Roma (Italia). El 12 de marzo de 2022, en vivo desde la Casa Generalicia del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora en Roma, fue transmitido un S. Rosario que unió a todas las FMA y las Comunidades Educativas del mundo en la oración por la paz. En la sala Capitular, con la Madre y el Consejo general, las FMA de la Comunidad Maria Ausiliatrice de Casa Generalicia participaron en la plegaria.
La Madre General, Sor Chiara Cazzuola, con su Consejo, propuso este momento para la invocación por la paz y el fin de las hostilidades en todas las partes del mundo: “Será una enésima manifestación pública y coral de nuestra confianza en la intercesión poderosa de María Auxiliadora, de nuestro compromiso educativo por la paz y de una eficaz denuncia de toda forma de violencia y de injusticia”.
Durante la introducción de la Vicaria general, sor María del Rosario García Ribas, Madre Chiara puso una paloma simbólica a los pies de Nuestra Señora y del mundo. El canto de la Salve Regina, interpretado desde la Capilla del Colegio de Mornese por las Novicias de los Noviciados Internacionales Sor Teresa Valsè Pantellini de Roma y Maria Ausiliatrice de Castelgandolfo, inició la oración.
Las decenas del Rosario están marcadas por testimonios de algunas FMA y Comunidades que viven en zonas de conflicto. El primer testimonio proviene de una ciudad de Polonia en la frontera con Ucrania, desde la Capilla de una Comunidad religiosa comprometida en la primera acogida de refugiados, donde una FMA ucraniana está trabajando por responder a las necesidades de las personas que llegan. Una joven cuenta el miedo y las dificultades del viaje y expresa la gratitud por la acogida en un puesto seguro.
Con la oración se quiere abrazar al mundo entero y por cada Continente se enciende una lámpara, llevada por una Consejera a los pies de María. Se invoca el don de la paz en África, recordando Madagascar y escuchando el testimonio de una Comunidad FMA de Etiopía; en América, con la voz de las hermanas de Haití y de Venezuela; en Asia, con el conmovedor testimonio de Myanmar. “María nos enseña a acoger las cosas que Dios está realizando incluso en medio de las tinieblas. El amor es paciente, sólo el amor nos ayuda a creer y nos permite esperar contra toda esperanza en el triunfo de la vida sobre la muerte”, dice la voz guía. Con Oceanía y las palabras de las FMA de las Islas Salomón, se reza la última decena del Rosario.
Madre Chiara concluye con una oración de confianza a María Auxiliadora en los tiempos difíciles:
¡Oh María Auxiliadora, nos encomendamos totalmente a ti!
Tú que eres una Virgen Poderosa,
mantente cerca de cada una de tus hijas, de tus hijos.
Repite a Jesús, para nosotras: “¡No tienen vino!”,
“¡No tienen salud, no tienen serenidad, no tienen esperanza!
¡No tienen la paz!”
Para que Jesús renueve el milagro de la salvación.
En este momento incierto debido a la violencia,
a la injusticia, a la guerra que afecta a la humanidad,
especialmente a los pequeños y los débiles, en muchas partes del mundo,
ayuda a los gobernantes a abandonar la lógica de la muerte
vinculada al deseo de poder, gloria, dinero,
para que busquen siempre y sólo el bien de los pueblos, sin discriminaciones.
María, a tu poderosa intercesión confiamos
nuestro compromiso educativo por la paz,
en el rechazo de todas las formas de violencia e injusticia.
Custodia a las Comunidades Educativas que, en las diferentes partes del mundo,
siguen dedicándose al bien del pueblo,
y sostienen con su compromiso la esperanza de las niñas,
los niños y los jóvenes por un mundo mejor. Amén.
En el chat en el costado de la pantalla, los mensajes en varios idiomas fluyen sin parar, de todas las Comunidades, FMA y personas conectadas de todo el mundo, que expresan cercanía y solidaridad en las relaciones de las poblaciones y de las comunidades de las hermanas de FMA afectadas por varios tipos de sufrimientos y agradecen este momento de oración vivido en comunión con todo el Instituto FMA para pedir juntas el don de la paz. “Sólo el amor puede unir y alimentar la esperanza, sólo el amor puede generar fraternidad”.