Roma (Italia). La Madre General de las Hijas de María Auxiliadora, sor Yvonne Reungoat, siguiendo el evento histórico del viaje del Santo Padre a tierra iraquí, expresa la gratitud al Papa Francisco por haber superado todas las dificultades y haber ido al encuentro de estos pueblos como signo del amor de Dios.
Las palabras de Madre Yvonne Reungoat:
“Penitente y peregrino de fe y de paz en Irak, pido a Dios para este pueblo, con la intercesión de la Virgen María, la fuerza de reconstruir juntos el País en la fraternidad”.
(del Libro de honor firmado por el Papa Francisco en la catedral siro-católica de Nostra Signora della Salvezza, en Bagdad el 5 de marzo de 2021).
Con estas pocas palabras, el Papa Francisco esculpió el por qué de este viaje a Irak, el 33º viaje de su Pontificado. Un viaje a una tierra martirizada, probada por violencias y persecuciones, obligada a un éxodo inhumano que ha herido la paz, ha extinguido la esperanza en esta tierra que dio a luz a Abraham y donde reside una de las más antiguas comunidades cristianas.
Todas nosotras estamos siguiendo este evento histórico que no tiene parangón, con viva participación, con temor, con admiración por la audacia apostólica del Papa Francisco, que afronta un viaje arriesgado para su seguridad, pero ha estado firmemente decidido a no cancelar de su agenda personal la fecha de este memorable viaje: 5-8 marzo 2021
Un deseo muy madurado en su corazón de Padre, de Pastor, de “Peregrino de paz”. Una misión abrazada con amor, sostenida por el Espíritu Santo para realizar el sueño de San Juan Pablo II y llevar, en nombre del único Dios, un mensaje de esperanza, una invitación al perdón y a la reconciliación, para echar la semilla del renacimiento a este pueblo, recordando que “somos todos hermanos”.
La voz de los jóvenes, el grito fuerte: “Estamos cansados de sufrir”, ha encontrado en el Papa Francisco una gran respuesta, la voluntad de ser un sencillo, humilde instrumento en las manos de Dios y abrir horizontes de vida, construir puentes de fraternidad, conciliar las diferencias culturales y religiosas en torno a un único fin: promover procesos graduales de reconstrucción de la paz, en el respeto recíproco.
Sabemos que este proceso es un camino lento, que requiere paciencia y, sobre todo, mucha oración, para que la semilla echada con discreción y amor traiga los frutos queridos por Dios. Estoy segura de que en todas nuestras Comunidades la oración ha precedido al viaje del Papa Francisco a Irak, lo está acompañando siempre y continuará también después. Un “después” que requiere por parte de todas nosotras, y con nosotras la Comunidades Educativas, las jóvenes y los jóvenes, una constante y generosa petición al Señor, pidiendo que lo que se ha vivido en pocos días abra un nuevo futuro.
Son originarias de Irak dos de nuestras hermanas que pertenecen a la Inspectoría de Oriente Medio. El deseo de abrir una comunidad ha sido bloqueado a causa de la guerra. Nos sentimos en comunión con las familias y las/los jóvenes que han sufrido y continúan sufriendo. Con nuestras hermanas, damos gracias al Papa Francisco por el gesto con que ha superado todas las dificultades para ir al encuentro de estos pueblos como signo del amor de Dios.
El amor al Papa, que nuestro Fundador nos dejó como preciosa herencia, nos empuje a continuar nuestro compromiso de rezar y de ofrecer por la salud del Papa Francisco y para que su mensaje de fraternidad llegue y toque el corazón de los responsables políticos y religiosos y de cada hermano y hermana de esta tierra tan amada por Dios.
Aseguramos al Santo Padre que no sólo ahora, sino siempre, puede contar con nuestro compromiso de acoger la riqueza de su Magisterio y de comunicarlo por medio de la educación de las nuevas generaciones. No puede haber paz, armonía, justicia y respeto de los derechos humanos sin la educación y la conversión de los corazones.
María, Madre y Auxiliadora de la Iglesia, lo bendiga, le dé el gozo de sentirse apoyado por ella en este período tan delicado que aguarda una nueva primavera de esperanza.
¡Gracias, querido Papa Francisco, por ser en este tiempo inédito “mensajero” de esperanza y constructor de paz!
Suor Yvonne Reungoat
Superiora general
Gracias PAPA Francisco, te hemos seguito por medio TV, gracias por tu testimonio penitente, peregrino de Paz y de Esperanza, has dejado una gran semilla de Amor y de Evangelico de perdono. Ntra Madre Auxiliadora te sostiene, fraternamente Sor Aida