Roma (Italia). El 9 de julio de 2024, en la Oficina de Prensa de la Santa Sede,  se celebró una Conferencia de prensa para  presentar el Instrumentum laboris de la Segunda Sesión de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos sobre el tema: Por una Iglesia sinodal: Comunión, participación, misión, que se celebrará del 2 al 27 de octubre de 2024.

En su discurso,  el cardenal Mario Grech, secretario general de la Secretaría General del Sínodo, habló del Sínodo como un formidable “campo de entrenamiento para la escucha”, retomando la afirmación del Papa Francisco: “Necesitamos practicar el arte de escuchar, que es más que sentir. […] Sólo sobre la base de esta escucha respetuosa y comprensiva se pueden encontrar los caminos de un auténtico crecimiento” (Evangelii gaudium, 171).

A continuación, definió las fases de “intercesión” como la escucha del Pueblo de Dios, pastores y teólogos, con el objetivo de “buscar, con los instrumentos ciertamente perfectibles que tenemos a nuestra disposición, lo que Dios quiere decir a la Iglesia en esta hora de su camino”.

Después de la celebración de la Primera Sesión -explicó – “el Sínodo ‘volvió’ a las Iglesias locales, según un virtuoso dinamismo de circularidad sobre la base del cual lo que se hace en el centro, a través del trabajo de algunos, es ‘devuelto’ a todos los demás. Este es el espíritu que anima el documento Hacia octubre de 2024, publicado el 11 de diciembre de 2023, en el que se puso en marcha una segunda consulta a las Iglesias locales, pidiéndoles que se confronten con el Informe de Síntesis aprobado al final de la Primera Sesión”.

El Instrumentum laboris es el resultado final del trabajo de 70 personas -obispos y sacerdotes, consagrados y consagradas, laicos y laicas- llamadas a dar su contribución, presencial o a distancia. Después de una intensa sesión de trabajo, celebrada en Roma entre el 5 y el 13 de junio, con la participación de 25 expertos, entre ellos los miembros de la Comisión Preparatoria de la Asamblea Sinodal, los trabajos continuaron con prontitud hasta su publicación. “Así se creó un colorido concierto de voces, una verdadera polifonía, rica en timbres y acentos, de la que el Instrumentum laboris para la Segunda Sesión de la Asamblea del Sínodo es el resultado y el testimonio”, dice el cardenal Grech.

A continuación, el cardenal Jean-Claude Hollerich, relator general del Sínodo, se centró en los frutos del trabajo realizado por las Iglesias locales, que se desprenden de los informes recibidos de la Secretaría General del Sínodo, a partir de la pregunta ¿Cómo ser Iglesia sinodal en misión? señalando que “el Sínodo ya está cambiando nuestro modo de ser y de vivir la Iglesia, independientemente de la Asamblea de octubre (…) ya está teniendo un impacto significativo y multidimensional en las iglesias locales, estimulando cambios espirituales, estructurales y pastorales”. 

Mons. Riccardo Battocchio y el P. Giacomo Costa, Secretarios Especiales del Sínodo, se turnaron para ilustrar la estructura del Instrumentum laboris, reiterando que no se trata de un documento definitivo, sino más bien de una base para la discusión, al servicio de la preparación y el desarrollo de la Segunda Sesión.

El Instrumentum laboris consta de 5 secciones: una Introducción, los Fundamentos y tres partes centrales. En la Introducción está el marco misionero, al que sigue “la presentación del camino de los últimos tres años, marcado por la disponibilidad a la escucha y a dejarse interpelar”, destacando con “inmensa gratitud” la belleza de la Iglesia y los objetivos alcanzados, como el descubrimiento del método de la conversación en el Espíritu. La segunda parte trata de esbozar los fundamentos de la visión de la Iglesia sinodal misionera, invitando a una comprensión más profunda del misterio de la Iglesia.

La perspectiva abordada en la primera sección es la de las Relaciones: “es en las relaciones -con Cristo, con los demás, en la comunidad- donde se transmite la fe” (IL p.11). De hecho, la Asamblea sinodal será convocada para dar indicaciones sobre algunos aspectos de esta dinámica relacional: En Cristo y en el Espíritu (iniciación cristiana); Por el Pueblo de Dios (carismas y ministerios); Con los Ministros ordenados; Entre las Iglesias y en el mundo.

La Parte II de  los Caminos “pone de relieve los procesos que aseguran el cuidado y el desarrollo de las relaciones, en particular la unión con Cristo en vista de la misión y la armonía de la vida comunitaria, gracias a la capacidad de afrontar juntos los conflictos y las dificultades”, a través de cuatro ámbitos “distintos, pero profundamente entrelazados en la vida de la Iglesia sinodal misionera”: una formación integral y compartida; Discernimiento eclesial para la misión; La articulación de los procesos de toma de decisiones; Transparencia, rendición de cuentas, evaluación.

La tercera perspectiva es la de los Lugares. “Reconocer la variedad y la pluralidad de las experiencias eclesiales -especifica Mons. Battocchio- nos invita a superar una visión estática de los lugares y a no detenernos en una imagen piramidal de las relaciones entre los ‘lugares eclesiales’. (…) El lugar ya no se define solo geográficamente: recuerda una red de relaciones y nos invita a repensar algunos aspectos de la articulación territorial de la Iglesia, potenciando la relación circular y dinámica”.

Si en la primera sesión se maduró “una conciencia más profunda de los ‘signos característicos de una Iglesia sinodal’ y de las dinámicas de comunión, misión y participación que la estructuran”, en esta fase y luego durante la segunda sesión, “nos enfrentamos a la pregunta del ‘cómo’: ¿cómo puede concretarse la identidad del Pueblo de Dios sinodal en misión en las relaciones?  caminos y lugares en los que se desarrolla la vida de la Iglesia?“, concluye el padre Giacomo Costa.

Instrumentum laboris

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