusieron en seguida manos a la obra para preparar los dones para las familias necesitadas, con el material recibido de muchos bienhechores, para proyectar juegos y cocinar alimentos para la feria.
Más de 70 familias de enfermos de lepra, lejos de la parroquia, fueron a recoger los paquetes de regalo con diversos bienes de necesidad, entre los cuales material y medicamentos para tratar las heridas. Las FMA entregaron al párroco medicamentos y diversos tipos de vitaminas para ayudar a los parroquianos en dificultad.
El párroco y sor Teresa My Anh, FMA responsable del grupo, abrieron la feria y entregaron los regalos a 200 familias necesitadas. Los niños y los padres participaron con entusiasmo en los juegos y gustaron la comida preparada por las hermanas y por los jóvenes. Normalmente los niños Bana son tímidos a la hora de interactuar con extraños, sin embargo, cuando las hermanas y los jóvenes reunieron a los niños para actividades en un círculo, se creó un ambiente abierto y amigable. La alegría que brillaba en sus ojos pagó con creces el cansancio del viaje y del trabajo.
La jornada del sábado 9 de enero se terminó con una noche étnica animada con alimentos y manifestaciones de la cultura Cong Chieng, tipica de la etnia Bana. El párroco y los parroquianos prepararon la cena con especialidades de pollo ahumado, arroz Lam y espectáculos culturales. Desde la comida hasta los disfraces, a los instrumentos musicales, a las danzas, todo contribuyó a revelar los colores de una tierra remota impregnada de pasión. Después de la cena, en medio del patio se encendió un fuego para calentar a la gente enfriada por el clima frío y ventoso y continuar las danzas. El párroco cerró la noche con un espacio de silencio para dar gracias a Dios por el bien recibido y augurar una buena noche.
Antes de concluir la experiencia, los jóvenes se dividieron en dos grupos para visitar y llevar los paquetes-regalo a 20 familias de leprosos cercanas a la parroquia. El Padre Anton, en representación de toda la parroquia, expresó la gratitud a las FMA y a los jóvenes, que vivieron la misión sin ahorrar energías, llevando alegría a los hermanos y a las hermanas Bana, animados por la enseñanza de Jesús: “Cada vez que habéis hecho estas cosas a uno solo de estos mis hermanos más pequeños, me lo habéis hecho a mí” (Mt 25,40).