Roma (Italia). El 28 de junio de 2022, en la Sala Regia del Palacio Apostólico, en la Ciudad del Vaticano, se tuvo la primera conferencia referente al Jubileo 2025,
con la descripción de los pasos de preparación a la celebración del Año Santo y la presentación del Logo oficial.
En su saludo, el Secretario de Estado Card. Pietro Parolin, recordando el lema “Peregrinos de esperanza” del Jubileo ordinario del 2025 – que se sucede al Jubileo del 2000 proclamado por San Juan Pablo II y al jubileo extraordinario de la Misericordia, proclamado por el Papa Francisco en 2015 – dijo:
“que este lema pueda ser para el mundo entero un auténtico contenido para experimentar. Los acontecimientos de estos años, de estos últimos meses, parecen obligar a la Iglesia a mantener la mirada fija en la virtud teologal de la esperanza (…) y la esperanza llama a todos a ser constructores responsables de un mundo mejor, como escribió el Papa Francisco con vistas al Año Jubilar:
“Debemos (…) hacer todo lo posible para garantizar que todos recuperen la fuerza y la certeza de mirar hacia el futuro con una mente abierta”.
Se trata de un evento que atraerá a millones de peregrinos a Roma a la tumba de los santos Pedro y Pablo y “a cruzar la Puerta Santa según la antigua tradición jubilar”, un evento de fe, pero al mismo tiempo de cultura y de admiración de la belleza de estos lugares”, lo definió el Card. Parolin.
Las líneas guía del camino jubilar fueron expuestas por Mons. Rino Fisichella, Prefecto del Dicasterio para la Evangelización, Sección para las cuestiones fundamentales de la evangelización en el mundo:
“La celebración de un Jubileo ordinario prevé una preparación que requiere años por el compromiso que un evento como éste comporta”, explicó Mons. Fisichella, que agradeció a las autoridades civiles presentes la colaboración en esta fase preparatoria del Jubileo, destacando la necesidad de proporcionar a las Iglesias particulares esparcidas por el mundo los instrumentos pastorales para que pueda ser un evento eclesial de apoyo a la fe y de impulso a la evangelización.
Dos serán las temáticas sobre las que, por voluntad del Papa Francisco, nos centraremos en estos dos años que nos separan del Jubileo:
“El 2023 estará dedicado a la revisión de los temas de las cuatro Constituciones Conciliares, para que la Iglesia pueda respirar de nuevo la profunda y actual enseñanza producida por el Concilio Vaticano II del cual el próximo 11 de octubre se celebrará el 60º aniversario de su apertura. Por esta razón, se están produciendo una serie de subsidios para permitir que aquellos que no tienen memoria del evento se vuelvan curiosos y entren en los méritos del Consejo.
El 2024 será un año dedicado a la oración, para crear un contexto favorable al Jubileo y permitir a los peregrinos prepararse a este evento de una manera coherente y eficaz”.
Al presentar el Logo del Jubileo, Mons. Fisichella se detuvo también en la relevancia del aspecto comunicativo: “Se deberá permitir a millones de usuarios convertirse en peregrinos también a través de lo digital, y moverse por los caminos, acogiendo la belleza y la sacralidad del momento a través de la recepción de noticias (…). El Logo jubilar expresa la identidad y el tema espiritual particular, encerrando el sentido teológico en torno al cual se desarrolla y tiene lugar este acontecimiento histórico”.
En la Conferencia estaba presente Giacomo Travisani, vencedor del Concurso Internacional para el Logo, entre 294 propuestas de 213 ciudades y de 48 Países distintos, realizadas por estudiantes, estudios gráficos, institutos religiosos, profesionales, estudiosos de arte entre los 6 y los 83 años. “Ha sido conmovedor revisar estos proyectos que son el resultado de la imaginación y la fe sencilla de la gente”, comentó Mons. Fisichella, que leyó la explicación del logo escogido por el Papa Francisco entre tres proyectos seleccionados por la Comisión de Jueces:
“El Logo representa cuatro figuras estilizadas para indicar la humanidad proveniente de los cuatro ángulos de la tierra. Se abrazan entre sí, para indicar la solidaridad y la hermandad que deben unir a los pueblos. Se notará que la fila de abridores se aferra a la cruz. Es el signo no sólo de la fe que abraza, sino también de la esperanza que nunca puede ser abandonada porque tenemos siempre necesidad de ella y sobre todo en los momentos de mayor necesidad.
Es útil observar las olas que están debajo y que se mueven para indicar que la peregrinación de la vida no siempre se mueve en aguas tranquilas. A menudo, los acontecimientos personales y los acontecimientos mundiales imponen con mayor intensidad el llamamiento a la esperanza. Es por ello que tendremos que destacar la parte inferior de la Cruz que se extiende transformándose en un ancla, que se impone al movimiento ondulatorio. Como se sabe, el ancla se ha utilizado a menudo como metáfora de la esperanza. El ancla de esperanza, en efecto, es el nombre que en la jerga marítima se da al ancla de reserva, utilizada por los barcos a fin de realizar maniobras de emergencia para estabilizar el barco durante las tormentas.
No pasemos por alto el hecho de que la imagen muestra cómo el camino del peregrino no es un hecho individual, sino comunitario con la huella de un dinamismo creciente que tiende cada vez más hacia la Cruz. La Cruz no es totalmente estática, sino también dinámica, se inclina hacia la humanidad como para salir a su encuentro y no dejarla sola, sino ofreciendo la certeza de la presencia y la seguridad de la esperanza. Es bien visible, en fin, con el color verde, el lema del Jubileo 2025, Peregrinantes in Spem”.
“Después del verano estará disponible el sitio oficial del Jubileo con la relativa App” – ha especificado –“instrumentos para ayudar a los peregrinos en los eventos propuestos, facilitando la experiencia espiritual y cultural de la ciudad de Roma”.
Finalmente, Mons. Fisichella anunció la elaboración de un primer elenco de grandes eventos dedicados a algunas categorías: el Jubileo de las familias, de los niños, de los jóvenes, de los movimientos, de las asociaciones, de los ancianos, de los abuelos, de los discapacitados, de los deportistas, de los enfermos, de los sanitarios, etc. El calendario se presentará a finales de año.
“El próximo Jubileo podrá favorecer mucho la recomposición de un clima de esperanza y de confianza, como signo de un renovado renacimiento del cual todos sentimos la urgencia” (Papa Francisco).
Dios mediante empezaremos a preparar este año santo con los jovenes servidores y voluntarios de nuestras Diocesis y Arquidiócesis, ademas de los jovenes que caminan con nosotros en las Instituciones educativas