Milán (Italia). Del 29 de septiembre al 2 de octubre de 2022 se llevó a cabo en Milán la 2ª edición del Festival de la Misión (FdM) sobre el  tema “Vivir por regalo”, en la que participaron varias Hijas de María Auxiliadora, algunas de las cuales referentes inspectoriales para las Misiones, misioneras, Salesianos de Don Bosco, Salesianos Cooperadores y miembros de la Familia Salesiana, alumnos de las Escuelas de las FMA y Exalumnos/as, jóvenes que han vivido con las FMA experiencias misioneras de verano, y trajeron su testimonio a los “Aperitivos Misioneros”.

Sor Antonia Franzini, FMA de la Inspectoría lombarda Sacra Famiglia (ILO), Colaboradora de la Oficina Misionera de la Diócesis de Milán y referente inspectorial para las misiones, cuenta la experiencia:

“Reconocimiento, misericordia, reconciliación y vocación. Son las palabras citadas por el Arzobispo de Milán, Mons. Mario Delpini, durante la Celebración en el Duomo, al final de los cuatro días del Festival de la Misión tenidos en la capital lombarda.

Palabras que resumen bien el sentido, el clima y el horizonte de estos días intensos. Un sucederse de muestras, documentales, conferencias, talleres, visitas a iglesias, presentaciones de libros, momentos de plegaria, que han involucrado a numerosos participantes – cerca de 30.000 – que en estos días han llegado a Milán de otras partes de Italia para participar en la 2ª edición – la primera fue en Brescia en 2017 – del Festival de la Misión promovido por la CIMI (Conferencia de los institutos misioneros italianos), la Fundación Missio (organismo pastoral de la CEI) y la Archidiócesis de Milán, a través de la oficina diocesana para la Pastoral misionera.

Gratitud. Porque el gracias ha resonado en cada encuentro, en cada testimonio ofrecido; por la generosa disponibilidad de los voluntarios, por cada misionero que se ha hecho disponible a encontrarse con personas y dialogar con ellas sobre el valor grande de la vida entregada por los otros.

Misericordia. Porque las muchas historias narradas con la presencia de los testimonios o quizá a través de enlaces, recitales, muestras, libros, documentales, han demostrado cómo el hacer experiencia de la misericordia de Dios cambia la vida y pone en la prospectiva de estar disponible para el bien de todos.

Reconciliación. Porque el tema del Festival, “vivir por regalo”, recuerda que verdaderamente la vida se vive si se da, y cuanto más la experimentamos, más descubrimos, con la ayuda de Dios, Autor de la vida, que el don se convierte en la capacidad de reconciliarse con la propia historia y con la historia de los demás. Una vida donada es una vida reconciliada: per-dono (por don, por regalo).

Vocación. Estos cuatro días centraron la mirada en la vocación de cada cristiano. La conocida frase del Papa Francisco en la Evangelii Gaudium -“Somos una misión en esta tierra”- es una fuerte exhortación a recuperar nuestra llamada bautismal: ¡nuestra vocación!

Ser misión en los máximos confines de la tierra o serlo en casa: ¡lo que cuenta es serlo! Los ponentes que se alternaron en los muchos encuentros propuestos repitieron a más voces lo fundamental que es la escucha y la proximidad para construir puentes donde la guerra, la pobreza, la cárcel, la violencia ha alejado a las personas.

Las calles del Milán otoñal se llenaron de alegría, de fiesta, y ni siquiera  en los primeros días lluviosos del Festival faltó el entusiasmo. Fueron jornadas no sólo para los “insiders”, sino para todos: personas de todas las edades, del sur y norte de Italia. Muchos fueron los jóvenes, a los que se dedicó especialmente el sábado por la noche con la Vigilia en preparación para la Jornada Mundial de la Juventud que se celebrará en Lisboa, Portugal, en agosto de 2023.

Se organizaron eventos y actividades para jóvenes y niños, como la exposición de cómics y revistas misioneras, talleres sobre globalización, presentación de libros infantiles, acompañados de actividades lúdicas.

El jueves 29 de septiembre, la Plegaria Ecuménica, iniciada en la Basílica de Sant’Eustorgio y finalizada en las Columnas de San Lorenzo, inauguró oficialmente las Fiestas. En los días siguientes, la Basílica, que tradicionalmente alberga el sarcófago con los restos de los Reyes Magos, fue el corazón palpitante de todos los eventos, un lugar donde la gente se reunía para las celebraciones eucarísticas, la Liturgia de las Horas, la Adoración, las Confesiones. Un lugar para devolver a Él la riqueza de estos días, para descubrir su significado en nuestras vidas.

Justicia, comunicación, economía, ecología, geopolítica son los ámbitos donde resonaron las tres palabras del festival, vivir por regalo.  Parecen mundos muy alejados del tema de la misión, pero están muy cerca: el Papa Francisco nos recuerda que “todo está conectado”.

Las muchas conferencias y las mesas redondas, que se sucedieron con ritmo pulsante en la espléndida location de las Columnas de San Lorenzo, tuvieron importantes protagonistas – Don Luigi Ciotti, sacerdote italiano comprometido en temas sociales, Marta Cartabia, Ministro de justicia, el Senador Mario Monti, Mons. Christian Carlassarre, Obispo comboniano en Sudan del Sur, Padre Alex Zanotelli, misionero comboniano, sor Alessandra Smerilli, FMA, Secretaria del Dicasterio para el Servicio del  Desarrollo Humano Integral, Patrick Zaki, activista e investigador egipcio, el Card. Matteo Zuppi, Presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, Zakia Seddiki, esposa del Embajador de la República Democrática del Congo, Luca Attansio, y muchos otros – no para llenar un gran contenedor de palabras, sino para dar y compartir experiencias de vida.

Cuando en la comunicación, en la política, en la economía, en la justicia, en la ecología se pone en el centro y tienes en el corazón al hombre, quienes realizan actividades o desempeñan un rol relacionado con estas áreas llevan a cabo una misión y el ejecutar una tarea obtenida se transforma en un don para el bien de todos. La “Iglesia en salida” ha caminado con estos testigos, y con los jóvenes que han vivido experiencias misioneras y con los misioneros/as que han contado su propia experiencia – en las calles de Milán, encuentro de rostros, sonrisas, historias, experiencias que seguro que todo el mundo se ha llevado a casa.

¿Qué hacer con toda esta riqueza y profundidad? Seguramente es necesario retomar y reelaborar la experiencia y los contenidos del Festival dentro de los grupos, de las parroquias, de las Asociaciones, de las Congregaciones a las que pertenecemos y buscar pistas concretas de actuación de algunos recorridos sugeridos por el Festival. También es importante narrar y compartir con quien no estaba en el Festival las sugerencias y las ideas que pueden ser retomadas e implementadas para renovar la propia forma de pensar sobre la misión.

Esto y aún más puede ocurrir si nos llevamos a casa el deseo profundo de continuar o empezar a VIVIR POR REGALO”.

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