Asunción (Paraguay). De la educación salesiana al compromiso en la Acción Católica y después a la clausura entre las Hijas de Santa Teresa de Ávila. Es el camino de Maria Felicia de Jesús Sacramentado, Maria Felicia Guggiari Echeverria, llamada afectuosamente por su padre “Chiquitunga” a causa de su físico menudo. Es beatificada por el Cardenal Angelo Amato, en representación del Papa Francisco, el 23 de junio de 2018, en el estadio Nueva Olla de Asunción, en Paraguay.
Maria Felicia nació en Paraguay el 12 de enero de 1925 en Villarica dello Spirito Santo, primera de siete hijos, de Ramón Guggiari y Arminda María Echeverría. Fue bautizada el 8 de febrero de 1928 en su ciudad natal. Desde la infancia mostró cualidades humanas y espirituales espléndidas, como la alegría, la sociabilidad, el espíritu de servicio, la sencillez, la modestia, que se manifestaban en acciones simples y elocuentes. A los cinco años entró en el colegio María Auxiliadora de Villarica, donde aprendió a amar a la madre de Jesús y a confiarse en ella cada día. La Virgen ocupó en su vida un puesto muy importante; la llamaba “mi madrecita, la llena de gracia” y decía: “Quiero sólo pertenecerte, mamita, para que tú, llevándome de la mano como a una niña pequeña, me conduzcas a Él, el único, el amor exclusivo de mi corazón”.
Tuvo una amistad especial con Ángel Sauá Llanes, graduado en Medicina y socio de Acción Católica como ella, que le confió su deseo de ser sacerdote. Después del encuentro con Madre Teresa Margarita del Sagrado Corazón, priora del primer Carmelo paraguayo, empezó a comprender cuál era su vocación: a los treinta años entró en el convento carmelitano de Asunción y tomó el nombre de sor Maria Felicia de Jesús Sacramentado. En enero de 1959 descubrió que estaba enferma de hepatitis infecciosa: ofreció entonces su condición con la misma generosidad con que se había comprometido en el apostolado y con la que renunció al sentimiento por su amigo. Murió el 28 de abril de 1959, a los 34 años. Sus restos mortales descansan desde el 28 de abril de 1993 en la capilla del Carmelo de Asunción.
Fue declarada Venerable el 27 de marzo de 2010. El 6 de marzo de 2018 el Papa Francisco autorizó la promulgación del decreto relativo a un milagro obtenido por su intercesión. La beatificación de Chiquitunga es el 23 de junio, en Asunción.
Un modelo de vida para los jóvenes del Paraguay
“¡Te lo ofrezco todo, Señor!” fue el lema de sor María Felicia, que realmente y heroicamente se dio a sí misma toda por la Iglesia, ya sea en los pobres o en los sacerdotes, como esperaba que llegara a ser su querido amigo.
El Papa Francisco a los jóvenes paraguayos, el 12 de julio de 2015, refiriéndose a Chiquitunga, dijo: “Ella, como tantos otros, nos muestra que el camino de las Bienaventuranzas es un camino de plenitud, un camino posible, real. Que llena el corazón. Ellos son nuestros amigos y modelos que terminaron de jugar en este “campo”, pero se convierten en los jugadores indispensables que uno puede contemplar para dar lo mejor de sí mismo. Ellos son la prueba de que Jesús no es un “vendedor de humo”, que su propuesta es de plenitud. Pero, sobre todo, es una propuesta de amistad, de verdadera amistad, aquella amistad de la cual todos tenemos necesidad.”